MAGNICIDIOS HISTÓRICOS
Los presidentes asesinados a lo largo de la historia que impactaron al mundo
La muerte del exprimer ministro japonés, Shinzo Abe, forma ya parte de la larga lista de asesinatos de presidentes y otros mandatarios a lo largo de la historia
La muerte del exprimer ministro japonés Shinzo Abe, ocurrida este viernes, ha engrosado la lista de dirigentes mundiales asesinados durante el ejercicio de sus funciones públicas. El mandatario nipón ha fallecido en el hospital tras haber recibido un disparo de escopeta por la espalda durante un acto electoral en la ciudad de Nara, al suroeste del país.
Las autoridades japonesas han identificado y detenido como presunto autor del crimen a Yamagami Tetsuya, un hombre desempleado de 41 años y exmiembro de las Fuerzas Marítimas de Autodefensa. Aunque aún no ha trascendido el motivo de este ataque, la muerte de Shinzo Abe ya ha pasado a formar parte de la lista de presidentes, primeros ministros y otros dignatarios asesinados a lo largo de la historia.
La relación de todos los dirigentes liquidados sería casi imposible de abarcar, pero algunos de estos crímenes y atentados supusieron una especial conmoción para el mundo cuando tuvieron lugar. Casos como el de Kennedy o el del archiduque Francisco Fernando tienen un peso destacado en el transcurso de la historia por su especial impacto y las repercusiones que arrastraron consigo.
Los dirigentes asesinados que impactaron al mundo
John Fitzgerald Kennedy: el asesinato sin resolver
El asesinato del 35º presidente estadounidense, J.F. Kennedy, es uno de los magnicidios más relevantes del siglo XX. Tuvo lugar en Dallas (Texas) en 1963, cuando desfilaba en un vehículo descapotable junto a su esposa, Jacqueline Kennedy.
Kennedy recibió dos disparos de un francotirador ubicado en una biblioteca cercana. La policía detuvo por ello a Lee Harvey Oswald, un exmarine estadounidense, que se declaró inocente a pesar de las pruebas en contra. Oswald nunca pudo llegar a ser juzgado, ya que, dos días después de su detención, fue asesinado a su vez. Desde entonces, el caso está envuelto en teorías de la conspiración y suposiciones de todo tipo.
El archiduque Francisco Fernando de Austria: el detonante de la I Guerra Mundial
Aunque no se tratase de un presidente, sino del heredero de la corona del imperio austrohúngaro, la muerte del archiduque Francisco Fernando tuvo unas consecuencias históricas de gran calado. El asesinato, enmarcado dentro de la serie de ataques del atentado de Sarajevo, ocurrido el 28 de junio de 1914, fue el detonante definitivo de la I Guerra Mundial.
Tras el magnicidio, cometido por nacionalistas serbios, las autoridades de Austria-Hungría exigieron explicaciones a Serbia. La respuesta evasiva del país, que contaba con el apoyo de Rusia, tensó todavía más el delicado equilibrio diplomático europeo. Finalmente, un mes después, el 28 de julio, Austria-Hungría declaró la guerra a Serbia, desatando el primero de los grandes conflictos europeos del siglo pasado.
Carrero Blanco: el atentado contra el sucesor de Franco
El almirante Luis Carrero Blanco, presidente del Gobierno de España durante la dictadura franquista y llamado a ser el sucesor de Francco, fue asesinado por la banda terrorista ETA el 20 de diciembre de 1973. El atentado ha pasado a la historia tanto por sus repercusiones, ya que impactó profundamente a la sociedad española y certificó la decadencia del régimen, como por la espectacularidad del atentado.
El coche del almirante voló por los aires al explotar una carga situada bajo la carretera de la calle Claudio Coello, provocando la muerte inmediata de todos sus ocupantes. Los restos del vehículo llegaron hasta el patio de un convento situado en la misma calle tras pasar por encima de sus muros. Con este atentado, nunca esclarecido del todo, ETA se convirtió en la principal oposición violenta a la dictadura.
Muamar al-Gadafi: el linchamiento público de un dictador
La historia de África ha sido, y sigue siendo, especialmente convulsa. Tras 42 años ininterrumpidos de mandato en Libia, Muamar al-Gadafi se enfrentó con dureza en 2011 a las revueltas de la Primavera Árabe. Tan extrema fue su represión de la población civil que la OTAN decidió involucrarse para derrocar al dictador.
Acorralado por el avance militar de la coalición internacional, huyó de Trípoli a Sirte, donde estuvo sitiado por varias semanas, hasta que fue herido y cayó en manos de los rebeldes a quienes había reprimido. Estos últimos lo ejecutaron el 20 de octubre de 2011, y desde entonces, el país quedó absolutamente fragmentado en diversos grupos militares.
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