REINO UNIDO

El exministro británico de Finanzas Rishi Sunak, favorito en la batalla por la sucesión de Boris Johnson

De los 10 aspirantes a hacerse con el liderazgo del partido conservador del Reino Unido, ocho confirmaron la nominación y participarán este miércoles en la primera votación eliminatoria

El ministro de Economía británico, Rishi Sunak, este miércoles antes de su comparecencia.

El ministro de Economía británico, Rishi Sunak, este miércoles antes de su comparecencia. / ANDREU PARSONS / EFE

Begoña Arce

La lista de candidatos oficiales al liderazgo del partido conservador del Reino Unido se ha cerrado esta tarde. De un total de 10 aspirantes, ocho recibieron el mínimo de 20 votos de sus colegas que precisaban para la nominación: Rishi SunakPenny Mordaunt, Liz Truss, Jeremy Hunt, Tom Tugendhat, Suella Braverman, Kemi Badenoch y Nadhim Zahawi. El presidente del comité 1922, Graham Brady, no quiso desvelar el número de papeletas que había obtenido cada uno de ellos. Fuera quedaron Sajid Javid y Rehman Chishti. Ambos se retiraron al no tener suficientes apoyos.

El miércoles será la primera votación para relevar al dimitido Boris Johnson y quedarán eliminados los que no obtengan 30 votos. El jueves y el próximo lunes también habrá votaciones eliminatorias. Tras la última de ellas sólo restarán dos rivales, que competirán en la segunda fase. El juego presumiblemente está entre Sunak, Mordaunt y Truss.

Estómago para aguantar

Curar las divisiones dentro del Partido Conservador, cerrar las heridas, restaurar la credibilidad. El tono conciliador, las buenas palabras de Sunak, el exministro de Finanzas, el gran favorito por el momento, no pueden camuflar la encarnizada lucha que se libra entre los pretendientes a la sucesión de Johnson. Los aún fieles del líder caído se la tienen jurada Sunak, al que tachan de “traidor” y tratan de aunar fuerzas para cortarle el paso. De poco vale que en el lanzamiento oficial de su campaña alabara “el buen corazón” de Johnson, y afirmara que no participaría en ninguna operación para denigrar su reputación.

El deseo de revancha puede traerle sorpresas desagradables. “Sus colegas están tratando de demoler su actuación como ministro de Finanzas”, le recordó un periodista. “¿Tendrá estómago para aguantar la lucha que se avecina?”, le preguntó. “Cuando esto acabe debemos volver a estar juntos de nuevo”, fue su respuesta. Lo que se avecina son golpes bajos de unos y otros para dejar en la cuneta al adversario. También se adivina una fuerte disputa entre Truss y Mordaunt para logar una plaza en la final.

El ministro de Transportes, Grant Shapps, había optado por retirarse de la competición y anunció su apoyo a Sunak, al igual que el Viceprimer ministro y titular de Justicia, Dominic Raab, y el ex ministro de Sanidad, Matt Hancock. En la presentación de la candidatura también estaba presente el exjefe de disciplina del grupo parlamentario, Gavin Williamson, quien junto a Shapps organizó con gran éxito la campaña para el liderazgo de Johnson. Ahora creen haber encontrado otro caballo ganador. Sunak negó categóricamente que el exasesor del primer ministro, Dominic Cummings, tenga “nada que ver” en su campaña.

Cuentos de hadas

Presentándose como el candidato más preparado para afrontar la actual crisis, pidió realismo económico. “Honestidad y responsabilidad, no cuentos de hadas”, afirmó en alusión a los rivales que prometen rebajar los impuestos. “No tiene credibilidad el proponer más gasto y al mismo tiempo impuestos más bajos”. Él también querría esa rebaja, explicó, pero sólo será posible cuando la inflación, que supera el 9% y sigue aumentando, esté controlada. “Esa es la verdad, aunque sea políticamente inconveniente para mí”. En sus planes figura el aumento del impuesto de sociedades del 19% al 25% el próximo mes de abril, algo que le enemista profundamente con muchos diputados ‘tories’. Prácticamente el resto de los candidatos prometen un recorte casi inmediato de los impuestos, si bien no han explicado cómo harán.

Boris Johnson dimite

Prime TV / EPE

Truss y Mourdant

Aliados de Johnson en el actual Gabinete, ese dúo dinámico que componen Jacob Rees-Mogg, a cargo de las oportunidades del brexit, y la ministra de Cultura, Nadine Dorries, sostienen a Truss, la ministra de Exteriores, abanderada del brexit y del ala de la derecha dura. El duelo final podría librarse entre Truss y Sunak. O quizás con Mordaunt, ministra de Comercio y favorita entre militantes y activistas del partido. Ella tiene el apoyo del ex ministro para el brexit, David Davis. De acuerdo con un sondeo publicado el martes de Opinium poll, Sunak se impondría en estos momentos a cualquiera de ellas. Lo haría con cuatro puntos de ventaja frente a Truss y con siete puntos a Mordaunt. Hay sin embargo un 20% de indecisos lo que implica que el resultado es impredecible.

El único candidato libre de haber estado implicado en la política, los escándalos y el caos reinante en el gobierno de Johnson es Tom Tudendhat. El exmilitar presenta su candidatura como “un nuevo comienzo limpio” y niega que su falta de experiencia ministerial sea un obstáculo. Sus buenas intenciones van presumiblemente a quedarse en eso.

Johnson veta la moción de censura laborista

Los laboristas acusan a Boris Johnson de “abuso flagrante de poder”, después de que el primer ministro bloqueara un voto de censura contra su gobierno. El principal partido de la oposición había presentado una moción que pretendía debatir y someter a votación este miércoles. Johnson lo ha impedido saltándose la convención parlamentaria según la cual el gobierno de turno siempre accede a la demanda de este tipo presentada por el líder de la oposición. “Es algo sin precedentes”, señaló un portavoz laborista. “Una vez más los ‘Tories’ están cambiando las normas para proteger a sus cuestionables colegas”.

La moción, de triunfar, algo muy improbable ya que necesitaba para ello votos de los conservadores, habría obligado a Johnson a marcharse inmediatamente y se habría convocado unas elecciones generales. “Creo que es muy importante dar cada paso posible para hacer que se marche. No está capacitado para seguir en el cargo”, había declarado el jefe laborista Keir Starmer. “Se tiene que ir porque su propio partido ha llegado a la conclusión de que no se puede confiar en él”.