ESTADOS UNIDOS

Sonado fracaso en estados clave de los 'negacionistas electorales' apoyados por Trump

En los estados bisagra donde el expresidente cuestionó los resultados, han sido derrotados los aspirantes republicanos

Donald Trump.

Donald Trump.

Idoya Noain

No iban de farol pero han perdido el órdago. La abrumadora mayoría de los candidatos más fieles a las teorías conspiratorias de Donald Trump sobre supuestos fraudes en las urnas que optaban a cargos que podían jugar un papel trascendental en futuras elecciones, especialmente el de secretario de estado, han sufrido en los últimos comicios de mitad de mandato una sonada derrota.

El problema no ha desaparecido y el Congreso estará bien nutrido de 'negacionistas' electorales, al menos con 150 en los escaños, pero los votantes han frenado de momento el golpe que auguraba una crisis iniciada en los estados en 2024, o más adelante. Lo han hecho, además, con contundencia, enviando un mensaje que resuena incluso dentro de las filas del Partido Republicano.

En ninguno de los seis estados bisagra donde Trump intentó revertir los resultados legítimos de las presidenciales de 2020 que ganó Joe Biden los aspirantes republicanos más extremos han ganado las carreras a los cargos vitales para la gestión de elecciones y la certificación de resultados en Estados Unidos. Y con sus derrotas quedan en la cuneta promesas de deshacer la certificación a los resultados de 2020 (algo que legalmente es cuestionable que pudieran hacer) y propuestas como bloquear todo el voto por correo, retirar las máquinas electrónicas de voto u obligar a realizar manualmente el escrutinio.

"Un voto por la normalidad"

Los secretarios de estado de Arizona, Michigan y Nevada serán demócratas que se han impuesto a tres de los más extremos negacionistas cuyos nombres estaban en las papeletas y han salido derrotadosMark Finchem, Kristina Karamo y Jim Marchant. En Georgia, mientras, ha sido reelegido Brad Raffensperger, el republicano que ya en 2020 desoyó las presiones de Trump (que está bajo investigación en el estado por sus intentos de inferencia). “Ha sido un voto por la normalidad”, ha dicho estos días Raffensperger, que en las primarias había superado el reto de un candidato avalado por el expresidente.

El trumpismo ha sufrido además derrotas en Pensilvania, donde es el gobernador quien designa al secretario, y en Wisconsin, donde el aspirante republicano habría podido impulsar un plan para eliminar la comisión bipartidista que actualmente administra las elecciones. Ambos han reconocido sus derrotas sin retar los resultados.

Pese a los fracasos en las urnas, en la mayoría de los casos no se están produciendo denuncias de fraude para explicar esas derrotas aunque, en Arizona, Finchem sí ha sacudido sin pruebas fantasmas de supuestas irregularidades en otras carreras en el estado. El propio Donald Trump también intenta sembrar dudas sobre el proceso de escrutinio, largo pero legal, en el estado y hace unos días escribía en su red social que Arizona “quiere más tiempo para hacer trampas”. Aún no se sabe quién de las dos candidatas a gobernadora ha ganado y la republicana, Kari Lake, es una de las más aspirantes extremistas en estas elecciones.

Inversiones millonarias

El consenso generalizado es que los votantes interiorizaron las alertas sobre los riesgos que supondría para la integridad del sistema el triunfo de los aspirantes negacionistas, especialmente en las secretarias de estado. Además, prestaron mucha más atención que de costumbre a carreras para un cargo al que históricamente no desataba tanto interés, pero en las que este año se han invertido muchos más esfuerzos, incluyendo económicos.

La Asociación Demócrata de Secretarios de Estado y sus grupos afiliados, por ejemplo, recaudaron 30 millones de dólares, una cantidad que multiplica por más de siete lo que recaudaron en las elecciones de 2018 y 2020 juntas. Además se sumaron inversiones de otros grupos y lo recaudado por los propios candidatos. Y los que se presentaban en las carreras más determinantes en estados bisagra tuvieron también los respaldos de figuras como Barack Obama en el campo demócrata y de Trump en el republicano.

Steve Simon, el demócrata que ha renovado el cargo de secretario de Estado en Minnesota, ha dicho en unas declaraciones a 'Politico' que “los votantes se tomaron en serio la idea de que estamos en un punto de inflexión en lo que se refiere a nuestra democracia. Está bien ser siempre escéptico con el Gobierno, y las elecciones no son diferentes, pero cuando vas más allá directamente a hostilidad y desinformación, la gente no quiere ser parte de eso”, ha declarado.

La gente está cansada del caos y quiere estabilidad. Los republicanos están cansados. Han visto que no es un camino hacia la victoria. Y están escuchando a los votantes”, ha opinado Cisco Aguilar, el demócrata que se ha impuesto en Nevada a Marchant.

Este último lideraba una coalición de candidatos republicanos, agrupada bajo el nombre “América primero”, que surgió tras reuniones organizadas, entre otros, por un propagador de teorías conspiratorias de QAnon. Los afiliados al grupo, apoyado por figuras destacadas del movimiento que cuestiona 2020 y el sistema electoral, prometía revertir los resultados legales de las últimas presidenciales. En un mensaje profundamente antidemocrático, Marchant también dijo en los últimos días de campaña que si él y otros candidatos a secretario de estado ganaban Trump volvería a la Casa Blanca en 2024.