COMICIOS ISRAELÍS

Elecciones en Israel: candidatos derechistas y un hacedor de reyes radical

El próximo primer ministro israelí será un hombre judío, con ideas de centro-derecha y aupado por formaciones unidas por el amor o el odio a un sólo hombre

Elecciones en Israel: candidatos derechistas y un hacedor de reyes radical.

Elecciones en Israel: candidatos derechistas y un hacedor de reyes radical. / Reuters

Andrea López-Tomàs

Israel vuelve a votar. Y, con las urnas, llegan los mismos candidatos de siempre. El país hebreo celebra las quintas elecciones en tres años y medio después del colapso del "Gobierno del cambio" que desterró al imbatible Netanyahu tras tres lustros en el poder. Los resultados, como en las últimas cuatro ocasiones, se prevén muy ajustados. Presentados de nuevo como un referéndum sobre 'Bibi', estos comicios concebirán otra Knéset fragmentada y con una mayoría de partidos derechistas.

Lo que está claro es que el próximo primer ministro israelí será un hombre judío, con ideas de centro-derecha y aupado por formaciones unidas por el amor o el odio a un sólo hombre. A estas elecciones, le seguirán semanas de negociaciones para conseguir una mayoría probablemente bajo el mandato de Yair Lapid o Binyamín Netanyahu.

Estos son los principales candidatos que se disputan el voto de seis millones y medio de israelís este martes.

Binyamín Netanyahu

El primer ministro más longevo de la historia, con 15 años gobernando Israel, no se rinde y batalla por una enésima oportunidad en el poder. A la cabeza del derechista Likud, es el político más popular del país. Despierta pasiones acérrimas, ya que su figura ha perpetuado la inhabilidad de conseguir una mayoría política en una Knéset abiertamente derechista. Sus múltiples juicios por corrupción, soborno, fraude y abuso de confianza no le han impedido seguir liderando las encuestas.

Su partido cuenta con miembros de centro y derecha, pero los intentos de formar gobierno han ido de la mano de formaciones religiosas y que rozan la extrema derecha. Aunque el Likud es más moderado en materia religiosa, también defiende el derecho de los asentamientos judíos ilegales en la Cisjordania ocupada. Desde la oposición, Netanyahu ha liderado los esfuerzos para hacer caer al "Gobierno del cambio" y ha intentado persuadir a sus miembros más a la derecha para abandonarlo. En junio, consiguió sus objetivos, propiciando la convocatoria de unos quintos comicios. 

Yair Lapid

Actualmente es el primer ministro en funciones y, desde su centrista Yesh Atid, representa el secularismo casi extinto en Israel. Antes de adentrarse en política, era un escritor y periodista de renombre. Su firme oposición al poder de los ultraortodoxos en la política israelí le convirtió en protagonista de acalorados debates en televisión. Entró en la Knéset por todo lo alto, con 19 diputados en el 2013, dos menos que en los comicios de marzo. Fue ministro de Finanzas en un Gobierno con 'Bibi' hasta que le despidió.

Durante los últimos meses, ha intentado erigirse como un hombre de Estado, firmando el acuerdo marítimo con Israel y recibiendo a Biden por todo lo alto. Es el claro favorito del presidente estadounidense. Aunque es partidario de una solución de dos estados para el conflicto israelí-palestino pero con una capital israelí en un Jerusalén unido, su efímero Gobierno, mano a mano con el líder de los colonos Naftali Bennett, ha protagonizado el año más letal en los territorios ocupados desde el 2015. 

Itamar Ben Gvir

El personaje más polémico y radical de esta cita electoral será también el hacedor de reyes -persona o grupo que tiene una gran influencia en una sucesión real o política, sin que ellos mismos sean un candidato viable-. Las encuestas predicen que la lista conjunta encabezada por su Poder Judío puede ganar hasta 13 de los 120 escaños de la Knéset, convirtiéndose en la tercera fuerza en la Cámara. El incendiario ultraconservador es heredero de la ideología de Meir Kahane, condenado en 2007 por incitación al racismo y apoyo a un grupo que figura en las listas negras de terroristas de Israel y Estados Unidos. Abanderado de los líderes colonos, es el primer (y único) político en aparecer cuando ocurre cualquier escaramuza entre los palestinos y sus radicales votantes. En un par de ocasiones, ha sacado el arma que siempre lleva consigo.

Hasta hace unos meses, tenía en su despacho un retrato de Baruch Goldstein, un judío radical que asesinó a balazos a 29 palestinos en una mezquita de Hebrón en 1994. No se le permitió hacer el servicio militar obligatorio porque se le tachó de demasiado extremista. Ha descrito los desfiles del Orgullo Gay como "abominaciones" y ha apoyado a un rabino que pide quitar la nacionalidad al 20% de la población palestina de Israel. Aunque, en las últimas semanas, ha moderado su discurso, su virulencia política es conocida, pero Ben Gvir es quién tiene las llaves para que Netanyahu vuelva al poder.

Hombres clave

Ya no será el islamista Mansur Abás el hacedor de reyes sorpresa. Pese al fracaso del “Gobierno del cambio”, el líder del partido Raam, la primera formación de palestinos de Israel en formar parte de su Gobierno, lo describe como una “experiencia pionera” que espera recrear. Tanto Netanyahu como Naftali Bennett lo cortejaron durante la pasada primavera, pero Abás se inclinó por la opción menos a la derecha para garantizar políticas para su electorado palestino. Ahora, la división del voto palestino puede provocar que ninguno de los tres partidos que los representan pasen el umbral electoral.

Otros de los candidatos claves para la aritmética postelectoral serán Benny Gantz, actual ministro de Defensa, y Bezalel Smotrich, el colono radical que lidera el partido Sionismo Religioso. Bajo la coalición Unidad Nacional con su homólogo de Justicia, Gideon Saar, Gantz se ha perfilado como un tercer primer ministro después de Lapid y Netanyahu y el artífice de decisiones claves, como la oposición al acuerdo nuclear con Irán o el liderazgo de una letal operación sobre Gaza en agosto. Por su parte, Smotrich, en la misma lista conjunta que Ben Gvir, ha expresado su intención de modificar el sistema judicial para salvar a Netanyahu.