REINO UNIDO

Felipe VI pierde a su tía Lilibeth

Los lazos entre los borbones y la familia real británica se deben a la reina Victoria, la llamada 'abuela de Europa'

Los Reyes junto a Isabel II.

Los Reyes junto a Isabel II. / EFE

Pilar Santos

El dolor por la muerte de la reina Isabel II es profundo en el Palacio de la Zarzuela. Los actuales reyes, Felipe VI y Letizia, mantenían una estrecha relación con la monarca fallecida y con el que fue su esposo, el duque de Edimburgo. El jefe del Estado español se estimaba mucho a su "tía Lilibeth", como la llamaba de forma cariñosa. Los imbricados árboles genealógicos de las familias reales europeas, derivados de la reina Victoria (1819-1901), sus nueve hijos y 42 nietos, han acabado convirtiendo a los monarcas actuales en primos lejanos unos de otros. Se da la circunstancia de que tanto Juan Carlos I como la reina Sofía son tataranietos de la Victoria, la llamada 'abuela de Europa', así como lo eran también la propia Isabel II y su marido.

Felipe y Letizia han alimentado unos vínculos que los reyes eméritos cuidaron durante toda su vida en la Zarzuela. Desde el primer momento, Juan Carlos I tuvo el apoyo de la reina fallecida. El duque de Edimburgo fue uno de los invitados extranjeros que acudió a su entronización en noviembre de 1975. Lo hacía para mostrar el respaldo de la familia real británica a la restauración borbónica y también por su cercanía con Sofía, de la que era tío en segundo grado. Si él había nacido en la villa 'Mon Repos' (mi descanso) de la isla griega de Corfú, ella pasó momentos de su infancia en ese palacio porque era la residencia de verano de la familia real griega. Si Isabel II era la "tía Lilibeth" para Felipe VI, el duque era "tío Philip".

Durante el largo reinado de Juan Carlos I, hubo viajes por España y Gran Bretaña en los que se agasajaban mutuamente mostrando la buena relación. De 1986 es la famosa frase que el exjefe de Estado español soltó a los periodistas en la residencia del embajador de España en Londres: "Venid, que os presento a mi prima", dijo con su famoso desparpajo en referencia a Isabel II. En la recepción, estaban también invitados la entonces primera ministra, Margaret Thatcher, y los Príncipes de Gales, Carlos y Diana.

Los rifirrafes por Gibraltar

Felipe VI y Letizia también pudieron exhibir esa buena conexión en 2017 cuando, ya como reyes, realizaron una visita de Estado y fueron recibidos por la pareja real, que ha muerto con poco más de un año de diferencia. "La profundidad de nuestros vínculos y la solidez de nuestra amistad ayudarán a que se pueda abordar entre nuestros respectivos gobiernos cualquier cuestión en la que persistan discrepancias, con la mejor voluntad y el más alto espíritu de colaboración", declaró el Rey en la cena de gala con el 'brexit'de fondo.

De hecho, los peores momentos entre las dos familias se ha debido a motivos políticos y arrastrados por los rifirrafes entre sus respectivos gobiernos. El primero más sonado se debió a que Carlos y Diana decidieron empezar su luna de miel en Gibraltar (1981) y, en respuesta, Juan Carlos y Sofía no acudieron a su boda. El segundo también tuvo como motivo de disputa el Peñón. El príncipe Eduardo (hijo de Isabel) visitó Gibraltar justo cuando su madre iba a celebrar sus 60 años en el trono y Sofía decidió no acudir al almuerzo organizado en Londres. Juan Carlos estaba convaleciente de las operaciones por su caída en Botswana y podía viajar.

La familia real española puede mirarse en el espejo de la británica y respirar con cierto alivio al ver que, en las tres últimas décadas, sus primos lejanos han conseguido superar crisis gravísimas, como la relación extramatrimonial entre Carlos y Camilla, la ruptura del matrimonio con Diana y los abusos sexuales del príncipe Andrés, entre otros escándalos.