Colombia

Los colombianos deberán elegir en la segunda vuelta entre Gustavo Petro y Rodolfo Hernández

Los primeros escrutinios marcan que la derecha se queda sin candidato para el segundo turno | Tanto Petro como Hernández representan, desde la izquierda y la derecha, dos expresiones antisistema

El candidato a la presidencia de Colombia por la Coalición Pacto Histótico, Gustavo Petro, saluda tras votar en un colegio electoral de Bogotá.

El candidato a la presidencia de Colombia por la Coalición Pacto Histótico, Gustavo Petro, saluda tras votar en un colegio electoral de Bogotá. / Reuters

Abel Gilbert

Unos 39 millones de colombianos están llamados este domingo a elegir a su nuevo presidente y es muy posible que vuelvan a acudir a las urnas el 19 de junio para saber quién los gobernará a partir de la primera semana de agosto. Solo un milagro político o un voto escondido que los encuestadores no lograron detectar le evitaría la segunda vuelta a Gustavo Petro, el candidato de la izquierda, con una intención de voto del 40%. "Para ganar solo tienes que convencer a una persona y te aseguro que podremos celebrar", pidió antes de la veda electoral el abanderado de la coalición Pacto Histórico, quien comparte su fórmula con la carismática Francia Helena Márquez Mina, una abogada feminista que destacó en las luchas ambientales.

El sentido común de los analistas dista de ser infalible en un país sometido a tantos estremecimientos, del asesinato simple a la remanencia de una guerrilla sesentista, el ELN, pasando por el narcotráfico, con fuerza capaz de desafiar al Estado. Pero hasta que los hechos no lo demuestren, la mayoría de los observadores no espera escuchar cantos de victoria este domingo por la noche.

Esa certeza trae consigo una serie de inquietudes: si el camino a los comicios no estuvo exento de tensiones, 'fake news' (a Márquez Mina le inventaron una hija oculta) y hasta sospechas de falta de transparencia por no existir una auditoría externa del escrutinio, un probable 'ballotage' o segunda vuelta no hará más que aumentar las zozobras. El grado de nerviosismo estará en parte determinado por el nombre del rival de Petro. Si bien las encuestas en principio le asignan ese lugar en la definición al derechista Federico Fico Gutiérrez (21% de las adhesiones), el aumento de las preferencias por Rodolfo Hernández, una suerte de Donald Trump colombiano, abre un signo de interrogante sobre el desenlace.

No ha sido casual el hecho de que Petro y Hernández recibieran en las vísperas de la contienda los mayores señalamientos críticos desde el corazón del poder. El presidente Iván Duque llamó a los ciudadanos a no sentirse tentados por "ilusiones demagógicas que en muchos lugares del mundo se han convertido en esa especie de óxido que quiere carcomer las instituciones democráticas". Hernández, un magnate y exalcalde de Bucaramanga fue condenado a pocas horas de las elecciones a pagar una suma millonaria en una causa por difamación y hasta se lo ha amenazado con la cárcel por cinco días. "Ya no saben qué hacer para frenarme. Se les nota el miedo al cambio que nunca lograrán detener", dijo.

El centro en su encrucijada

Andrés Parra, columnista del portal 'La silla vacía' consideró que el repentino ascenso de Hernández puede representar este domingo "el acta oficial de defunción del centro" que intenta encarnar Sergio Fajardo, cuarto en los sondeos. Gutiérrez, en tanto, ha quedado atrapado entre dos corrientes antisistema de distinta legitimidad: su discurso conservador, con una defensa de los valores de la familia y la tradición religiosa, el libre mercado y una política de seguridad que muestra números de espanto (223 masacres entre 2020 y 202 y unos 850 líderes sociales asesinados bajo el actual Gobierno) no le garantizan por completo su boleto al segundo turno. Si accede tendrá que ampliar el frente anti-Petro y alejar los temores de que se trata de una versión más de uribismo sin Álvaro Uribe.

Nunca antes la izquierda estuvo tan cerca del triunfo electoral. Esa proximidad se ha visto favorecida por los ecos todavía persistentes de los estallidos sociales de 2019 y 2021. Hace un año, la protesta se encontraba en su punto de mayor combustión. "Las luchas contra el empobrecimiento sistemático, la violencia estatal y la ruina de las comunidades más vulnerables han llevado a que la ciudadanía se movilice en el espacio público. Contra cualquier pronóstico, se ha salido a las calles a buscar un nuevo aire y a construir un país más justo e igualitario", recordó la oenegé Temblores. Los 90 días que conmovieron a Colombia dejaron también 83 muertos en 12.288 manifestaciones.

En la actualidad, casi el 70% de los ciudadanos rechaza la figura del presidente por razones encontradas. Duque suele reivindicar no obstante su gestión de la pandemia (un 70% de vacunación completa) y el crecimiento de la economía (10,6% en 2021 y una mejora de cuatro puntos este año). Abandonará la presidencia con 39,3% de pobres (20 millones de personas) y dándole la espalda en varios aspectos al acuerdo de paz que suscribió su antecesor Juan Manuel Santos con las FARC. Solo este año fueron asesinados 21 exguerrilleros que entregaron las armas.

Sobre esos escombros ha avanzado Petro. Tanto él como sus rivales han pintado un país de prosperidad y redención si son electos. "Lamentablemente, el problema de no saber cómo se va a pagar por las maravillas que nos prometen, o qué esfuerzos se necesitarán para mantener a raya los desastres que nos auguran, va más allá de las competencias aritméticas de los candidatos", dijo Luis Carlos Reyes, columnista del diario bogotano 'El Espectador'.