RELACIONES EXTERIORES

Irán y Arabia Saudí restablecen relaciones diplomáticas tras siete años de enfrentamientos

Representantes de los dos países, rivales en Oriente Próximo, llevaban cuatro días de reuniones secretas en Pekín con mediación china

El presidente de Irán, Hassan Rouhani, y el príncipe heredero Mohamed bin Salman.

El presidente de Irán, Hassan Rouhani, y el príncipe heredero Mohamed bin Salman. / Agencias

Adrià Rocha Cutiller

Irán y Arabia Saudí

 llevaban casi una década guerreando entre sí a través grupos afines y ataques esporádicos, pugnando por ser el polo hegemónico de una región, Oriente Próximo, trufada de conflictos locales en los que tanto Riád y Teherán querían —y quieren— ser dominantes y tener la voz cantante. 

Este viernes, sin embargo, algo ha cambiado entre los dos países, los dos grandes rivales de la región: Irán y Arabia Saudí han pactado reabrir sus respectivas embajadas en el otro país y, lo que parece más importante, un cese a las hostilidades entre ambos. 

“Acordamos restablecer nuestras relaciones y misiones diplomáticas en un periodo máximo de dos meses. Nuestro acuerdo también incluye la afirmación de respetar la soberanía del otro Estado y la no interferencia en los asuntos internos [del otro país]”, reza un comunicado firmado tanto por Irán como por Arabia Saudí y China: Riad y Teherán han realizado este acuerdo tras cuatro días de negociaciones secretas en Pekín, con la mediación del gobierno chino. En 2021, delegaciones de ambos países ya se habían reunido, también, en Omán e Irak, países vecinos del golfo Pérsico

Las relaciones diplomáticas entre ambos países se cortaron en 2016, cuando la embajada saudí en Teherán fue atacada por un grupo de ciudadanos iranís que protestaban contra la ejecución de un clérigo chií, el sheikh Nimr al Nimr, en Arabia Saudí. Tanto Irán como Arabia Saudí se consideran a sí mismas como las dos principales representantes de las dos grandes ramas del islam, el chiísmo y el sunismo. 

Disputas regionales

El conflicto entre los dos países, sin embargo, viene de mucho antes. Iranís y saudís apoyan facciones enfrentadas en varios conflictos de la región, incluidos el de Siria, el de Yemen y en el Líbano, cuyo primer ministro, por ejemplo, fue secuestrado y mandado a Riad en 2017 después de su dimisión forzosa.

En Siria, Irán apoya el régimen de Bashar al Asad y los saudís, a la oposición; y en Yemen, país fronterizo con Arabia Saudí, Teherán apoya a los rebeldes hutíes, que han lanzado en los últimos años varios ataques contra ciudades e instalaciones petrolíferas de los saudís con drones caseros cuya fabricación, según Riád, provenía de Irán. El último de estos ataques fue hace justo un año, en marzo de 2022, cuando un misil lanzado desde Yemen impactó a 20 kilómetros de la ciudad saudí de Yeda cuando en la localidad se celebraba una carrera de Fórmula 1.

“Poder eliminar nuestras diferencias y desacuerdos y poder centrarnos en nuestras visiones conjuntas sobre el futuro entre Teherán y Riád definitivamente llevará a una mejora de la estabilidad y seguridad de la región, además de crear una cooperación incrementada entre dos naciones islámicas que deben lidiar con los retos del mundo actual como vecinas en el golfo Pérsico”, ha dicho este miércoles Ali Shamjaní, secretario del Consejo de Seguridad de Irán, hombre cercano al líder supremo iraní, Alí Jameneí, y quien ha ha sido, además, el líder de la delegación persa en Pekín.