CERCO LEGAL AL EXPRESIDENTE

Trump explota la espera ante su posible imputación penal

El presidente vuelve al primer plano con una estrategia que combina provocación y captura de atención y que también dispara tensiones

La potencial presentación de cargos en Nueva York por los pagos a Stormy Daniels podría llegar jueves o viernes y Trump se entregaría el lunes

El expresidente de EEUU, Donald Trump.

El expresidente de EEUU, Donald Trump. / EFE

Idoya Noain

Casi ocho años después de descender por las escaleras de la Torre Trump y anunciar una candidatura presidencial que tardó poco en hacer saltar por los aires los esquemas políticos de Estados Unidos, 

Donald Trump ha vuelto a demostrar su maestría y dominio de un cierto tipo de estrategia: provocar, colocarse en el centro del discurso político y mediático, explotar esa atención para su beneficio y, en el camino, disparar tensiones. Esta vez sus perspectivas a largo plazo son más complicadas que en otras ocasiones, pues enfrenta la posibilidad de convertirse en el primer ocupante del Despacho Oval que enfrenta cargos penales. Pero hasta que llegue esa potencial imputación, Trump saca partido.

La oficina de la fiscalía de Manhattan que dirige el demócrata Alvin Bragg ha informado al equipo legal de Trump de que no se espera ninguna actividad este martes por parte del gran jurado, el panel que estudia los pagos justo antes de las elecciones de 2016 a Stormy Daniels para silenciar las alegaciones de la estrella porno de que mantuvo una relación sexual con el empresario inmobiliario y estrella de la televisión realidad.

Potencial calendario

Una fuente cercana a ese equipo legal de Trump le ha dicho a CNN que no esperan que se produzca antes de la semana la entrega o detención de Trump en el caso de eventual imputación o la aparición del expresidente ante la justicia para la primera vista de instrucción del caso. E informaciones de prensa que citan “fuentes informadas” barajan un potencial calendario: el gran jurado votaría el miércoles la potencial imputación, que sería anunciada jueves o viernes. Trump, que tiene organizado el sábado un mitin en Waco (Texas) en el marco de su campaña para lograr la la nominación presidencial republicana para 2024, podría entregarse el próximo lunes.

Desde el sábado, no obstante, todo el país está en tensión. Porque ese día el exmandatario escribió en un mensaje en su red social que sería “arrestado” este martes, y urgió a “protestar” y “recuperar la nación”. Pocas horas después se supo que no tenía ninguna información específica para marcar el día, como confirmó su propio portavoz.

“El circo continúa”

Lo que consiguió el expresidente con ese mensaje, una vez más, fue poner en marcha todas las dinámicas tradicionales en su manual. Y el domingo resumía a la perfección lo que había hecho Chris Christie, exgobernador de Nueva Jersey, exrival en primarias de Trump. “El circo continúa”, dijo el republicano en ABC. “Solo saca partido y le va bien en el caos y la confusión, y por eso quiere crear ese caos y agitación en sus propios términos”.

Los estableció. Trump logró capturar la atención mediática. Explotó sus denuncias de enfrentar una “persecución política” que supuestamente no le persigue a él sino a todos sus seguidores para lanzar al menos una docena de peticiones de recaudación de fondos alertando sobre su inminente “arresto”. Hizo que el Partido Republicano reaccionara, y la formación, al menos públicamente, ha vuelto a demostrar el miedo que tiene a perder a la base de votantes más fiel al expresidente.

Control del discurso republicano

Varios líderes republicanos como el presidente de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, reaccionaron inmediatamente el sábado, sumándose a las vitriólicas denuncias de Trump hacia Bragg. Otros, aprovechando la nueva mayoría en esa Cámara Baja, pusieron a trabajar el poder legislativo a favor del expresidente y contra Bragg, instándole a comparecer y entregar documentos y denunciando el uso como arma política de Justicia.

Otros republicanos tardaron algo más en pronunciarse, pero con distintos matices también se han sumado a esa línea, no tanto defendiendo a Trump como atacando a Bragg. Y en ese segundo grupo se cuentan tres potenciales rivales para Trump en las primarias republicanas para 2024: el gobernador de Florida, Ron DeSantis (que aprovechó para mencionar repetidamente el supuesto pago a una estrella porno), el exvicepresidente Mike Pence y el gobernador de Nuevo Hampshire, Chris Sununu.

El caso de Trump, además, ha dominado los encuentros con los medios de un cónclave que los republicanos mantienen en Orlando, Florida. Ese encuentro supuestamente debería haberles servido para proyectar sus prioridades legislativas ahora que controlan una cámara del Congreso, pero llevan dos días hablando constantemente de Trump. En el caso de McCarthy, además, hace malabarismos retóricos para tratar de defender que el presidente no llamó a protestas.

Protestas

Pero Trump convocó esas protestas, claramente, en su mensaje del sábado, haciendo que se dispararan alarmas, especialmente con el recuerdo vivo de sus mensajes tras las presidenciales de 2020 urgiendo también a manifestaciones que acabaron con el asalto al Capitolio. Y tanto en Nueva York, donde tendrá lugar su potencial imputación, como en Washington DC, los preparativos y medidas de seguridad preventivas se han intensificado en los dos últimos días, aunque no hay amenazas creíbles de protestas violentas según comunicaciones internas de agencias y fuerzas del orden citadas por CNN. Otras fuentes de inteligencia referidas por CBS sí aseguran que ha habido un “incremento significativo” de amenazas y violencia retórica en internet, pero también aclaran que no han detectado ninguna específica ni creíble.

Este martes, una vista judicial en otro caso que enfrenta Trump York, una demanda civil por supuesto fraude de su empresa que dirige la fiscal de distrito de Nueva York, la demócrata Letitia James, tuvo que ser suspendida temporalmente por una falsa amenaza de bomba. Pero el lunes una manifestación “pacífica” convocada por el Club de Jóvenes Republicanos en Nueva York acabó transformada en una rueda de prensa, con más periodistas que “manifestantes”. Y este martes frente a la corte todo estaba tranquilo, más allá del intensificado despliegue policial, las vallas, la presencia de un puñado de manifestantes a favor y en contra de Trump y, de nuevo, numerosos medios de comunicación.