Opinión | EN CLAVE EUROPEA

La industria europea, en peligro

La pérdida de competitividad de la industria de la UE a causa de unos mayores costes energéticos que sus competidores no es nueva

Uno de los parques eólicos marinos de Iberdrola.

Uno de los parques eólicos marinos de Iberdrola. / Chris James

El futuro económico e industrial de la Unión Europea (UE) está en peligro debido a que los precios energéticos se han encarecido en los últimos 18 meses mucho más que en sus competidores mundiales y a los masivos subsidios de Estados Unidos y China a sus industrias nacionales, advirtió el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, en su carta de invitación a la cumbre celebrada el 15 de diciembre en Bruselas.

La pérdida de competitividad de la industria de la UE a causa de unos mayores costes energéticos que sus competidores no es nueva. En octubre de 2020, mucho antes de que se iniciara en junio de 2021 la actual crisis de precios energéticos, la Comisión Europea reconoció en un informe que el precio que pagaban entonces las empresas e industrias de la UE era mucho más elevado que en la mayoría de sus competidores del Grupo de las Veinte principales economías (G20) y casi el doble que en EEUU. El precio que entonces pagaban los hogares de la UE también era el doble que en los países del G20, según el informe.

El retraso de más de un año en la aún pendiente reforma del sistema disfuncional de precios mayoristas de la electricidad de la UE y, posteriormente, unas sanciones energéticas mal diseñadas contra Rusia han multiplicado los costes energéticos de la UE. En septiembre de 2021, mucho antes de la invasión de Ucrania, cuando España, Francia, Italia y otros países comenzaron a reclamar la reforma del sistema de precios mayoristas de la electricidad, un estudio del centro europeo Bruegel estimó que la duplicación del precio medio mayorista de la luz en la UE que se había producido hasta los 100 euros el megavatio/hora (MW/h) de ese momento ya suponía un sobrecoste anual de 150.000 millones para las familias e industrias.

Pérdida de la competitividad internacional

Este 16 de diciembre, 15 meses más tarde, el precio mayorista de la luz superaba los 500 euros el MW/h en Europa occidental, excepto en España y Portugal gracias al mecanismo de la excepción ibérica que limitaba el precio a un nivel tres veces inferior. Un precio mayorista de la luz de 500 euros el MW/h (en agosto llegó a los 850 euros) implica un sobrecoste de la factura anual eléctrica para los consumidores de la UE de 750.000 millones de euros respecto al 2020. Esto se ha traducido en un encarecimiento de los productos y servicios y en una pérdida de competitividad internacional para la industria. Estos precios energéticos tan altos fomentan la deslocalización de industrias europeas hacia territorios con costes mucho más bajos.

En la cumbre, los líderes de la UE reclamaron a la Comisión Europea que presente a principios de 2023 su prometida reforma estructural del mercado de la electricidad y que el precio de la luz deje de estar marcado por la electricidad generada por el gas a un precio descontrolado, pese a que solo representa de media el 18% de la electricidad total producida en la UE (15% en España).

Reforma inconclusa

A finales del pasado agosto, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, prometió esta reforma cuando el precio mayorista de la luz amenazaba con llegar a 1.000 euros el MW/h. Pero, cuatro meses más tarde, la reforma sigue sin concretarse y la Comisión Europea parece más preocupada por los intereses de las compañías energéticas que por los graves perjuicios que están sufriendo desde hace 18 meses las empresas no energéticas y los hogares. El sistema generalizado de puertas giratorias de los altos cargos europeos hacia el sector privado, que denuncian la Defensora del Pueblo de la UE, Emily O’Reilly, y las organizaciones pro transparencia, podrían explicar esta resistencia y retraso.

En este contexto, los 400.000 millones subsidios para la industria norteamericana incluidos en la ley de reducción de la inflación que entró en vigor el pasado 16 de agosto suponen una amenaza para el futuro de la industria europea, que no dispone de estas subvenciones y que se ve tentada de trasladar su producción a EEUU. Por ello, los líderes de los Veintisiete reclamaron a la Comisión Europea que presente una propuesta como muy tarde a final de enero para movilizar todos los instrumentos a escala nacional y europea para salvaguardar la base económica, industrial y tecnológica de la UE y preservar su capacidad de competir con la industria subvencionada de las otras potencias. Von der Leyen, la víspera de la cumbre, tampoco había mostrado mucha celeridad en esta otra cuestión candente, ya que anunció que no presentaría hasta verano la propuesta del Fondo de Soberanía para reforzar la industria europea.