'MIDTERMS' 2022

Vencedores y vencidos de las legislativas en EEUU: cuatro lecturas del resultado

USA-ELECTION/TRUMP

USA-ELECTION/TRUMP / RICARDO ARDUENGO

Ricardo Mir de Francia

Tenían a su favor la historia, que tiende a castigar severamente al partido que manda en la Casa Blanca. Tenían a su favor a uno de los presidentes más impopulares de las últimas décadas, que ha tenido que echar mano de sus subalternos para levantar el ánimo de las bases demócratas. Y tenían un contexto económico extremadamente propicio, con la inflación más alta de los últimos 40 años en un país donde millones de personas tienen que hacen malabarismos para sobrevivir. Pero nada de eso ha bastado para que los republicanos arrollaran en las elecciones legislativas de medio mandato en Estados Unidos,

como muchos vaticinaban. El control del Congreso sigue en el aire en las dos cámaras, a falta de cerrarse el escrutinio, pero el resultado en ciernes aporta varias conclusiones.  

Bofetada para Trump

Estas elecciones debían de ser la alfombra roja que llevaría a 

Donald Trump

 a anunciar su nueva candidatura a la Casa Blanca la semana que viene, convertido en el líder indiscutible del Partido Republicano. Al fin y al cabo, suyos eran la mayoría de candidatos, elegidos por su lealtad y adhesión a la falsa teoría del fraude electoral en contra del criterio de otros líderes conservadores, partidarios de apostar por la capacitación de los elegidos. El resultado, sin embargo, no ha estado a la altura.  

Si bien más de la mitad de los 370 candidatos que cuestionaron la legitimidad de la victoria de Joe Biden en 2020 han resultado elegidos, según un análisis del ‘New York Times’, algunas de las grandes apuestas de Trump han acabado pinchando y poniendo en peligro la conquista conservadora del Senado. Perdieron en Pensilvania Nuevo Hampshire, y si se mantiene la tendencia, también lo harán en Arizona Georgia, estados a priori propicios. Para colmo, Ron DeSantis, el hombre que se perfila potencialmente como su principal rival para 2024 en el seno del partido, ha salido más reforzado que ningún otro republicano en estas elecciones.  

No habría que descartar que se reabra la caja de los truenos en el partido si los conservadores no acaban imponiéndose en las dos cámaras.   

Los demócratas minimizan la historia

La tradición está para romperse, pero pocos presidentes lo han conseguido. El desgaste presidencial suele traducirse en pérdidas masivas para su partido en las elecciones de medio mandato. Trump perdió 38 escaños del Congreso en 2018; 

Obama

, 69 en 2010; 

Bush

, 36 en 2006 y Clinton, 60 en 1994. Esta vez el cómputo global sigue siendo una incógnita, pero todo apunta a que la sangría demócrata se circunscribirá a la Cámara de Representantes, donde los republicanos siguen siendo favoritos para recuperar la mayoría, y será relativamente modesta.  

La explicación podría estar en el rechazo creciente al extremismo que se ha apoderado de la política estadounidense. Los votantes independientes, que habitualmente castigan al partido en el poder en las legislativas, se decantaron esta vez por los demócratas (49% frente al 47%), según las encuestas a pie de urna. Esos mismos sondeos concluyeron que Trump genera mayor rechazo entre el electorado que Biden (60% frente al 54%). A lo que habría que añadir la importancia que dieron al derecho al aborto, defendido por los demócratas y revocado hace unos meses por el Tribunal Supremo de mayoría conservadora, millones de votantes, según esos mismos sondeos. 

Florida y Ohio giran a la derecha

Son muchas las elecciones presidenciales que han acabado decidiéndose en estos dos estados, considerados hasta ahora como estados bisagra, tan reñidos que la victoria estaba al alcance de cualquiera de los partidos. Estas ‘Midterms’, sin embargo, han acabado con esa percepción. En el ‘estado soleado’, el gobernador Ron DeSantis se impuso a su rival demócrata por casi 20 puntos, ganando incluso en condados como Miami-Dade, que Hillary Clinton se llevó por un margen de 29 en 2016. Algo parecido a lo que consiguió el senador republicano Marco Rubio, quien se impuso por 16 puntos.  

Los dirigentes demócratas en Florida están que trinan. Acusan al partido de no haber invertido allí lo suficiente, dejando que la población latina siga basculando hacia la derecha, que se nutre también de los pensionistas que se instalan en el estado por su clima y bajos impuestos. En Ohio los motivos del vuelco son algo distintos. La clase trabajadora del que pasa por ser uno de los estados más desindustrializados ha comprado el proteccionismo de Trump y sus arengas contra China y ha pasado a votar contra sus intereses de clase.   

A corto-medio plazo puede ser un problema de envergadura para los demócratas si ambos estados dejan de ser competitivos. 

Los réditos de la defensa del aborto

Dirigentes de la izquierda demócrata como Bernie Sanders criticaron en la recta final de la campaña que el mensaje de los suyos se hubiera centrado demasiado en cuestiones sociales como el aborto, pero todo indica a que esa apuesta habría dado mejores resultados de lo esperado. Varios análisis sostienen que la defensa del aborto habría tenido un papel muy relevante en varias de las carreras más disputadas. No en vano, fue el factor decisivo para tres de cada diez votantes, según las encuestas a pie de urna.  

Esos sondeos dicen también que el 60% del país defiende la posibilidad de interrumpir voluntariamente el embarazo, ahora revocada por el Supremo. Y ese criterio se impuso también en los referendos celebrados al respecto. CaliforniaVermont Michigan han pasado a amparar en sus respectivas Constituciones el derecho al aborto, mientras los votantes de Kentucky, un estado conservador donde está actualmente prohibido, rechazaron una enmienda que hubiera declarado que no hay ningún derecho a realizar abortos en el estado.