Medida polémica

Reino Unido enviará a Ruanda a los inmigrantes ilegales que crucen el Canal de la Mancha

El gobierno británico ha firmado un acuerdo con las autoriades del país centroafricano condenado por la oposición y las organizaciones de derechos humanos

El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson.

El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson. / EP

El gobierno de

Boris Johnson

ha firmado un acuerdo para enviar a Ruanda a “decenas de miles” de inmigrantes que entren ilegalmente en el

Reino Unido

cruzando el Canal de la Mancha. Los sin papeles que desembarquen en la costa británica en pequeñas embarcaciones clandestinas serán enviados por avión “con billete sólo de ida” a campos de internamiento a más de 6.000 kilómetros, en el país centroafricano que el propio Reino Unido pidió investigar el pasado año en la ONU por presuntos malos tratos, desapariciones, asesinatos y torturas. Johnson sin embargo lo describió como “uno de los países más seguros del mundo”.

La nueva táctica para deshacerse de los sin papeles resulta enormemente polémica y chocará con fuertes barreras prácticas y legales como reconoció el propio Johnson. “No se hará de la noche a la mañana”. Los partidos de la oposición y organizaciones como Amnistía Internacional, o Refugee Action han repudiado un esquema “escalofriante”, “cruel”, “inhumano”, “impracticable” y “extremadamente costoso”, sin que vaya a servir para detener el flujo de personas que buscan refugio.

"Razones humanitarias"

“Si van por ese camino, si cruzan el Canal de la Mancha ilegalmente en esos botes se arriesgan a terminar no en el Reino Unido, sino en Ruanda”, declaró el primer ministro. La nueva disposición afectaría fundamentalmente a hombres que viajen solos. En teoría permanecerían en el país africano hasta que se solucionara su petición de asilo en el Reino Unido o hasta ser devueltos a su país de origen. Johnson se desplazó el jueves a Kent, la región a la que llegan las lanchas de ilegales, para presentar un plan concebido, “por razones humanitarias” y “hecho posible gracias a las libertades del Brexit. El plan, negociado durante nueve meses con las autoridades de Kigali por la ministra de Interior, Priti Patel, que se desplazó a la capital ruandesa para firmar el acuerdo, tendrá un coste inicial de 120 millones de libras (144 millones de euros). Patel explicó que Ruanda ha recibido 130.000 refugiados de múltiples países y ha mostrado “respeto por esa gente permitiéndoles reiniciar sus vidas”.

Además de los envíos Ruanda, el gobierno propone la imposición de penas de cárcel que pueden llegar a ser de cadena perpetua, a los traficantes de inmigrantes. Efectivos de la Marina Real han pasado a reforzar los controles en el Canal y se destinarán 60 millones para mejorar el equipamiento del personal que vigila la costa.

Distracción del Partygate

Desde el punto de vista político Johnson, de nuevo en la cuerda floja, tiene claro que este gran salto en las tácticas para el control de la inmigración complacerá a muchos de sus votantes y diputados defensores del Brexit. El primer ministro anuncia el plan cuando se renuevan los llamamientos pidiendo su dimisión tras haber recibido una primera multa, que puede no ser la única, por su participación en las fiestas en Downing Street durante el confinamiento. “Es por sí misma una política despreciable, pero a eso se suma el hecho de ser presentada hoy para distraernos del Partygate”, señalaba la ministra principal de Escocia Nicola Sturgeon. “Queda al descubierto la quiebra moral del gobierno Tory. Una vergüenza”.