LIMÓN & VINAGRE

Gina Lollobrigida, la reina de Saba se hace antisistema

La estrella italiana de 95 años, envuelta desde hace años en la disputa por su fortuna y cuya lucidez se cuestiona, se presenta a las elecciones de septiembre con una formación que incluye a euroescépticos y al Partido Comunista

Gina Lollobrigida

Gina Lollobrigida / EPE

Jorge Fauró

Jorge Fauró

Antonio Ingroia, un exjuez italiano que además es abogado de la actriz Gina Lollobrigida, lleva años tratando de proteger a la diva del saqueo de su patrimonio, que se disputan su hijo, su nieto, su antiguo ayudante personal e incluso un exmarido español, con el argumento jurídico de que todos han tratado de aprovecharse del estado psíquico de la mítica estrella del celuloide. Ingroia es también el cofundador de un nuevo partido que concurrirá a las elecciones generales del 25 de septiembre y cuya candidata al Senado es la propia diva y clienta, de la que el abogado (y ahora político) no ha dudado en garantizar que está "completamente lúcida" a sus 95 años. Nada por aquí, nada por allá.

La política italiana nunca decepciona. Si Italia ha contado entre su clase dirigente con un presidente sospechoso de montar fiestas sexuales a las que acudían menores de edad y al que piden seis años de cárcel por pagar sobornos para acallar el escándalo (Berlusconi); si ha elegido siete veces primer ministro a un político conectado con la Cosa Nostra (Andreotti); o si ha elegido diputada a una reina del porno (Cicciolina) -sin duda más inocente que los dos primeros-, no hay motivos para creer que, a cinco años de la centuria, La Lollo no resulte elegida senadora por un batiburrillo antisistema que incluye al Partido Comunista, Acción Civil o Patria Socialista, conjunto de pequeñas formaciones agrupadas bajo el nombre de Italia Soberana y Popular.

La musa del neorrealismo italiano, protagonista de películas míticas como Salomón y la reina de Saba (King Vidor, 1959), ha explicado que su modelo político, inspirado en Mahatma Ghandi, tiene como objetivo "que el pueblo decida, desde la sanidad hasta la justicia". Está cansada, dice, "de oír a los políticos discutir entre ellos sin llegar nunca a ningún lado (…). Italia está mal, quiero hacer algo bueno y positivo".

No va a ser fácil: si su partido no consigue el 3% de los votos no podrá entrar en el Parlamento, lo que en Italia ha levantado toda clase de suspicacias en cuanto al concurso de la actriz, a la que los analistas no valoran más que como un cebo para los electores, a la vista de que la formación con la que se presenta es desconocida para los votantes. Los líderes de esta sopa de siglas antisistema y euroescéptica, Marco Rizzo, secretario del Partido Comunista, y el propio Ingroia, ya han advertido que, aunque ella se encuentra bien, debido a su edad no participará en los mítines de la campaña. Solo enviará comunicados y mensajes en vídeo.

En 1999, ya retirada del cine, se presentó a las elecciones europeas con los demócratas de Romano Prodi

Los principales títulos de su extensa filmografía (más de 60 películas) darían para el chascarrillo si en Italia mantuvieran la traducción con que llegaron a las salas de cine españolas: La mujer de paja; Tuya en septiembre; Pan, amor y fantasía; La burla del diablo; ¡Atención, bandidos! Será la segunda vez que la eterna rival de Sophia Loren pruebe suerte en política. En 1999, ya retirada del cine, se presentó a las elecciones europeas con los demócratas de Romano Prodi. Se quedó a 10.000 votos de un escaño en Europa.

La política ha sido continuo objeto de deseo para el mundo del espectáculo. Desde Ronald Reagan a Arnold Schwarzenegger, Cynthia Nixon, Clint Eastwood, Dwayne La Roca Johnson o el líder ucraniano, Volodímir Zelenski, las grandes starlettes han sucumbido a la tentación de cambiar unos focos por otros más o menos amables, según se mire. Pero Italia es caso aparte. En un país 32 veces más pequeño que Estados Unidos y a menudo ingobernable, los últimos años han sido testigos de los intentos por hacer carrera en la cosa pública del autor de Volare, Domenico Modugno (Partido Radical), las actrices porno Cicciolina y Moana Pozzi (Partido Radical y Partido del Amor) o el cómico Beppe Grillo (Movimiento Cinco Estrellas). En las elecciones del 25 de septiembre se estrena también como candidato el excampeón de Fórmula 1 Emerson Fittipaldi de 76 años, nacido en Brasil e italiano por vía paterna. Lo hará por los ultraderechistas Hermanos de Italia, liderados por Giorgia Meloni, la candidata que hace días publicó en redes el vídeo de la violación de una refugiada ucraniana por un inmigrante.

La nueva aventura política de La Lollo no va a detener el formidable enredo judicial que la ganadora de cinco donatelli y un Globo de oro protagoniza desde hace años por la gestión de su fortuna, que según las fuentes, bascula entre los 15 y los 36 millones de euros. Gina Lollobrigida confió la gestión de sus bienes a su antiguo ayudante personal, en contra de la opinión de su hijo y de su nieto y en disputa con el empresario español con quien se casó a principios de este siglo, el inmobiliario Javier Rigau, 34 años más joven que la diva y, según asegura, amante de ésta desde que él tenía 15. El matrimonio acabó anulándose. Exmarido, hijo y nieto, antaño enemigos, hicieron frente común al descubrirse que el leal ayudante, que comenzó a trabajar a las órdenes de la estrella cuando era un muchacho de 24 años, dilapidó los dineros de su jefa con grandes extracciones bancarias, coches de gran cilindrada o vacaciones de lujo, además de vender propiedades inmobiliarias de la actriz por valor de dos millones de euros. En su argumentación jurídica, el hijo de Gina ha apelado al estado mental de su madre. Puro neorrealismo italiano.