Aliado del Kremlin

Yevgeny Prigozhin, de "cocinero de Putin" al jefe de los mercenarios y exconvictos de Wagner

El empresario fue también el impulsor de las famosas "granjas de trols" utilizadas para impactar en las elecciones estadounidenses

Yevgeny Prigozhin (izquierda) atiende al presidente ruso, Vladímir Putin, durante una cena con analistas y periodistas extranjeros en el restaurante Cheval Blanc el 11 de noviembre de 2011.

Yevgeny Prigozhin (izquierda) atiende al presidente ruso, Vladímir Putin, durante una cena con analistas y periodistas extranjeros en el restaurante Cheval Blanc el 11 de noviembre de 2011.

No se puede entender la existencia del grupo de mercenarios Wagner sin Yevgeny Prigozhin, su líder, de la misma forma que no se puede comprender la fama o la influencia de Yevgueny Prigozhin sin su grupo de mercenarios. Durante años, el también conocido como "cocinero de Putin" denunció a todos aquellos que de una forma u otra le relacionaban con Wagner y no fue hasta 2022 que aceptó públicamente que existía y que él tuvo una parte fundamental en su creación.

Pero saltó a fama hace dos décadas, en los años 2000, cuando sus restaurantes se encargaban del catering habitual del presidente ruso, Vladímir Putin. En aquel momento se ganó el apodo de "cocinero de Putin". Entonces llevaba ya un tiempo en el sector de la restauración, al que recaló después de haber pasado años en la cárcel por delitos como robos o asaltos a domicilios durante los últimos años de la Unión Soviética.

Concord Catering, una de sus empresas, empezó a ser una habitual de los contratos del Gobierno ruso en el nuevo milenio. Esto le habría garantizado la confianza de los líderes rusos, además de una cantidad ingente de dinero. El Fondo Anti-Corrupción del opositor ruso Aleksé Navalni –entidad tildada de agente extranjero por el Gobierno ruso– estimó que Prigozhin tiene un patrimonio de más de 1.000 millones de euros.

Otro de sus logros del pasado fue la creación de "granjas de trols", la más destacada de ellas Internet Research Agency (IRA). Se trata de grupos organizados de personas que buscan difundir propaganda y atacar a los críticos, normalmente para influir en la opinión pública. Lejos de negar su vínculo, el pasado mes de febrero lució con orgullo que fue uno de los creadores de esta organización. "Nunca fui solo el socio capitalista de IRA. La inventé, la creé y la dirigí durante mucho tiempo", aseguró en su canal de Telegram, su vía favorita de comunicarse con el mundo. Apuntó que, según él, "fue creada para proteger el espacio informativo ruso de la agresiva propaganda antirrusa de Occidente". Algunos informes también le relacionan con otra página dedicada a difundir 'fake news' conocida como Peace Data –se pronuncia igual que una palabra malsonante en ruso–, aunque por ahora no ha hecho ninguna declaración al respecto.

Los 'wagneritas' y sus intereses

Sin embargo, su mayor aportación a la causa rusa es la creación del grupo Wagner, que toma el nombre de uno de los compositores favoritos del dictador alemán Adolf Hitler. Este fue creado en 2014, según el mismo Prigozhin. "Limpié las viejas armas yo mismo, busqué los chalecos antibalas y empecé a juntar a especialistas que me pudieran ayudar con esto. Desde ese momento, el 1 de mayo de 2014, un grupo de patriotas había nacido, que más tarde se llamarían el grupo Wagner", expresó él mismo en septiembre del año pasado, cuando finalmente aceptó públicamente lo que era ya vox populi en Rusia.

Cuando se hizo público que Wagner estaba reclutando en los centros penitenciarios en Rusia, uno de los vídeos que circuló por redes sociales y canales de Telegram es uno en el que supuestamente él mismo en persona fue a ofrecer la libertad a reos a cambio de luchar durante unos meses en Ucrania. Les prometía ser libres al acabar los meses correspondientes y un salario por encima de la media en Rusia, aunque les advertía de que el conflicto era más duro que el de Afganistán y que todo aquel que desertara se llevaría una bala por la espalda.

Lengua afilada

El "cocinero de Putin" tiene los cuchillos preparados para cualquier ocasión, así lo demuestran las múltiples críticas que ha vertido contra el Ministerio de Defensa de Rusia en público, especialmente a través de su canal de Telegram. Le acusa de armarles insuficientemente y de no saber gestionar el frente. Estas palabras pueden parecer nimias, pero rompen uno de las leyes no escritas del putinismo: evitar las críticas directas y públicas contra otros miembros de la élite que gobierna el país euroasiático.

Sin embargo, los reproches hacia él o sus hombres no le sientan nada bien y por ello pidió al presidente de la Duma, Viacheslav Volodin, que hiciera algo al respecto, para que se estudiara la posibilidad de castigar penalmente a los críticos contra todos aquellos que luchan del lado ruso en el frente de Ucrania, algo que incluiría a Wagner. La última lectura de esta ley se realizará el próximo 14 de marzo y blindará aún más a Prigozhin y sus hombres del escrutinio público al evitar que se les pueda "desacreditar" –acusar de crímenes en Ucrania– en los medios de comunicación.