SEGURIDAD ALIMENTARIA

Contrarreloj para controlar el precio de la comida: un mes para volver a poner de acuerdo a Rusia y Ucrania

Rusia y Ucrania deben renovar en un mes un acuerdo que permite la exportación de trigo a través del Mar Negro.

Los barcos que entran y salen para la exportación tardan, desde hace un mes, más del triple de tiempo en pasar los controles en el puerto de Estambul.

Archivo - Espigas de trigo en Zakarpattia, Ucrania

Archivo - Espigas de trigo en Zakarpattia, Ucrania / SERHII HUDAK / ZUMA PRESS / CONTACTOPHOTO

Alberto Muñoz

Alberto Muñoz

En apenas 39 días, Rusia, que ayer bombardeó Kiev, y Ucrania, tienen que tener firmado un acuerdo que afectará a la seguridad alimentaria de todo el planeta. La llamada Iniciativa del Grano del Mar Negro, un tratado que entró en vigor el pasado julio y que vence el próximo 19 de noviembre, está permitiendo a Ucrania exportar millones de toneladas cereales a través de puertos como el de Estambul, pero todo eso puede llegar a truncarse dependiendo del avance la guerra en las próximas semanas.

La paulatina recuperación de terreno del ejército de Ucrania, un país considerado el 'granero' de Europa, se ha reflejado en que el número de cargueros que intentan salir y entrar de los puertos ucranianos para la exportación de cereal haya aumentado considerablemente durante el último mes. Sin embargo, y en base a las condiciones actuales de ese acuerdo en vigor, el tiempo para conseguir el permiso necesario para superar los controles de paso por el estrecho turco se ha triplicado desde hace un mes. En noviembre se decide si se renueva y en qué términos una iniciativa que afecta directamente tanto al precio de la cesta de la compra europea como a las posibles hambrunas en los países en vías de desarrollo.

"Los sistemas alimentarios se encuentran en un momento crítico. La pandemia, el precio de los fertilizantes y la inaceptable agresión de Rusia a Ucrania han contribuido a ello", denunció ayer el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, durante su intervención en el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial de Naciones Unidas. "Los precios de los alimentos han experimentado un notable descenso, de lo cual nos alegramos tras la fuerte subida en el primer semestre de 2022. Actualmente nos encontramos en niveles cercanos a antes de la guerra".

Esa mejoría en la situación, sin embargo, depende de que se mantenga la Iniciativa del Grano del Mar Negro, un acuerdo que costó mucho que alcanzaran ambos países y que se consiguió gracias a la intermediación directa de la ONU y de Turquía.

"Renovar el acuerdo es fundamental, ya que ha beneficiado enormemente al mundo al llevar trigo a los países en vías de desarrollo en riesgo de hambruna y al ayudar a estabilizar los precios mundiales del trigo", ha explicado John W.H. Denton, secretario general de la Cámara Internacional de Comercio.

A poco más de un mes de que expire, pues debe renovarse el próximo 19 de noviembre, el ejército ucraniano toma aliento para repeler la invasión mientras el ruso va perdiendo terreno. Si se restringen aún más las exportaciones de cereal por el conflicto, y por tanto si hay menos trigo en el mercado, los precios de la cesta de la compra del resto del mundo subirán, y no solo de los productos derivados directamente del cereal, sino también, por ejemplo, de la ganadería, pues alimentar a los animales será más caro.

"Todo el mundo está pendiente porque están pasando cosas muy importantes [en el conflicto] y eso puede hacer descarrilar las negociaciones acerca de los acuerdos del cereal", asegura al Financial Times una fuente cercana a las negociaciones entre Ucrania y Rusia al respecto.

Ayer, en los que han sido los primeros ataques contra Kiev desde junio, Rusia mató al menos a 11 personas y herido a otras 70 tras reanudar sus bombardeos con misiles sobre varias ciudades del país, y, según deslizan desde fuentes oficiales ucranianas, también estaría retrasando de nuevo la salida de los cargueros ucranianos rumbo a los mercados internacionales.

Desde mediados de septiembre, y eso sí ha sido comprobado independientemente del motivo, el tiempo que tardan en poder abandonar y entrar en los puertos amparados por el acuerdo las embarcaciones dedicadas a la exportación del grano se está viendo multiplicado por tres, según un informe publicado por SovEcon.

En Estambul, por donde salen las embarcaciones del Mar Negro rumbo al resto del mundo, y para frustración de las autoridades ucranianas, la semana pasada habrían llegado a estar alrededor de 120 barcos esperando para recibir el permiso necesario para entrar o salir.

Sin embargo, el retraso también podría deberse a que el volumen de embarcaciones ha crecido exponencialmente desde que se firmó en julio esa Iniciativa del Grano del Mar Negro. Para autorizar o denegar su paso, únicamente hay cinco equipos de inspectores formados por ucranianos, rusos, turcos y representantes de Naciones Unidas, por lo que los barcos habrían pasado de poder atravesar el paso de Estambul en 5 días a hacerlo de media en unas dos semanas.

Ucrania, que tiene prisa por empezar a vaciar los silos para llenarlos con la próxima cosecha, vender el producto y así financiarse para resistir ante la ofensiva rusa, alimenta a unos 400 millones de personas cada año en todo el mundo.Según la agencia Agricensus el precio de las tasas de flete de barcos en el Mar Negro habría crecido un 10% durante  la semana pasada por el miedo a que no se alcance un acuerdo.