NACIONES UNIDAS

Antifeministas, negacionistas y conspiranoicos se alían contra la Agenda 2030: "Comerás grillos y serás feliz"

Difunden mensajes de desprecio a los objetivos internacionales de lucha contra la pobreza o el cambio climático en cuentas con decenas de miles de seguidores

Atacan los valores fundacionales de Naciones Unidas [...] hay informes de personal de la ONU que ha sido acosados o atacados por su trabajo”, dice Roberto Valent, de Naciones Unidas

Cuentas conspiranoicas cargan contra la Agenda 2030

Cuentas conspiranoicas cargan contra la Agenda 2030 / NACHO GARCÍA

Mario Saavedra

Mario Saavedra

¿Quién puede despreciar a la vez a Shakira (por promover los objetivos de desarrollo sostenible), a Federico Jiménez Losantos (por defender la vacuna contra el Covid), a Greta Thunberg (por su lucha contra el cambio climático) y a George Soros y Bill Gates (por controlar el mundo)? Bienvenidos a la cuenta “fake” de Agenda2030: 170.000 seguidores y una campaña muy agresiva contra casi todo lo que suene a consenso social.

Primero, la información de fondo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible es un conjunto de 17 objetivos que 193 países se comprometieron a alcanzar de aquí a siete años. Reducir la pobreza y el hambre, luchar contra el cambio climático, mejorar la educación de los niños en los países pobres o promover la igualdad de género. Todo, en base a indicadores concretos y medibles. Por ejemplo, la primera meta es la de erradicar la pobreza extrema de la faz de la Tierra, y se mide con indicadores como el número de personas con ingresos medios inferiores a 1,25 dólares al día. Como esa, 231 metas numéricas a cumplir antes de que acabe esta década. La adoptó la Asamblea General de Naciones Unidas en 2015. 

“Es una brújula para orientar la acción de cada país y del mundo hacia el desarrollo sostenible. Es una visión de consenso y un conjunto de prioridades para abordar muchos de los desafíos más apremiantes de la humanidad”, explica a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA Roberto Gabriele Valent, director de coordinación para el desarrollo sostenible de América Latina y Caribe de Naciones Unidas. “Lamentablemente, hay grupos antiderechos y en contra de la agenda multilateral, incluidos aquellos que no reconocen la importancia y la urgencia de los efectos negativos del cambio climático”. 

En la ciberesfera española, el más destacado es la mencionada cuenta anónima de Twitter. La idea central que transmite en su timeline es que hay un plan internacional para domeñar a la humanidad. Con memes y sarcasmo, va colocando mensajes contra casi todos los consensos sociales, siempre con la coletilla distópica “no tendrás nada, y serás feliz”. El icono es el círculo con cuentas de colores, emblema de la Agenda 2030, con un triángulo y un ojo en su interior - el ojo de la providencia que se asocia con grupos secretos como los masones o los Illuminati, otra de las obsesiones de los conspiranoicos globales.

“Comerás insectos, te ducharás con agua fría, pondrás la lavadora a las 3 de la mañana, la calefacción a 17°, irás a remar en bici, no tendrás familia y sí mascota, sin propiedad en un zulo-habitación, fluirás de género, te conectarás a mi bigTech y no tendrás nada y serás feliz”, se lee en la cuenta. Se critican así, al mismo tiempo, los intentos de reducir el consumo mundial de carne (más cara, contaminante y de mayor gasto de recursos agrarios); los esfuerzos de ahorro energético; el transporte sostenible; o las nuevas formas de familia y los derechos de género. También, el capitalismo de plataforma y la carencia de vivienda accesible en propiedad. 

La cuenta arrancó con fuerza durante la pandemia, con mensajes eminentemente antivacunas y de desinformación sobre todo lo relacionado con el covid 19. “Lo llamé Pasaporte Covid porque Pasaporte Borregos quedaba demasiado pretencioso por mi parte”, escribía, mientras clamaba contra los “Covidiotas” que vivían en un “Mátrix” ignorando que “los señores Soros y Gates han comprado la mayor fábrica de test Covid del mundo”. Los que se han vacunado están, simplemente, “lobotomizados”.

Ahora que la pandemia ha perdido fuerza, la cuenta se centra en otras guerras culturales nacionales. Carga contra Podemos, pero no sólo. Su último objetivo es Josep Borrell (un “títere” de la Agenda 2030 que promueve la guerra de Ucrania). También, las cuestiones de género, la transexualidad, el uso del sujetador o el aborto. “Un templo satánico abre una nueva clínica abortiva para matar a los bebés en abortos rituales”, ha redifundido recientemente a sus 170.200 seguidores. Y son aparentemente casi todos seguidores auténticos: menos del 5% son usuarios falsos, según Twitter Audit. 

Esta no es la única cuenta conspiranoica de las redes sociales, pero en España es la que más liga los objetivos mundiales de desarrollo sostenible con ficticias tramas internacionales de control de la humanidad. 

“Estos grupos de interés usualmente atacan los valores fundacionales y la misión del sistema de las Naciones Unidas en varios países del mundo”, opina el responsable de Naciones Unidas. “Y hay informes sobre algunos miembros del personal de la ONU que han sido acosados o atacados por su trabajo en defensa de los derechos humanos y de la protección del medio ambiente y de la biodiversidad”.

Un impacto limitado de los objetivos


En España, los objetivos de desarrollo sostenible son responsabilidad del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, dirigido por Ione Belarra, también secretaria general de Podemos. Hay cerca de medio millar de indicadores recopilados sobre las condiciones de vida de los españoles: tan concretos como el porcentaje de casas que disponen de aseo o agua corriente (cerca del 100%), la población en riesgo de pobreza (21%) o con carencia material severa (7%).

La Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas no está exenta de críticas fundadas. Un artículo de Nature ha analizado la eficacia de ese acuerdo internacional desde 2016 a 2021, en base a 3.000 estudios científicos al respecto. Concluye que “los objetivos han tenido cierto impacto en las instituciones y las políticas”, pero que ese impacto “ha sido en su mayor parte discursivo, para ayudar a los actores políticos a comprender y comunicar el desarrollo sostenible”. Los cambios más profundos, “especialmente los que implican cambios en los presupuestos de los Estados”, siguen siendo escasos. “La evidencia científica apunta a que el impacto político transformador de los Objetivos de Desarrollo Sostenible han sido, hasta la fecha, limitados”.