GUERRA EN UCRANIA

Los momentos decisivos de la batalla de Bajmut

Las fuerzas rusas intentan desde hace 10 meses completar la conquista de una localidad devenida emblemática para ambos bandos

Soldados ucranianos en la zona de Bajmut, en una imagen de archivo.

Soldados ucranianos en la zona de Bajmut, en una imagen de archivo. / Reuters

Marc Marginedas

Una batalla de desgaste, que se prolonga durante meses, que reduce a toda una gran ciudad a montañas de escombros donde se materializa la tan manida aseveración de "no" quedar "piedra sobre piedra". Un enconado enfrentamiento bélico en el que las fuerzas atacantes invierten un ingente potencial militar en su empeño de controlar una localidad devenida emblemática en el transcurso de las hostilidades, mientras las tropas defensoras se limitan a parar el golpe, a verlas venir y, quizás, a aprovechar una oportunidad tras la refriega.

Muchos historiadores y analistas han venido trazando en los últimos meses paralelismos entre la épica batalla de Stalingrado entre las fuerzas soviéticas y las tropas nazis, y los combates vividos en Bajmut, la población del Donbás cuya conquista los soldados del Kremlin no han conseguido cumplimentar en los últimos 10 meses; entre lo sucedido a orillas del río Volga en el gélido invierno de 1942, que supuso el principio del fin para la Alemania nazi, y lo acontecido en las verdes y anodinas llanuras del este ucraniano, cuyo resultado final es aún incierto, estando las espadas aún en alto a la espera de que el Gobierno de Zelenski dé la orden de lanzar la esperada contraofensiva de primavera.

Uno de los primeros académicos en formular la comparación ha sido el historiador Geoffrey Roberts, profesor de Historia Moderna en la Universidad Colegio Cork quien, en un artículo titulado 'Bajmut, ¿de qué bando (en la guerra de Ucrania) será el Stalingrado?' desgrana un buen número de similitudes. "Como Bajmut, la batalla de Stalingrado fue una prolongada guerra de desgaste -200 días de fuego, como a los soviéticos les gusta decir- aunque a una escala mucho más amplia... los académicos estiman en líneas generales que 850.000 soldados del Eje (Alemania y aliados) resultaron muertos o heridos, mientras en el bando ruso, incluyendo a civiles, las pérdidas fueron de 1,1 millones", escribe.

Roberts recuerda en su escrito que "millones de ucranianos sirvieron en el Ejército Rojo" durante la contienda, razón por la cual "el alto mando ucraniano es tan conocedor de las lecciones de Stalingrado como sus homólogos rusos".

Rodear al enemigo

El historiador británico, sin embargo, considera difícil que el bando ucraniano, al igual que hizo el Ejército soviético en las postrimerías de 1942, consiga la hazaña de rodear al enemigo mediante una maniobra envolvente por los flancos ahora que la ofensiva rusa de invierno se ha detenido. "Los partidarios de Ucrania sueñan con una contraofensiva que rodee las fuerzas rusas que luchan en la ciudad", aunque "no creo que los ucranianos dispongan de las fuerzas para lanzar semejante operación; a diferencia de los flancos alemanes en 1942, las fuerzas rusas que protegen el grupo Wagner que combate en Ucrania son fuertes y Moscú parece que tiene aún muchas tropas de reserva".

Roberts cree que el panorama sobre quién se ha impuesto en la batalla de Bajmut se clarificará cuando se conozca el número real de bajas. "No lo sabemos, pero por lo que sé es el bando ucraniano el que ha sufrido mayores pérdidas; si ello es cierto, entonces serían los rusos, cuando controlasen la ciudad, quienes habrían ganado la batalla de desgaste y la localidad".

Mijailo Samus, al frente del laboratorio de ideas ucraniano New Politics Research Network, rechaza el apelativo de Stalingrado y califica la atención centrada en torno a la batalla de Bajmut como una "burbuja informativa", hinchada artificialmente por la presencia de Yevgueni Prigozhin, el cocinero de Putin, que ha protagonizado numerosas salidas de tono durante los combates, y sus mercenarios de Wagner que, siempre despiertan interés en particular de la prensa extranjera allá donde vayan. Pero en cuanto a escala e importancia de la batalla "la comparación no es posible". Si las tropas ucranianas consiguen romper el frente y rodear la localidad, cercando a los milicianos wagneritas, ello "sería un desastre tanto para la reputación de las tropas invasoras, como para el propio Prigozhin", aunque a lo máximo a lo que puede aspirar el Ejército de Kiev es "a apresar unos miles de combatientes", nada que ver con los centenares de miles de soldados atrapados en el 'kessel' (caldero en alemán), nombre que recibió la gigantesca bolsa en la que quedó atrapado el VI Ejército alemán comandado por el general Friedrich Paulus. Para Samus, la batalla de Bajmut significa solo una cosa: "el fracaso del Ejército ruso en lograr el objetivo de la conquista total de la región de Donetsk.

Opiniones similares defiende David Lewis, profesor de Política Global en la Universidad de Exeter, quien considera que "los sueños de Rusia de capturar el Donbás mueren en Bajmut". "Es posible que consigan controlar las pocas calles que aún permanecen en manos de las tropas ucranianas, pero el coste ha sido enorme; las dificultades experimentadas han sido enormes y es difícil pensar que Rusia pueda controlar ciudades grandes como Kramatorsk; Bajmut probablemente marca el límite de la ofensiva rusa", destaca.

Ello, en opinión de este académico, no quiere decir que Ucrania "prevalecerá en su (inminente) ofensiva". "Rusia tiene que asumir recortes en el suministro de municiones y armas, además de gestionar el conflicto entre los líderes" de la operación militar, sostiene Lewis, pero "incluso con una baja moral y la mala organización, las fuerzas rusas presentan una formidable línea de defensa, y han tenido tiempo de construir fortificaciones", concluye Lewis.