UN PAÍS EN LA ENCRUCIJADA

Un Brexit ingestionable, la causa de los males del Reino Unido

Nadie, ni Gobierno ni oposición, quiere analizar los perniciosos efectos de la salida de la Unión Europea

Un experto considera que los errores cometidos en los últimos seis años "han puesto al país en el camino de convertiste en el enfermo de Europa"

Un cartel con el lema El Brexit no está funcionando frente al Big Ben de Londres.

Un cartel con el lema El Brexit no está funcionando frente al Big Ben de Londres. / EFE

Begoña Arce

Los datos económicos hablan por sí solos. Los destrozos políticos y la pérdida de credibilidad internacional del Reino Unido, también. Seis años después de que los británicos votaran a favor del Brexit, y cuando se cumplen dos de su entrada en vigor, el país "va camino de convertirse en el enfermo de Europa", según el diagnóstico de Guy Hands, un financiero benefactor del Partido Conservador que pedía esta semana un golpe de timón para frenar el declive acelerado de la nación. Los intentos de camuflar los daños del Brexit, mentando el covid-19 y la guerra de Ucrania, ya no sirven. Otros países se enfrentan a similares circunstancias, pero el Reino Unido es el único entre el grupo de potencias del G-7 con crecimiento cero. Es hora de volver a hablar del Brexit.

La salida de Europa pudo haberse hecho de muchas formas, unas más suaves que otras. Los sucesivos gobiernos conservadores, Theresa May, Boris Johnson y Liz Truss se fueron escorando progresivamente hacia la versión más extrema. La traca final de esa ideología ciega a la realidad de los mercados ha sido el plan de Truss. "El minipresupuesto era la culminación de las políticas económicas que se han ido instaurando desde el voto del Brexit”, explica Peter Foster, jefe de política pública del Financial Times.

La pérdida de ímpetu comercial y económico del Reino Unido es evidente. De acuerdo con el Instituto Peterson en Washington, las exportaciones británicas han caído un 6% después del Brexit, mientras que las de un país como Italia han aumentado un 13%, y esa tendencia continúa en estos momentos, con el Reino Unido a punto de entrar en recesión. Desde aquel referéndum en el 2016, el comercio entre el Reino Unido y la Unión Europea ha bajado un 16% con respecto a lo pronosticado si el Brexit no hubiera tenido lugar. En sentido inverso, las transacciones comerciales desde la UE han descendido aún más, un 20%, en el mismo periodo.

Versión extrema

Hands, presidente de la firma Terra Firma Capital, echa la culpa de la actual situación de la economía británica a la obsesión de un sector de los conservadores, con cumplir "el sueño" del Brexit de "bajos impuestos y bajos beneficios (sociales)". Una versión extrema de la salida de Europa por la que los británicos, argumenta, no votaron y que ha conducido al país "al estado desastroso de la economía". A su entender, los 'tories' deben abandonar las luchas internas y "admitir que se han cometido algunos errores en los últimos seis años, que han puesto francamente al país en el camino de convertiste en el enfermo de Europa".

El Brexit afecta cada aspecto de la vida británica, incluido el presupuesto familiar en el día a día. La dependencia de las importaciones de comidas y otros productos procedentes del continente han contribuido a aumentar aún más la inflación, que ya supera el 10%. El aumento de papeleo y burocracia, con las nuevas trabas fronterizas, ha dejado fuera de juego a numerosas pequeñas y medianas empresas. Hay obstáculos en la colaboración entre universidades y la UE ha dejado de reconocer muchas de las cualificaciones profesionales británicas. También se ha agudizado la escasez de mano de obra. El actual ministro de Finanzas, Jeremy Hunt, ha sugerido que se debe abrir la mano con trabajadores extranjeros para estimular el crecimiento, algo a lo que se opone tajantemente la por ahora ministra del Interior, Suella Braverman, una de las 'brexiteers' más radicales.

Restaurar el pragmatismo

El financiero Jurgen Maier, vicepresidente de la firma Northern Powerhouse, cree que ahora es "el momento perfecto", para que el nuevo primer ministro, Rishi Sunak, "dé un giro" y mande una señal al mundo de que el país va a dar "los pasos adecuados para restaurar la reputación de pragmatismo estabilidad económica". Maier sugiere que Sunak tiene el poder para hacer que el Reino Unido vuelva a formar parte del mercado único y la unión aduanera, un paso que nadie, ni Gobierno ni oposición laborista, tiene la confianza suficiente para proponer. "La mayor mentira ha sido el (decir) que podríamos remplazar los beneficios económicos de estar en la zona de comercio libre más avanzada del mundo", subraya.

El Brexit dividió y enfrentó a la sociedad británica. Nadie por ahora quiere analizar sus perniciosos efectos. Al mismo tiempo, el Reino Unido se va quedando gradualmente atrás en comparación con otras potencias. Eso debería obligar a reconsiderar las posibilidades de corregir la relación con Europa.