GUERRA EN UCRANIA

El mundo contiene el aliento debido a los combates en la central nuclear de Zaporizhia

Rusia y Ucrania se acusan mutuamente de ser los responsables de los bombardeos que está registrando la planta atómica, la más grande de Europa

Una imagen difundida por el ministerio de Ucrania de la central nuclear de Zaporizhia.

Una imagen difundida por el ministerio de Ucrania de la central nuclear de Zaporizhia. / EFE/EPA/RUSSIAN EMERGENCIES MINISTRY

Marc Marginedas

La instalación lleva meses caminando al borde del precipicio, pero solo ha sido en los últimos días cuando los ataques se han intensificado. Y con ellos, el riesgo de una nueva catástrofe atómica en Europa similar a la que padeció el Viejo Continente en 1986 tras la explosión de un reactor en la central nuclear de Chernobil. 

Ucrania y Rusia llevan semanas intercambiando graves acusaciones y culpándose mutuamente de los combates y los bombardeos que están teniendo lugar tanto en el interior como en las inmediaciones de la fábrica atómica de Zaporizhia, la más grande de Europa. Mientras el Gobierno de Kiev exige el establecimiento de una zona desmilitarizada en torno a las instalaciones, Rusia se declara dispuesta a permitir la visita de una delegación de la Agencia Internacional para la Energía Atómica (AIEA).

El embajador de Ucrania ante la AIEA, Yevhenii Tsymbaliuk, ha acusado este lunes en Viena a Rusia de bombardear deliberadamente a la central para provocar cortes de luz en toda la región del sur de Ucrania bajo el control del Gobierno de Kiev: "Los ocupantes rusos buscan destruir la infraestructura de la planta, causar daño a las líneas de transmisión utilizadas para transportar energía a la red ucraniana, y causar interrupciones en el suministro en el sur". Según las autoridades ucranianas, Vasili Vasiliev, un general ruso, ha llegado a advertir que la central "será tierra rusa o un territorio abrasado".

Imagen de archivo de la central nuclear de Zaporiya, en Ucrania, situada en una zona controlada por Rusia.

Imagen de archivo de la central nuclear de Zaporiya, en Ucrania, situada en una zona controlada por Rusia. / DMYTRO SMOLYENKO / ZUMA PRESS

Por su parte, Petro Kotin, director de Energoatom, la agencia atómica ucraniana, ha conminado a la comunidad internacional a desplegar en torno a las instalaciones una misión de pacificación para garantizar que las hostilidades no acaben afectando a las labores en la central, en la que trabaja personal ucraniano pese a que se halla en territorio bajo control de Rusia desde prácticamente el inicio de la contienda.

"Es necesario crear una zona desmilitarizada en el interior de la central; si un container de combustible nuclear usado se rompe, se generará un problema en la planta y en el área circundante, si son dos o tres los containers afectados, la catástrofe será mucho más grande y será imposible valorar su alcance", ha advertido. 

Según fuentes ucranianas, alrededor de 500 soldados y una cincuentena de piezas de artillería han sido desplegadas por los mandatarios del Kremlin en la central, lo que, según su versión de los hechos, viene a demostrar que Rusia ha transformado el lugar en un arsenal desde el que lanza ataques contra las fuerzas ucranianas a conciencia a sabiendas de que éstas preferirán no responder. Kiev, además, sostiene que todos los bombardeos que están registrándose en el interior y alrededores de las instalaciones son ataques deliberados rusos

Rusia, por su parte, ofrece un cuadro radicalmente diferente de la situación. Según la versión difundida por el Ministerio de Defensa en Moscú, ha sido la parte ucraniana la responsable del último ataque que ha provocado el corte de líneas de alta tensión. Citado por la agencia oficial Ria Nóvosti, el representante permanente ruso ante la AIEA ha asegurado que su país está dispuesto a permitir la visita de una misión del organismo de la ONU sobre la energía eléctrica, aunque no ha ofrecido información adicional acerca de detalles o posibles condiciones. 

Todos estos últimos acontecimientos han desatado la alarma en la ONU. El secretario general del organismo internacional, Antonio Guterres, ha reaccionado de forma airada a los últimos acontecimientos, exigiendo el cese de las hostilidades en torno a la central. "Cualquier ataque contra una planta nuclear es suicida y nadie estará a salvo", ha recordado desde Japón, a donde había acudido para conmemorar en la ciudad japonesa de Hiroshima el 77º aniversario del lanzamiento de la primera bomba atómica. El responsable ha apoyado públicamente "los esfuerzos de la AIEA para estabilizar la situación".

Dos militares en los alrededores de la central nuclear de Zaporiyia

Dos militares en los alrededores de la central nuclear de Zaporiyia / EFE

En los países limítrofes como Rumanía, el Gobierno ha solicitado a la población menor de 40 años que se aprovisione de pastillas de yodo "lo más rápido posible" para prevenir la absorción de yodo radioactivo y reducir las posibilidades de enfermar de cáncer de tiroides.

La central nuclear de Zaporizhia cuenta con seis reactores y genera la mitad de la energía eléctrica que se consume en Ucrania. Solo dos de ellos se encuentran en funcionamiento, después de que hace unos días, uno fuera desconectado de la red debido a los bombardeos del día anterior. Se halla a unos 50 kilómetros de la capital regional, en manos del Gobierno de Kiev, y a orillas de un gigantesco embalse formado por la presa de Kajovka, situada a 130 kilómetros río abajo.