UNIÓN EUROPEA

La nueva voz de la juventud europea es mujer y española: "Queremos votar desde los 16 años"

María Rodríguez se acaba de convertir en la primera mujer española de la historia que es elegida presidenta del Foro Europeo de la Juventud

Votar desde los 16 años y prohibir las prácticas laborales no remuneradas son dos de sus principales propuestas

María Rodríguez Alcázar, nueva presidenta del Foro Europeo de la Juventud

María Rodríguez Alcázar, nueva presidenta del Foro Europeo de la Juventud

Alberto Muñoz

Alberto Muñoz

Votar desde los 16 años, prohibir las prácticas laborales no remuneradas o presionar para que la salud mental sea una opción desde los primeros compases de la juventud. María Rodríguez es de Beniel, un pequeño municipio de 10.000 habitantes en Murcia, pero su voz, y sus propuestas, resuenan ya por toda Europa. A sus 26 años, se acaba de convertir en la primera mujer española de la historia que es elegida presidenta del Foro Europeo de la Juventud, y, durante los dos años que durará su mandato, dice, intentará representar a una generación que ha tenido que bregar ya con varias crisis económicas y una pandemia mientras intentaba resolver su propio futuro. 

“Siempre se nos ha ignorado, pero parece que desde el Covid empiezan a entender que tenemos que ser partícipes de las decisiones que se toman. Empleo, vivienda, representación democrática, emergencia climática… Tenemos mucho que decir”, reclama ella en una entrevista con EL PERIÓDICO DE ESPAÑA desde Gante, Bélgica, donde está haciendo un doctorado en Relaciones Internacionales financiado por la Fundación La Caixa.

La voz de los jóvenes, alerta sin embargo, podría escucharse cada vez menos dentro de los distintos parlamentos si no se empiezan a tomar medidas. El envejecimiento de las sociedades europeas ha conducido, dice, a que las pirámides de población engorden por arriba y se debiliten en su base, por lo que los programas políticos no suelen tener en cuenta las reclamaciones de su generación.

“Una de nuestras propuestas más importantes para solucionar este problema sería reducir la edad de voto a los 16 años. De esa forma incluiríamos un mayor porcentaje de voto joven en las elecciones y se prestaría más atención a nuestros problemas”, explica Rodríguez, que recalca que en países como Austria, Malta o Alemania ya se están empezando a dar pasos en esa dirección.

Las consecuencias de no escucharles ya se han sentido incluso dentro del núcleo de la Unión Europea. No se hizo, por ejemplo, en el Reino Unido, donde la población joven votó mayoritariamente a favor de la permanencia en la Unión Europea (un 75% de quienes tenían entre 18 y 24 años), y al final terminó imponiéndose la opción de la salida que querían los sectores más envejecidos del país (la opción Brexit fue mayoritaria a partir de los 45 años).

“Ha habido partidos que ni siquiera han nombrado algo tan evidente como el paro juvenil”, lamenta la joven murciana, que deberá coordinar la comunicación y las propuestas de todas las organizaciones juveniles europeas, no solo las comunitarias, en sus diálogos con la Unión Europea, el Consejo Europeo y Naciones Unidas.

3,7 millones de jóvenes desempleados

Según el último informe de empleo juvenil de la UE publicado en 2021, el desempleo juvenil ha aumentado al 16,8%, lo que significa que ahora mismo hay alrededor de 3,7 millones de jóvenes desempleados dentro de los 27 países que conforman el bloque. De entre ellos, los países del sur de Europa, entre ellos España, siguen siendo los que tienen una tasa significativamente más alta que el promedio de la UE, algunas de ellas superiores al 30% y lastradas por la incidencia económica del coronavirus.

Además, resalta la nueva presidenta del Foro Europeo de la Juventud, una de cada cuatro personas que están en riesgo de pobreza dentro de la Unión Europea es joven.

“Están haciendo de mi generación una generación dependiente de sus padres. La media de edad para emanciparse ya es de 29 años, prácticamente cuando uno deja de ser joven, y muchas veces ni siquiera es una emancipación real porque supone irse de alquiler sabiendo que se tiene un trabajo y un salario precario que te puede hacer volver a la casilla de salida”, reivindica la murciana.

Durante las últimas décadas, explica ella, el precio de la vivienda ha subido “mucho más rápido que nuestros salarios", y eso al final se ha traducido en que "no podamos tener la vida que tenían nuestros padres a nuestra edad en términos de una vivienda propia" o un trabajo estable.

Para empezar a solucionarlo, una de las medidas que proponen desde el Foro Europeo de la Juventud es, por ejemplo, que se prohíban las prácticas laborales no remuneradas.

"Estamos hablando de un principio de equidad. No es solo por justicia, porque una persona tiene que cobrar por su trabajo, sino por igualdad de oportunidades. Quizás haya quien pueda permitirse trabajar sin cobrar por el apoyo de sus padres, pero, ¿y quién no lo tenga? Está bloqueado", argumenta Rodríguez, que pone como ejemplo el hecho de que en 2023 vaya a entrar en vigor el Estatuto del Becario en España.

Para proteger a los jóvenes, además, desde el Foro Europeo de la Juventud se propone ampliar la cobertura y la accesibilidad a los servicios de salud mental, aunque en este caso reconocen que es más complicado que consigan "algo más que compromisos" porque las competencias sanitarias no son comunitarias.

"Estamos hablando de sentimientos como la frustración, por ejemplo. Frustración por la inquietud de no saber si conseguirán una vida independiente, por si conseguirán o no un trabajo estable o por cuándo podrán tener una vida independiente. Es muy importante apoyar a nuestros jóvenes en este sentido, y, a pesar de que es algo de lo que nos hemos dado cuenta especialmente a raíz de la pandemia, no debemos olvidarnos de ello", apunta la joven murciana.