ELECCIONES LEGISLATIVAS

Panadero, limpiadora o activista: los nuevos perfiles de los candidatos de la izquierda francesa

La alianza NUPES pretende aportar nuevos rostros a la Asamblea Nacional

El partido de Macron apuesta por políticos experimentados tras su promesa de regeneración en 2017

La candidata Rachel Kéké, de 48 años.

La candidata Rachel Kéké, de 48 años. / Reuters

Enric Bonet

La izquierda francesa aspira a multiplicar por tres o por cuatro su representación en la Asamblea Nacional. La Nueva Unión Popular Ecológica y Social (NUPES) podría pasar de los actuales 57 escaños -de un total de 577- del conjunto de formaciones progresistas en la última legislatura a una horquilla de entre 150 y más de 200, según los sondeos. Aunque la NUPES —formada por la Francia Insumisa, el Partido Socialista, los verdes y los comunistas — es una alianza electoral bastante clásica y liderada por políticos de carrera, presume de aportar nuevos perfiles como parlamentarios. Con la posible llegada al hemiciclo de una limpiadora, un panadero, sindicalistas o jóvenes activistas climáticos, quiere reducir la desconfianza de muchos franceses respecto a la clase política. 

Uno de estos nuevos perfiles más mediáticos es el de Rachel Kéké, 48 años. Nacida en Costa de Marfil y madre de cinco hijos, esta camarera lideró la lucha laboral más longeva en el sector de la hostelería en Francia. Tras 22 meses de una huelga parcial, las limpiadoras del hotel Ibis Batignolles, en el noroeste de París, consiguieron un aumento salarial de 250 a 500 euros y la equiparación de las condiciones de todos los trabajadores, también de los subcontratados. Esa victoria sindical en una época en que no resulta nada fácil torcerles el brazo a las multinacionales ensalzó su figura en el seno de la izquierda. 

“Somos nosotras, las trabajadoras de la limpieza, las auxiliares sanitarias, las enfermeras, las que representamos las profesiones esenciales. (…) Ha llegado el momento de que nuestros oficios sean visibles y dejen de ser invisibles en la Asamblea Nacional”, aseguró Kéké en uno de los discursos más aclamados en el acto de presentación de la NUPES, a principios de mayo.

Tras haber formado parte del “Parlamento de la Unión Popular”, que reunió a activistas y representantes políticos durante la campaña presidencial de Jean-Luc Mélenchon, Kéké se presenta ahora en una circunscripción en la región parisina. Con el 37,2% de los votos en la primera vuelta, parte como favorita en la segunda y podría dejar sin escaño a su rival macronista Roxana Maracineanu, exministra de Deportes.

“Para influir, hace falta formar parte del sistema”

Los diputados de la Asamblea Nacional se escogen en 577 circunscripciones y solo sale elegido el más votado en cada una de ellas. Otro aspirante de la NUPES con un perfil singular, y que protagoniza un ajustado duelo con un adversario macronista, es Stéphane Ravacley, 52 años. Este panadero de Besançon (este) se hizo conocido al haber hecho una huelga de hambre en enero del año pasado en aras de evitar la expulsión de Laye Fodé, su empleado aprendiz de nacionalidad guineana y amenazado tras haber cumplido 18 años de una demanda de deportación al no disponer de un certificado de residencia.

Ese ayuno de una semana dio sus frutos y evitó la expulsión de su aprendiz. Pero Ravacley no se conformó con eso y fundó un colectivo de pequeños empresarios solidarios con las personas migrantes. En el otoño del año pasado se debatió en el Parlamento, pero fue rechazada, la “ley Ravacley”, que impulsó junto con un diputado socialista y con la que quería mejorar la situación de los menores no acompañados.

También organizó esta primavera el envío de un extenso convoy humanitario a Ucrania. “La huelga de hambre ante esa injusticia, el muro de la administración que no escucha y el rechazo de los parlamentarios, todo eso me hizo entender que para influir hace falta formar parte del sistema, sino nada cambia”, explicó este panadero humanista en declaraciones a Le Monde.

Bastante menos mediáticos, pero igual de combativos, son otros activistas que se presentan bajo las siglas de la NUPES. Es el caso de la exportavoz de Attac, Aurélie Trouvé —una de las figuras pujantes de la izquierda mélenchonista—; de Alma Dufour, conocida por su exitosa lucha contra la instalación de almacenes de Amazon; del cartero y sindicalista Youenn Le Flao; o de la profesora y militante de los chalecos amarillos Nathalie Culell. También destacan los jóvenes que impulsaron en 2019 las protestas francesas por la urgencia climática, como Claire Lejeune (27 años), Marie Pochon (31 años) y Noé Guichard (22 años), que compite en la misma circunscripción que la primera ministra Élisabeth Borne, favorita para ganar esa elección.

Macron abandona el discurso de la regeneración

Emmanuel Macron.

Emmanuel Macron. / EFE

“En la próxima asamblea, puede haber un número considerable de diputados mucho más sensibles a las condiciones de vida difíciles de la gente”, destaca el sociólogo Albert Ogien, autor del libro Politique de l’activisme, en declaraciones a El Periódico. “Actualmente, en la izquierda francesa el activismo tiene un mayor peso en la actividad política que los partidos, que cuentan con un número reducido de militantes”, sostiene este investigador en el CNRS. Según Ogien, “en estas elecciones se han invertido los papeles respecto a 2017. Entonces, el partido de Macron presumía de presentar a numerosos candidatos procedentes de la sociedad civil, mientras que ahora es la izquierda la que juega esta carta”. 

Tras ganar las presidenciales con un movimiento creado apenas un año antes, la holgada victoria macronista en las legislativas comportó la llegada de cerca de un 75% de diputados que debutaban en el Parlamento. Eso favoreció una nueva Asamblea más joven y femenina. “Pero la mayoría de esos diputados llamados de la sociedad civil eran empresarios y profesionales liberales, todos pertenecían a las mismas clases sociales superiores”, recuerda Ogien. Entre los 577 escaños solo había un obrero

Además de la poca diversidad social, los diputados macronistas recibieron críticas por su “amateurismo”. Hasta el punto que en estas legislativas su partido ha privilegiado los representantes salientes y los dirigentes locales o de otros partidos. El 85% de sus aspirantes ocuparon cargos electos antes de estos comicios. La ilusión de la “nueva política” de Macron se ha desvanecido. Y la izquierda quiere aprovecharse de ello.

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