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¿Admirados, temidos o respetados? Los estereotipos marcan la imagen que España tiene sobre los alemanes

El país teutón destaca como la nación mejor valorada por los ciudadanos españoles, según un informe del Real Instituto Elcano

“Existe mucho estereotipo en los medios y entre los españoles. No somos tan buenos, aquí hay muchas cosas que funcionan mejor que allá”, asegura la embajadora alemana en Madrid

Un hombre alza una bandera alemana en El Vaticano.

Un hombre alza una bandera alemana en El Vaticano. / Reuters/Yara Nardi

Javier Martínez Candela

Javier Martínez Candela

Son admirados, pero no queridos. Los calificamos como organizados y rigurosos. Destacan por tener valores deseables. Y, sin embargo, no nos pondríamos en su piel y (mayoritariamente) no desearíamos vivir en su país. Alemania es la nación mejor valorada por los españoles, aunque el desconocimiento general provoca que los estereotipos 'nos pesen' a la hora de definir a sus ciudadanos.

Así lo indica el informe "La imagen de Alemania en España", presentado por el Real Instituto Elcano este jueves en el Espacio Bertelsmann de Madrid. El estudio, realizado con una muestra de más de 1.000 entrevistas y con el patrocinio de la Embajada alemana, partía con el objetivo de conocer la opinión española sobre el país teutón.

Según la encuesta, Alemania destaca con un 7,3 de puntuación media como la nación más valorada por los ciudadanos españoles en términos generales, bastante por encima de otros países europeos como Francia (6,3), Italia (6,2), Reino Unido (5,9) o la propia España (6,7). En términos ideológicos, las personas autocalificadas de izquierdas dan peor nota, mientras la valoración roza el 8 en las personas de derechas.

La gran mayoría de las ideas espontáneas que se asocian con Alemania son positivas: destacan su carácter, su economía y sus productos, con especial mención al automóvil. La organización, la rigurosidad, el civismo, la honradez, la fiabilidad y la idea de potencia en Europa son lo más destacado. Por contra, apenas un 8% alude de forma espontánea a algo negativo, principalmente su antipatía, rigidez y baja sociabilidad. Además, el peso de la época nazi de Adolf Hitler en la influencia sobre los alemanes en 2023 está prácticamente olvidado del imaginario general español, al menos en la primera idea.

El respeto que provoca Alemania, especialmente por su pujanza en términos económicos y tecnológicos, no se ve empañado por el temor o la desconfianza hacia sus ciudadanos. Sin embargo, “la admiración no implica necesariamente el afecto”, como recuerda Charles Powell, director del Instituto Elcano. Surge ahí la distancia emocional de los españoles con Alemania: es un país admirado, en el que se confía y no despierta temor... pero tampoco apego. Sólo un 37% de los entrevistados dice sentir bastante o mucha simpatía por ese país.

Y es que, por muy admirada que sea Alemania, la mayoría de los españoles asegura que no les gustaría vivir, trabajar o estudiar en ella. La comida, la cultura y el idioma, considerado difícil y poco atractivo, son los grandes ‘peros’ que se encuentran a la hora de dar el salto.

Décadas de respeto

La admiración hacia Alemania viene de lejos, desde los años 60 y 70, cuando los españoles marchaban a trabajar. El respeto y el agradecimiento creció por el apoyo de Berlín durante la Transición, lo que ayudó a la democratización de España y a su entrada en los organismos europeos.

Este apoyo, acompañado de la ausencia de conflictos históricos directos como sí ocurre con otros países respetados (como Francia o Reino Unido), hizo que la simpatía se mantuviera siempre alta… hasta la pasada década. Tras la Gran Recesión, la crisis económica de 2008 a 2013, la valoración española al país teutón tocó su mínimo, por debajo del aprobado. El desacuerdo de los españoles con los términos del “rescate” a las economías del Sur de Europa perjudicó la visión española hacia Berlín, que actuó de manera egoísta y poco solidaria con los países despectivamente apodados como PIGS (Portugal, Italia, Grecia y España).

En la actualidad, tras diez años de recuperación y un cambio en la mentalidad de ayuda como pudo comprobarse en la recuperación de la crisis del covid, ese período parece ya olvidado y el prestigio alemán en España se ha recuperado.

Estereotipos y el desconocimiento

Esta contradicción entre la excesiva admiración y la distancia emocional se apoya en los clichés típicos del alemán trabajador y frío. Son rígidos, viven para trabajar, pero no saben ‘vivir la vida’. ¿Son los germanos tan perfectos como creemos? “Existe mucho estereotipo en los medios y entre los españoles. No somos tan buenos, aquí hay muchas cosas que funcionan mejor que allá”, asegura Maria Margarete Gosse, la embajadora alemana en Madrid, que apunta a las políticas de igualdad como uno de los puntos fuertes españoles frente a su país.

El principal defecto que encontramos en la población alemana es el egoísmo, percibido por un 42% de la muestra al oponerlo a su solidaridad. Según Gosse, se trata de otro de esos casos de clichés que habría que desterrar de nuestro imaginario y pone como ejemplo los datos de ayuda humanitaria, donde el país teutón es año tras año el segundo que más aporta (solo por detrás de Estados Unidos), pese a ser la cuarta economía mundial.

Todos estos estereotipos percuten más a nuestra idea de Alemania gracias al desconocimiento general que existe. Ni sus políticas interiores ni sus relaciones internacionales son generalmente conocidas por la población española, por lo que los clichés cogen más fuerza. El presunto egoísmo alemán, aunque más frecuente entre los jóvenes y la izquierda, es un factor relevante para todos los grupos analizados. Por ello, la embajadora se pone el reto de mejorar su proyección de la imagen a nuestro país, tal y como concluye el informe.