Malestar social

¿Por qué Francia está en ebullición? La protesta contra la reforma de las pensiones, en 5 claves

Los sindicatos franceses han celebrado ocho jornadas de manifestaciones en el país, que este lunes votará dos mociones de censura contra el Gobierno en la Asamblea Nacional

Un manifestante en París el pasado sábado.

Un manifestante en París el pasado sábado. / Bloomberg

Enric Bonet

Francia lleva dos meses en ebullición a causa de la polémica reforma de las pensiones, aprobada por el Gobierno este 16 de marzo por decreto ante la imposibilidad de conseguir los apoyos necesarios en la Asamblea Nacional. El Gobierno de Emmanuel Macron presentó el pasado 10 de enero su proyecto de ley para aumentar de los 62 a los 64 años la edad mínima para jubilarse (con 43 años cotizados para recibir una pensión completa). El conjunto de los sindicatos —desde la moderada CFDT hasta la combativa CGT— se oponen a esta medida, así como buena parte de la oposición política. Desde el anuncio, las centrales ya han convocado ocho jornadas de protesta y no aflojan en este pulso social en un país acostumbrado a las movilizaciones multitudinarias (1995, 2010 o 2019) ante cualquier intento de recorte del sistema de jubilación galo, que convirtió a Francia en uno de los países europeos con un menor porcentaje de gente mayor pobre. Este jueves, hay prevista nuevas manifestaciones en municipios y capitales de todo el hexágono.

¿En qué consiste la nueva reforma de las pensiones? ¿Cuándo está previsto que sea aplicada? ¿Incluye más medidas más allá del retraso de la edad de jubilación? ¿Cuál es la posición de la opinión pública más allá de la oposición de los sindicatos? Estas son cinco claves para entender el conflicto social en el país vecino.

1. ¿En qué consiste la reforma?

El Ejecutivo centrista busca elevar la edad legal para jubilarse de los 62 a los 64 años. Esta medida va acompañada por una aceleración del alargamiento del periodo de cotización para recibir una pensión completa, que pasará de 42 a 43 años. Según la legislación actual, el periodo de cotización debe establecerse en 43 años a partir de 2035, pero el Gobierno de Macron ha adelantado este calendario para exigir 43 años cotizados a partir de 2027. Todas aquellas personas que no hayan cotizado todo este tiempo verán su pensión reducida. Si no quieren sufrir esta reducción, deberán trabajar hasta los 67 años.

2. ¿Cuándo se aplicará?

El pasado 16 de marzo, Macron decidió adoptar por decreto la reforma aplicando el polémico artículo 49.3 de la Constitución. La única manera de impedir su aplicación es que los diputados de la Asamblea Nacional saquen adelante una moción de censura contra el Gobierno. Si la oposición sindical ni política no logran frenarla, la medida debería entrar en vigor en verano. A partir de entonces, la edad mínima de jubilación se retrasará tres meses cada año. Hasta alcanzar los 64 años en 2030.

3. ¿Incluye otras medidas más allá del retraso de la edad de jubilación?

La reforma no solo alargará la edad de jubilación y el periodo de jubilación, sino que también incorpora algunas medidas de corte social, aunque de menor importancia. El texto aumentará en 100 euros y establecerá en 1.200 euros las pensiones de jubilación mínimas para todos aquellos jubilados con una carrera completa, es decir, con 42 o 43 años jubilados. "El hecho de establecer una pensión mínima equivalente al 85% del salario mínimo (1.200 euros actualmente) es algo que existe en la legislación en Francia desde 2003, pero que ningún gobierno aplicó desde entonces", explica a El Periódico de Catalunya, del grupo Prensa Ibérica, el economista Thomas Porcher, miembro del colectivo keynesiano de 'Les Économistes Atterrés'. Según este profesor de la Paris Business School, la pensión mínima de 1.200 euros representa "una mejora de la que se beneficiarán muy pocas personas", puesto que la mayoría de jubilados pobres, mujeres muchos de ellos, "se caracterizan por no disponer de una carrera completa". "A las nuevas generaciones les resultará cada vez más difícil llegar a cotizar 43 años, debido a los estudios universitarios o la precarización del mercado laboral. Y eso no lo tiene en cuenta la reforma", advierte.

4. ¿Qué piensan los franceses, más allá de la oposición de los sindicatos?

Entre el 75% y el 55% de los franceses se oponen a retrasar la edad legal de jubilación hasta los 64 años, según los distintos sondeos publicados en las últimas semanas. Sectores diversos se oponen a la reforma, desde los votantes de izquierdas hasta los de la ultraderecha, pero también una parte del electorado de la derecha republicana y del presidente Macron. El respaldo a la medida, según los estudios de opinión, solo resulta mayoritario entre las categorías acomodadas y los pensionistas actuales, que no se verán afectados.

El Gobierno está perdiendo la batalla de la opinión pública y sus argumentos para defender la medida no han calado. "El equilibrio (del sistema de pensiones) está amenazado y es un hecho incontestable. Su déficit será de 13.700 millones a partir de 2030", advirtió el ministro de Economía, Bruno Le Maire, durante la presentación del texto. Esta cifra "representa apenas un déficit del 3% del gasto total en pensiones. No podemos decir que el sistema está en peligro con un déficit del 3% y teniendo en cuenta además que actualmente es excedentario", responde Porcher.

5. Mociones de censura y contestación en la calle

La Asamblea Nacional debate y vota este lunes dos mociones de censura presentadas por la extrema derecha y por el grupo de diputados independientes LIOT, con el apoyo de la izquierda. Es difícil que prosperen debido a deben recabar al menos 287 votos de los 573 diputados de la Cámara baja, por lo que necesitarían al menos el apoyo de unos 30 legisladores de Los Republicanos, algo poco probable. Por otro lado, la oposición de izquierda también prepara un recurso ante el Consejo Constitucional para retrasar la aplicación de la norma y estudia iniciativas para promover un referéndum ciudadano sobre la misma.

En la calle, la imposición de la reforma de Macron ha caldeado aún más los ánimos y se han registrado algunos disturbios en las principales ciudades del país. Desde el primer momento, los sindicatos han conseguido traducir la oposición mayoritaria a la reforma que arrojan los sondeos en movilizaciones multitudinarias. Han contado para ello con un frente sindical unitario, algo que no sucedía en Francia desde 2010, cuando hubo protestas masivas contra una reforma del entonces presidente Nicolas Sarkozy que alargó la edad mínima de jubilación de los 60 a los 62 años. "La unidad sindical suele favorecer que los trabajadores se muestren menos reticentes para movilizarse", destaca el politólogo Jean-Marie Pernot, especialista de las organizaciones sindicales y autor del libro 'Le syndicalisme d’après'.