Opinión | EN CLAVE EUROPEA

El reto de integrar a Ucrania en la UE

El estatuto de candidato de Ucrania no implica abrir las negociaciones de adhesión, como ejemplifica Macedonia del Norte

El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski.

El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski. / EUROPA PRESS

El Consejo Europeo ha reconocido a Ucrania el estatuto de país candidato a la adhesión a la Unión Europea (UE), corrigiendo el grave error cometido en 2005-2006 cuando negó este respaldo político a los reformistas de la Revolución Naranja. Si los líderes europeos hubieran dado entonces ese respaldo simbólico que pedía Kiev y que en la práctica comprometía a bien poco a la UE a medio plazo, habrían reforzado la cohesión política de la Revolución Naranja y el empuje de sus reformas democráticas y económicas y, quizá, la historia de Ucrania y Europa habría sido muy diferente. Ucrania alcanzó su mayor nivel democrático en 2007 en el apogeo de la Revolución Naranja y aún no ha recuperado ese nivel, según el Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA).

El estatuto de candidato de Ucrania no implica abrir las negociaciones de adhesión, como ejemplifica Macedonia del Norte, que obtuvo ese estatus en diciembre de 2005 y 17 años después sigue esperando. El estatuto de candidato tampoco garantiza el ingreso final en la UE, ya que antes hay que cumplir los criterios fijados en Copenhague (1993): democracia efectiva, aplicación del acervo legislativo de la UE y viabilidad económica bajo las reglas del mercado europeo.

La adhesión requiere el voto unánime de todos los Estados de la UE al final de la negociación y para aprobar cada capítulo del tratado de adhesión durante el proceso. “No hay calendarios definidos” y el proceso puede ser reversible, señaló la presidenta la de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. El acuerdo de la cumbre europea precisa que la futura adhesión de Ucrania está también condicionada a “la capacidad de la UE para absorber nuevos miembros”, lo que permite a los Veintisiete demorar tanto como quieran el ingreso de cualquier candidato.

Ursula von der Leyen, presidenta de la Comissió Europea, i Volodímir Zelenski, president d'Ucraïna, en una reunió a Kíiv

Ursula von der Leyen, presidenta de la Comissió Europea, i Volodímir Zelenski, president d'Ucraïna, en una reunió a Kíiv / EFE

Obstáculos para la integración

El primer obstáculo para integrar a Ucrania en la UE es la prolongación de la misma guerra que le ha facilitado el estatus de candidato, algo que la UE había descartado antes de la invasión rusa y que incluso parecía inalcanzable en los primeros meses de la guerra. Sin un acuerdo de paz estable de Kiev con Moscú, la adhesión de Ucrania a la UE será imposible, reconoce Olivier Costa, director de investigación del CNRS francés.

El artículo 42 del Tratado de la UE establece la obligación de ayudar por “todos los medios” a cualquier estado miembro ante una agresión armada en su territorio. Por ello, la UE, como la OTAN, no admite como miembro a países en guerra o con conflictos territoriales sin resolver. La UE no va a repetir la negativa experiencia de Chipre, que ingresó en 2004 partido, después de que la comunidad griegochipriota rechazara en el último minuto el plan de reunificación de la isla pactado con la ONU en vísperas de materializarse la adhesión. Esto se aplica a Ucrania, Moldavia y Georgia.

La masiva destrucción económica de Ucrania en la guerra es otro grave obstáculo para su adhesión y viabilidad económica. Antes la invasión rusa, Ucrania ya era el país más pobre de Europa, con un producto interior bruto (PIB) per cápita de 3.725 dólares en 2020, un tercio del de Bulgaria (el país más pobre de la UE), más de siete veces inferior al de España y 10,5 veces menor al de Francia, según el Banco Mundial. La integración de un gran país como Ucrania y el funcionamiento del mercado único europeo resultan imposibles con ese nivel de desequilibrio.

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/ Vídeo: Agencia ATLAS | Foto: EP

La reconstrucción de Ucrania requerirá al menos 1 billón de euros dado el nivel actual de destrucción, estima el Banco Europeo de Inversiones, sin que existan fórmulas realistas para financiarlo. Los planes para obligar a Rusia a pagar esa reconstrucción olvidan que esas sanciones solo logran imponerse a un país derrotado y conquistado militarmente. La ayuda europea de 9.000 millones acordada en la cumbre solo da para mantener en funcionamiento el Estado ucraniano dos meses.

Ucrania además sigue presentando un grave déficit democrático, con un enorme poder de los oligarcas sobre las decisiones políticas, parlamentarias y judiciales, y un nivel de corrupción tan inmenso que bloquea el desarrollo económico. La campaña de desoligarquización del presidente Volodímir Zelenski se ha centrado en sus enemigos políticos, como el expresidente Petro Poroshenko, mientras que no afecta a los principales oligarcas, como Rinat Ajmetov, Dmytro Firtash y Victor Pinchuk, detalla el KyivPost. En octubre, The Guardian reveló la vinculación del propio Zelenski con sociedades pantalla en paraísos fiscales y activos offshore.