PROTOCOLO FUEGO

La revolución de los globos: Portugal los prueba para luchar contra los incendios

Los aparatos, más pequeños que los globos espía, suministrarán imágenes y permitirán monitorizar mejor la evolución de los fuegos

La revolución de los globos: Portugal se prepara para incorporarlos en la lucha contra los incendios.

La revolución de los globos: Portugal se prepara para incorporarlos en la lucha contra los incendios. / Lucas Font

Lucas Font

La investigación en la lucha contra los incendios en Portugal ha puesto el foco en el uso de globos para monitorizar los fuegos y ayudar a reducir su impacto. El proyecto, bautizado como 'Eye in the Sky' (Ojo en el cielo), está a punto de cumplir su tercer año en fase de experimentación y los resultados de los ensayos son lo bastante satisfactorios como para plantearse su implementación en un futuro próximo en incendios reales. Hace apenas unos días se han realizado unas nuevas pruebas con quemas controladas cerca de Lisboa

Estos globos, similares a los globos espía pero más pequeños, suministran imágenes visuales y térmicas en altitudes elevadas que permiten estudiar el avance de las llamas y mejorar la respuesta y la coordinación de los equipos de emergencias.

La principal ventaja es su sencillez, el bajo coste y el tiempo de permanencia en el aire

La principal ventaja de este sistema reside en su sencillez, en el bajo coste -cercano a los 500 euros por lanzamiento- y en el tiempo efectivo que puede permanecer en el aire -unas 8 horas de media- enviando información crucial sobre el avance de las llamas. Unas ventajas que no ofrecen otros medios aéreos como los drones, que requieren de baterías, o los vehículos tripulados -como aviones o helicópteros- cuyo coste es mucho más elevado. En el caso de las imágenes por satélite, el principal impedimento está en su disponibilidad durante largos periodos de tiempo, algo que los globos sí pueden ofrecer al estar dedicados exclusivamente a este fin.  

Los impulsores del proyecto prevén el envío de imágenes, tanto de la cámara visual como de la cámara térmica, a una estación receptora con una frecuencia de entre 5 y 10 minutos. Una vez recibidas, las imágenes pueden ser reenviadas a los distintos equipos de operaciones para detectar los puntos calientes del incendio. Algo que supone un gran avance, según uno de los investigadores principales del proyecto, Miguel Almeida. "Uno de los problemas más frecuentes es la correcta detección del frente del incendio y de los focos secundarios. En muchos casos el acceso a información errónea, aportada por los vecinos de forma involuntaria, dificulta las tareas de extinción". El uso de imágenes aéreas casi en tiempo real contribuirá a una mayor efectividad y rapidez en la intervención de los bomberos.

Elevado grado de precisión

El proyecto Eye in the Sky está coordinado por tres organismos que se encargan de las distintas vertientes. Almeida forma parte de la Asociación para el Desarrollo de la Aerodinámica Industrial (ADAI), que se encarga de la parte relativa al fuego y que coordina las necesidades sobre el terreno con el equipo de ingenieros que desarrolla la parte técnica del proyecto, en manos del Instituto de Ingeniería Mecánica (IDMEC) de la Universidad de Lisboa y coordinada por la investigadora Alexandra Moutinho. Este equipo es el encargado de incorporar los diferentes componentes del globo y de diseñar su trayectoria para que el tiempo útil en el que está en el aire sea lo más extenso posible. 

A pesar de que el control efectivo se pierde después del lanzamiento, los investigadores han logrado alcanzar un grado elevado de precisión en la trayectoria del globo, gracias a los datos sobre los vientos en las distintas alturas. "Tenemos la gran ventaja de contar con una buena estimación de los vientos. Conseguimos tener una previsión de la trayectoria del globo, teniendo en cuenta características como el lugar y la hora del lanzamiento, la cantidad de helio o el peso de la carga", explica Moutinho. Las últimas pruebas, realizadas con quemas controladas, han demostrado la efectividad de este método.

Un solo uso

La ausencia de un control efectivo sobre el globo, sin embargo, impide su recuperación. Algo que ha obligado a incorporar un sistema de corte automático que libera las cámaras y sensores del globo, que sigue su ascenso hasta su explosión en una altura cercana a los 30.000 metros. Para garantizar la recuperación del material, los investigadores están trabajando en la incorporación de un dron que pueda ser dirigido desde tierra y que permita, a su vez, volver a pasar por la zona del incendio para captar nuevas imágenes en el descenso. 

Esta cuestión ha planteado algunas dudas respecto a la obtención de permisos aéreos, ya que la trayectoria en ascenso del globo y el posterior descenso del aparato no tripulado invaden el espacio aéreo de vuelos comerciales, que se sitúa alrededor de los 10.000 metros de altitud. "La parte regulatoria del lanzamiento del globo sin el dron es relativamente simple, pero el escenario cambia cuando contamos con aparatos no tripulados. El análisis de riesgo es más complicado y, de entrada, vamos a necesitar el cierre de un espacio aéreo delimitado", apunta Moutinho. La Autoridad Nacional de Aviación Civil (ANAC) ya ha mostrado su interés en hacerlo posible.

Mejora de las comunicaciones

Además de enviar imágenes visuales y térmicas de los incendios, el globo también contará con un repetidor de comunicaciones que garantizará la correcta coordinación de los equipos desplegados en el terreno. "Muchas veces las comunicaciones fallan porque hay zonas en las que no llega la señal o porque hay una sobrecarga del sistema. El uso del globo como repetidor es una solución barata y rápida a este problema", señala Moutinho. El fallo de las comunicaciones fue una de las causas del elevado número de víctimas en el trágico incendio de Pedrogão Grande en 2017, que acabó con la vida de 66 personas.

El desarrollo de la parte de las comunicaciones está a cargo del Instituto de Telecomunicaciones, una entidad privada sin ánimo de lucro con presencia en las principales universidades del país. Su próximo objetivo es realizar pruebas en el archipiélago de Madeira para comprobar la efectividad del repetidor instalado en el globo y garantizar su incorporación en el SIRESP, el sistema de comunicaciones de emergencia utilizado por los distintos equipos operacionales lusos.   

Formación de equipos

El objetivo final es que sean los propios equipos de bomberos y de Protección Civil los encargados de utilizar estos aparatos, lo cual requerirá un proceso de formación que puede alargarse cerca de un año. Los impulsores del proyecto son cautos a la hora de adelantar fechas de una implementación de este sistema en incendios reales, aunque aseguran que la acogida por parte de los principales organismos de gestión de emergencias está siendo muy positiva.

Los expertos coinciden en que el aumento del número de incendios y de su intensidad, debido a las alteraciones climáticas, obligará a acelerar proyectos como Eye in the Sky en los próximos años.