DELITOS SEXUALES

Escándalo en la policía de Londres: un violador en serie amparado durante 20 años por sus colegas

David Carrick admite medio centenar de delitos sexuales y agresiones contra una decena de mujeres, sin que denuncias y acusaciones le hicieran perder el uniforme de Scotland Yard

David Carrick en una imagen de archivo.

David Carrick en una imagen de archivo. / Reuters

Begoña Arce

Durante más de dos décadas, David Carrick aprovechó el uniforme de policía para violar, torturar, humillar y destruir mentalmente a las mujeres que fue encontrado a su paso. A sus víctimas las aterrorizaba y les advertía que nadie les creería si le denunciaban porque era un oficial de Scotland Yard. Con un expediente plagado de abusos sexuales, acoso y violencia doméstica, hubo según el informe oficial, nueve oportunidades de investigarle, pero sus mandos miraron a otro lado y dieron carpetazo a las denuncias. Solo el martes, después de haber admitido 49 delitos, cometidos entre el año 2000 y el 2021, fue despedido.

El escándalo es el último caso de agresiones sexuales contra mujeres protagonizado por un miembro de la policía de Londres. En marzo del 2021 otro agente, Wayne Couzens, secuestró violó y asesinó a Sarah Everad, cuando ésta caminaba de vuelta a su domicilio, un crimen que provocó un gran movimiento de repulsa y manifestaciones multitudinarias. Las mujeres no se fían de las fuerzas del orden y con razón. En estos momentos la Policía Metropolitana (Met) investiga 1.633 denuncias de delitos sexuales o violencia doméstica de la última década, en las que están presuntamente involucrados sus agentes. 

"El Cabrón"

Carrick de 48 años, al que sus compañeros apodaban “El Cabrón” (“Bastard”), conoció a varias de sus víctimas en aplicaciones de citas. Una vez ganada su confianza, en parte gracias a su profesión, pasaba a controlar cada uno de sus movimientos y a agredirlas. A algunas las encerró durante horas en un armario bajo las escaleras de su casa, o las azotó con un cinturón y las arrastró del pelo exigiéndoles que dijeran, “soy tu esclava”, “soy tu puta”. “Puedo matarte sin dejar rastro, ni prueba” le lanzó a una de ellas. Los detalles relatados por la docena de mujeres que han declarado en su contra son sórdidos y aberrantes. A una antigua novia le puso una de las esposas reglamentarias en una muñeca y cerró el otro extremo en el tobillo de la mujer. Luego le dijo que se había dejado la llave en la oficina de Londres.

Delitos ignorados

Carrick había pasado dos años en el Ejército cuando en el 2001 ingresó en la Met. Superó las pruebas a pesar de estar acusado de un robo en el domicilio de una antigua novia, a la que también intervino ilegalmente el teléfono, y un año más tarde fue acusado de acoso y agresión a su antigua pareja. Los incidentes de acoso y violencia doméstica se repitieron en 2004, 2009, 2014 y 2019. En 2017 protagonizó un altercado en una discoteca. Ningún oficial será investigado ahora por haber dejado pasar impunemente tales delitos.

Carrick nunca fue detenido hasta julio del 2021, cuando una mujer le denunció por violación, pero ni siquiera entonces fue suspendido en el puesto y la mujer terminó por retirar la demanda. Tres meses más tarde sin embargo otra mujer presentó una denuncia similar. El día anterior, Couzens, el asesino de Sarah Everad, había sido condenado a cadena perpetua. Detenido y suspendido por la Met, la publicidad del nuevo caso llevó a otra docena de mujeres a denunciar a Carrick. En diciembre del 2022 se declaró culpable de 43 delitos en el tribunal del Old Bailey. Fue entonces cuando la policía dejó de pagarle el sueldo. En enero de este año admitió otros seis cargos. La pena de cárcel con la que será castigado se anunciará en febrero. 

Abusos y misoginia

¿Cómo un violador y agresor pudo continuar en Scotland Yard durante más de 20 años, a pesar de denuncias de abusos y misoginia? El jefe de la Met, Mark Rowley, ha pedido perdón a las víctimas y ha anunciado la revisión de todos los expedientes de los 45.000 oficiales y personal a su cargo, a la búsquedas de ofensas previas que no se hayan tenido en consideración.