GUERRA EN UCRANIA

¿Qué pasa si Rusia se hace con Bajmut y cómo podría influir en la estrategia de Putin en Ucrania?

En esta localidad del Donbás, el Kremlin se juega el ser o no ser en la guerra, pero su caída no constituiría ningún escenario catastrófico para Kiev

Soldados ucranianos patrullan en tanque por la calles de Bajmut.

Soldados ucranianos patrullan en tanque por la calles de Bajmut. / Reuters

Marc Marginedas

"La liberación de Artémovsk continúa; la ciudad es un importante centro defensivo para las tropas ucranianas en el Donbás; lograr su control permitirá que se lleven a cabo más acciones ofensivas ya dentro de las líneas ucranianas". En tan solo dos frases, pronunciadas este martes a un canal de televisión ruso, el ministro de Defensa, Serguéi Shoigu, ha resumido el trascendental dilema que se plantea a su país ante la encarnizada batalla de Bajmut, convertida, en palabras de expertos militares y observadores, en "una picadora de carne" debido a las elevadas pérdidas registradas.

Utilizando el antiguo nombre soviético de la localidad, y despreciando incluso su equivalente en ucraniano -Artémivsk- el máximo responsable ha admitido, casi sin querer y por la puerta de detrás, que

Rusia

casi se está jugando el ser o no ser en la guerra. Para el bando ucraniano, sin embargo, la situación parece ser menos dramática, pudiendo permitirse una retirada, sin que su posición en el campo de batalla se vea significativamente mermada, coinciden los analistas.

1. Sin Bajmut, no hay Donbás para el Kremlin

"La toma de Bajmut es necesaria pero no suficiente para que Rusia pueda realizar nuevos avances en la provincia de Donetsk". El informe diario elaborado por el Instituto de Estudio sobre la Guerra, (ISW) es tajante al respecto. Si las tropas del Kremlin no consiguen ocupar la ciudad y expulsar a las tropas ucranianas, ya pueden olvidarse de hacer realidad la completa conquista del Donbás, región formado por la mencionada provincia de Donetsk y su vecina, Lugansk, cuya toma fue establecida como objetivo principal por el presidente Vladímir Putin en abril, poco más de un mes de iniciada la invasión, una vez fracasada la guerra relámpago para hacer derribar en pocos días al Gobierno del presidente 

Volodímir Zelenski

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Bajmut es un 'sine qua non' para el Kremlin. Pero su conquista tampoco garantiza nada a las fuerzas ocupantes. "Si logran su objetivo inmediato, no les espera campo abierto, sino una nueva línea defensiva de las fuerzas ucranianas, y nuevas batallas encarnizadas de meses para seguir avanzando", explica a El Periódico de Catalunya, del grupo Prensa Ibérica, Mijailo Samus, exmilitar ucraniano al frente de New Geopolitics Research Network, una plataforma especializada en temas y análisis militar.

Una valoración corroborada por David Lewis, profesor de Política Global en la universidad de Exeter y experto en seguridad internacional y autoritarismo, quien destaca que bajo ningún concepto existe amenaza inminente sobre las localidades de Sloviansk y Kramatorsk, más pobladas y situadas a una media hora en coche. "Puede (Rusia) obtener logros como la conquista de Bajmut a un elevado costo; pero será mucho más difícil conquistar el resto de la provincia de Donetsk, incluyendo las posiciones fuertemente fortificadas de Sloviansk y Donetsk", corrobora en un email.

2. Rusia, como en la Primera Guerra Mundial

"Rusia no está llevando a cabo operaciones militares; una operación militar no es lanzar al frente a miles de hombres e intentar avanzar sin la esperanza ventajas que modifiquen de forma significativa la realidad sobre el terreno; actuando así, el Kremlin, en realidad, lo que está planteando son grandes batallas como durante la Primera Guerra Mundial". El experto Samus destaca que esta sangrienta y terrible batalla de Bajmut está poniendo sobre el tapete una realidad ya identificada por los expertos militares desde los primeros compases del conflicto, es decir, las desfasadas tácticas militares de los mandos rusos, incapaces de entender cómo llevar a cabo una guerra "durante el siglo XXI". "Al no tener siquiera el control del espacio aéreo, ni siquiera podemos establecer paralelismos con la Segunda Guerra Mundial", continúa.

En aquellos lugares en los que Rusia sí aspiraba una posición estratégica ventajosa, como en Vuhledar, en el denominado frente sur, una circunstancia que ayudaría a las tropas rusas a ampliar y hacer menor vulnerable el corredor terrestre que une Crimea con el Donbás, el Kremlin ha cosechado un desastre espectacular. La 155 Brigada de Infantería Naval ha sido destruida en su totalidad, además de 130 blindados, incluyendo casi una cuarentena de tanques y un millar de soldados.

3. Kiev reparte juego

Nadie sabe cuánto tiempo se prolongará la batalla de Bajmut, pero lo que si que está claro es que es Kiev quien reparte el juego, quien en función de sus objetivos e intereses, diga hasta aquí hemos llegado y ordene una retirada, parcial o total, o escoja seguir luchando para desgastar al enemigo en un escenario que, además le es favorable. ·"Nadie sabe cuánto va a durar la batalla de Bajmut, el tiempo no es una variable en términos de estrategia militar; sí son los objetivos que pueda tener Kiev, que por el momento desconocemos", recuerda Samus. Si el objetivo es desgastar al enemigo, la "batalla durará tiempo", si en cambio es limitar las pérdidas, "la batalla será más corta", continúa este experto militar ucraniano.

De momento, y habida cuenta de que la ciudad no ha sido del todo rodeada por las fuerzas rusas y existe una ruta de acceso abierta, los mandos militares ucranianos disponen de numerosas bazas y posibilidades, que van desde mantener las posiciones a ordenar la retirada a la nueva línea defensiva montada en Chasiv Yar, una ciudad dormitorio situada a una decena de kilómetros al oeste de Bajmut, pasando por una retirada parcial a los barrios occidentales de la ciudad situados tras el río Bajmutovka, obligando a los oponentes a desgastarse en un enconado combate urbano donde, según reza la tradición militar, las fuerzas defensoras siempre parten con ventaja.