Guerra en Ucrania

Así son los drones iranís que Rusia despliega en Ucrania

Moscú ha empezado a usar los aviones no tripulados iranís Shahed-136, que destacan por ser capaces de despistar las defensas antiaéreas con ataques conjuntos de drones suicida

Este es el 'Shaded 136', el dron suicida iraní con el que Rusia ataca en Ucrania.

Este es el 'Shaded 136', el dron suicida iraní con el que Rusia ataca en Ucrania.

Adrià Rocha Cutiller

En la guerra, no todo es cuestión de dinero y matemáticas, pero los números son muy importantes. En el bombardeo ruso en toda

Ucrania

 el pasado lunes, por ejemplo, 

Rusia

 usó -según Kiev- 83 misiles y 17 drones, que atacaron simultáneamente a todas las grandes ciudades del país.

Los 83 misiles, dependiendo del modelo de cada uno, pueden llegar a costar algo más de 300 millones de euros. Los 17 drones, 350.000 euros. Esta es la nueva arma que Rusia está llevando al terreno de combate de Ucrania: los drones iranís Shahed-136. En persa, 'shahed' significa mártir, y esta palabra describe a la perfección la función de estos aviones no tripulados: son drones kamikaze. Explotan su carga al impactar contra el objetivo. 

Estas aeronaves no son ni punteras tecnológicamente ni extremadamente efectivas. Su motor, ruidoso como lo es un adolescente en moto, es el mismo que el de un cortacésped, y puede llegar a una velocidad de hasta 180 kilómetros por hora. Su carga de explosivos es ligera y pequeña, y tiene una autonomía de cerca de 2.500 kilómetros antes del impacto. Su bajo nivel tecnológico, además, les incapacita para explotar sobre objetos móviles y difíciles -como sí hacen otros drones más avanzados como el turco Bayraktar, que Ucrania usa en el terreno de batalla-.

Pero el secreto de los Shahed es otro: su precio ridículo. Cada unidad vale cerca de 20.000 euros. "Estos drones tienen la gran ventaja de que son capaces de abrumar las defensas antiaéreas. Al mismo tiempo que puedes lanzar 200 drones kamikaze, puedes lanzar otros 10 misiles de crucero o balísticos o hipersónicos mucho más caros. Entonces, las defensas antiaéreas estarán ya confundidas, y estos misiles podrán ser mucho más efectivos. Por eso, estos drones no son un sustitutivo al 100% de los misiles balísticos fabricados en Rusia, pero cambian por completo la economía de un ataque", explica el analista y experto en conflictos Guillermo Pulido.

La inteligencia ucraniana, esta seana, aseguró que Rusia ha comprado cerca de 2.400 Shaheds. Según Pulido, podrían ser muchos más. Aunque no sean lo suficientemente potentes como para cambiar el devenir de la guerra, estos drones pueden ser un dolor de cabeza para los ucranianos.

"La única razón por la que usar los Shaheds es que vuelan en grupos grandes que pueden confundir a las defensas antiaéreas. Y en ese punto, tan solo es necesario que se cuelen uno o dos de los aparatos", escribe el analista Samuel Bendett, miembro del 'think tank' estadounidense CNA. "Esto pone a los ucranianos a la defensiva, porque ahora su logística, sus líneas de suministro, sus comunicaciones, sus almacenes y su infraestructura pueden ser atacadas", añade.

Un cambio de paradigma

Cuando Turquía, en 2020, empezó a usar con éxito sus drones Bayraktar, fueron muchas las voces que indicaron que los aviones no tripulados -mucho más baratos que los aviones sí tripulados, cuyo coste y mantenimiento vale millones- cambiarían los conflictos del futuro. En Siria, incluso, grupos rebeldes y yihadistas han fabricado drones caseros con explosivos de lo más rudimentarios que, sin embargo, han podido atacar con éxito bases del Ejército sirio y ruso.

Los Bayraktar, por ejemplo, han sido vendidos ya a 24 países, y ahora, los Shahed, ahondan en el mismo camino. Son mucho más pequeños y mucho menos efectivos que su rival turco. Pero son, también, mucho más baratos y, por lo tanto, mucho más accesibles.

"Parece que los Shahed tienen una precisión considerable, y su electrónica y propulsión es toda comercial, lo que significa que Irán puede comprar los componentes sorteando las sanciones y a un precio bastante módico. Esto cambia la guerra y la competición de fuerzas entre países", explica Pulido.

"Antes, probablemente solo Estados Unidos y Rusia podían costearse mantener bombarderos estratégicos para sus ataques aéreos a gran escala contra un adversario. Ahora, muchos países con mucho menos dinero, como Irán o cualquier otro país con un producto interior bruto (PIB) similar, puede fabricar miles de drones y destruir la infraestructura o la economía de un país rival o enemigo", continúa el analista. 

En los conflictos del futuro -y ya del presente- los vehículos no tripulados cobrarán cada vez más importancia. “La economía y los precios cambian el futuro de la guerra —asegura Pulido—. No solo en este conflicto en Ucrania, sino en todo el mundo".