FENÓMENOS AÉREOS NO IDENTIFICADOS

Biden crea un grupo de trabajo para estudiar los riesgos de objetos aéreos mientras se acumulan interrogantes sobre los últimos derribados

La Administración desconoce propiedad u objetivos de los tres aparatos derribados entre viernes y domingo

El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby.

El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby. / Reuters

Idoya Noain

Los derribos por parte de

Estados Unidos

de objetos aéreos no identificados se acumulan y, con ellos, los interrogantes. A diferencia del globo derribado por dos aviones de combate el 4 de febrero, cuya propiedad se identificó y fue reconocida por 

China

 y al que Washington atribuyó un objetivo de espionaje, las incógnitas rodean a otros tres aparatos más pequeños y que volaban a menor altura, que fueron derribados viernes, sábado y domingo al considerarse que representaban un riesgo “muy real” para el tráfico aéreo comercial. Y este lunes se ha anunciado que el presidente 

Joe Biden ha creado un grupo de trabajo que estudiará “las implicaciones políticas más amplias para detectar, analizar y deshacerse de objetos aéreos no identificados que representan riesgos para la protección o la seguridad”.

La idea de la formación de este grupo partió de Jake Sullivan, el Asesor de Seguridad Nacional de Biden, e integrará a representantes del Pentágono, la Administración Federal de Aviación y el Departamento de Seguridad Nacional, así como de otras agencias gubernamentales. “Todos los elementos del gobiernos redoblarán sus esfuerzos para comprender y mitigar estos acontecimientos”, ha dicho en la rueda de prensa diaria de la Casa Blanca Kohn Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional.

Era una de las pocas declaraciones asertivas que podía hacer Kirby en esa comparecencia y sus explicaciones siguen sin despejar muchas incógnitas. Las autoridades no detectaron que los objetos derribados el viernes sobre Alaska, el sábado sobre Canadá y el domingo sobre el lago Huron enviaran señales de comunicación. Tampoco vieron señales de que los artefactos, que no estaban tripulados, tuvieran capacidad de propulsión y la tesis dominante, según Kirby, es que se movían por los vientos.

Espionaje, quizá; extraterrestres, no

Respecto a la posibilidad de que los aparatos se usaran para espionaje, Kirby ha dicho que “no hay razones específicas para sospechar que estuvieran realizando vigilancia de ningún tipo”, pero a continuación ha añadido que “no se puede descartar”. Ha asegurado además que se actuó “por precaución... para proteger seguridad, intereses y seguridad de vuelos”.

Quizá haya más respuestas cuando se recuperen los restos de los tres objetos, pero es algo para lo que este lunes había que seguir esperando. Y el secretario de Defensa, Lloyd Austin, confirmaba que aún no se había logrado acceder a esos restos, una misión para la que Defensa está colaborando, entre otros, con el

FBI

, la

NASA

, la Administración Federal de Aviación. 

Lo que tanto Kirby como la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, sí han descartado, entre risas pero también con seriedad, es que los objetos puedan estar vinculados a actividad alienígena o extraterrestre. Y es algo que ha sido necesario remarcar después de una declaración de un mando del Pentágono el fin de semana diciendo que personalmente él no descartaba nada.

Radares y sensores ajustados

Kirby ha ratificado que la detección creciente de objetos se ha debido a que el Mando Norteamericano de Defensa Aeroespacial (NORAD por sus siglas en inglés), ha ajustado su sistema de radares y sensores para hacerlos más sensibles, lo que ha hecho que se eleve el número de incursiones detectadas. También ha defendido que durante años ha habido información sobre “fenómenos aéreos no identificados” sin que eso motivara un examen profundo por parte del gobierno y “el presidente Biden ha cambiado eso”. “Por fin estamos intentando entenderlos mejor”, ha asegurado.

Lo que no ha contestado es por qué se ha decidido empezar a derribarlos ahora, más allá de frases insistiendo en que es “preferible errar en el lado de la seguridad”. Y Kirby ha afirmado que aún está por determinar si debe haber cambios en la política para aprobar este tipo de operaciones.

Republicanos y demócratas han pedido que se desarrollo precisamente una política que determine cuándo se debe derribar un objeto aéreo no identificado, especialmente si sobrevuelan localizaciones sensibles, pero Kirby este lunes ha asegurado que no hay una política general para todas las bases militares en territorio continental de los EEUU. “No hablaré de las precauciones específicas en las bases pero haremos todo lo que sea necesario para proteger los secretos de la nación”, ha dicho.