REINO UNIDO

Los conservadores rebeldes no se rinden y esperan librarse de Boris Johnson en semanas o meses

El primer ministro trata de ignorar la escala de la rebelión en sus filas y prepara una remodelación de gobierno para castigar a los desleales

Boris Johnson, durante la reunión del consejo de ministros.

Boris Johnson, durante la reunión del consejo de ministros. / Reuters

Boris Johnson

conoce las lenguas clásicas y sabe bien lo que es una ‘victoria pírrica’. Por mucho que celebrara en la noche del lunes haber superado la moción de censura interna, el resultado (“extremadamente bueno, positivo, concluyente, decisivo”, según él) puso en evidencia la fuerza de los derrotados y la debilidad del primer ministro. Johnson no está fuera de peligro, más bien ha quedado herido irremediablemente.

Los rebeldes no se rinden, ni pierden la esperanza de forzar su marcha en cuestión de semanas o de meses. ”Voy a hacer una predicción. Vamos a tener un nuevo primer ministro y un nuevo líder conservador en la conferencia del Partido este año”, se aventuró a apostar uno de los insurrectos, el diputado Andrew Bridge.

Su pronóstico coincide con el de Jon Tonge, profesor de política británica en la Universidad de Liverpool. “Me sorprendería si fuera primer ministro en otoño”, declaró al diario The Guardian. “Le daría seis meses". Prudente, Tonge no quiso pillarse los dedos conociendo la trayectoria del personaje. “Si alguien puede aguantar es Johnson. Es el gran escapista político entre los escapistas políticos”.

Pasar página

Este martes, Johnson convocó el consejo de ministros, como es habitual. Dejó entrar a las cámaras al inicio de la reunión, que comenzó “dando las gracias a todos por el buen trabajo del lunes”. El resultado de la votación “nos permite pasar página, dejar atrás eso de lo que nuestros oponentes quieren hablar y poder así hablar de las cosas que la gente quiere”.

“Pasar página” fue la frase del día. La repetía por televisiones y radios el ministro de justicia y viceprimer ministro, Dominic Raab, al igual que la titular de Exteriores, Liz Truss, para quien “ha llegado el momento de seguir adelante centrándonos en lo que la gente quiere de nosotros, vivienda, cuidado de los niños y que bajemos los impuestos”.  

La mayoría de los ministros cierran de momento filas en torno al líder. No hay indicios de renuncias o disidencia para forzar su marcha. Una remodelación del Gabinete estaría en los planes inmediatos de Johnson para, según sus aliados, hacer una ‘purga’ y librarse de quienes no han mostrado suficiente lealtad. Una de las que correría peligro es la ministra de Interior, Priti Patel, una de las figuras más polémicas del gobierno, quien parece haberse distanciado del primer ministro.

El Protocolo de Irlanda del Norte

La delicada situación domestica del liderazgo de Johnson preocupa más allá de las fronteras británicas. Con el contencioso del Protocolo de Irlanda del Norte por solucionar crece el temor de que trate de endurecer su postura para reforzar su posición en los ‘tories’. “Si el primer ministro o el gobierno británico decide que para mantener el apoyo en el Partido debe adoptar una línea más dura con el Brexit

, o con el Protocolo para Irlanda del Norte, entonces obviamente esas divisiones en el Partido Conservador y en el gobierno británico tendrán un impacto en Irlanda”, declaró el ministro de Asuntos Exteriores irlandés, Simon Coveney. “Y claro estamos preocupados”. De momento el proyecto de ley para abandonar partes del protocolo ha sido aplazado. La legislación debía presentarse este miércoles, pero al parecer el polémico texto no está aún listo.

El problema del brexit y el Protocolo es solo uno de los frentes abiertos que debe encarar Johnson. El impacto más inmediato en su resquebrajada autoridad lo puede provocar una doble derrota el próximo 23 de junio en las elecciones parciales para renovar dos escaños en juego en manos hasta ahora de los conservadores. Uno de ellos es Wakefield, en el llamado “muro rojo”, el otro en Tiverton & Honiton, en una zona rural y conservadora desde siempre en Devon.

“Después de esas elecciones habrá gente engañada sobre sus habilidades para ganar elecciones que finalmente se va a dar cuenta en el caos en que nos encontramos”, ha declarado un diputado Tory. “Nunca es demasiado tarde para cambiar las normas”, añadió. Las reglas actuales impiden durante el periodo de un año volver a presentar una moción de censura interna contra el líder del partido. La posibilidad de cambiar esa norma es uno de los debates actualmente en Westminster.