ORIENTE PRÓXIMO

La espiral de violencia se instala en Israel y Palestina: 30 muertos en dos semanas

Dos semanas de violencia han dejado 14 víctimas en el lado israelí y 16 en el lado palestino

Varios palestinos portan el cuerpo de un joven muerto en un enfrentamiento con fueras israelíes.

Varios palestinos portan el cuerpo de un joven muerto en un enfrentamiento con fueras israelíes. / EFE

Andrea López-Tomàs

Un palestino ha muerto este martes por los disparos el Ejército israelí en la ciudad de Nablus, en el norte de Cisjordania ocupada, el último de una serie incidentes violentos en dos semanas, que se han cobrado 30 vidas.

Un total de 14 israelís han muerto en ataques palestinos y 16 palestinos en las operaciones del Ejército israelí en Cisjordania, que han desencadenado en fuertes enfrentamientos armados. Analistas alertan de que las celebraciones del Ramadán y de la Pascua judía se podrían ver empañadas por una escalada de violencia total.

El primer ataque fue el 22 de marzo en Beersheba, al sur de Israel. Cinco días después, mientras los líderes árabes, israelís y estadounidenses se reunían en una cumbre histórica, llegó el segundo al norte del país.

Apenas pasaron dos días y hubo un nuevo ataque en los suburbios de Tel Aviv. El cuarto atentado alcanzó el corazón de la capital en la festiva noche del pasado jueves.

Este martes un nuevo apuñalamiento frustrado sin víctimas al norte del país ocupaba los telediarios. En total, han muerto 14 personas. Israel vive sus días más sangrientos de los últimos tres lustros.

Ofensiva militar

A modo de respuesta, las autoridades israelís han desplegado todo su arsenal militar dentro y fuera de las fronteras israelís. "Estaremos en todos los lugares en cualquier momento que sea necesario para detener estos ataques terroristas; Israel va a la ofensiva", anunció el primer ministro, Naftali Bennett.

Las dos primeras agresiones fueron perpetradas por ciudadanos palestinos de Israel mientras que el resto fueron realizadas por palestinos de la Cisjordania ocupada. Por ello, esta ofensiva se ha extendido a varios frentes. El primero en la frontera, ya que el Gobierno israelí ha anunciado un plan de 86 millones de euros para reforzar el muro de separación.

Por otro lado, el Ejército se ha adentrado en municipios palestinos para detener y castigar a aquellos involucrados o relacionados con los atacantes. En Jenin, baluarte de la resistencia palestina, se suceden las detenciones y las incursiones en el campo de refugiados, de donde era el atacante de Tel Aviv. Las redadas de las tropas israelís ha provocado enfrentamientos y tiroteos con víctimas mortales en el lado palestino.

Además, sólo este domingo cuatro personas, entre ellas dos mujeres, murieron en incidentes separados en los territorios ocupados. Tras el vandalismo del lugar sagrado judío de la Tumba de José el sábado en Nablus, el Ejército israelí también está desplegado en esta ciudad norteña. Un activista palestino de 34 años, el abogado Mohamed Assaf, ha muerto este martes al recibir un tiro en el pecho mientras llevaba a sus hijos al colegio.

Posible escalada

Hace casi un año, la represión de las fuerzas israelís sobre las protestas palestinas prendió un conflicto a gran escala. La ofensiva de

Israel

sobre la Franja de Gaza dejó más de 250 palestinos muertos y docenas de edificios e infraestructura destrozados. En el lado israelí, murieron 13 personas. Este Ramadán el temor a una repetición de la violencia parece estar a punto de convertirse en realidad.

"Un problema potencial es el número de muertes palestinas, del que los israelíes son poco conscientes", analiza Amos Harel en 'Haaretz'. "La muerte de los combatientes en Jenin refuerza el espíritu de resistencia y amplía el círculo de la venganza", apunta.

Muchos analistas subrayan que esta espiral de violencia era una tragedia anunciada. Más de medio siglo de ocupación israelí sobre Cisjordania ha condenado a los palestinos a la rabia y a la frustración.

“Los jóvenes han perdido la esperanza en todo, sin trabajo, desorientación y ataques diarios de las fuerzas israelíes; perdieron muchos colegas, amigos y vecinos”, explicaba Fathi Hazem, el padre del atacante de Tel Aviv, a 'Al Jazeera' cuando se le preguntaba por los motivos que podrían haber llevado a sus hijos a abrir fuego en un bar. Parece que las costuras de la ocupación no son capaces de soportar más esta asfixia. 

Ignorantes del "otro lado"

"Además, muchos exmiembros del nivel de seguridad de Israel han confesado que mantener a millones de personas bajo un sistema sostenido por la fuerza nunca puede garantizar la seguridad a largo plazo, pero las élites políticas, militares y culturales de Israel han seguido desestimando estas advertencias", denuncia el editor jefe de la revista '+972', Edo Konrad.

Y es que los ataques en suelo israelí han cogido por sorpresa a una población que ignora, en líneas generales, las opresiones sobre el pueblo palestino, viviendo en "una burbuja psicológica" para eliminar cualquier interés en "cómo vive la otra mitad".

Konrad apunta que “esa burbuja solo se agita en los momentos esporádicos en que un cohete, un cuchillo o una pistola se vuelve contra nosotros desde el «otro lado», obligándonos a recordar a los millones que tenemos viviendo bajo nuestra bota”. Esta vez, el castigo colectivo también ha alcanzado a ciudadanos israelís con la retirada de los beneficios sociales a los familiares de los atacantes.

Además, las alianzas de Israel con los Estados árabes y el consecuente abandono de la causa palestina agravan la rabia. Solo parece quedarles los cuchillos y las balas para levantar la voz, aunque sea en un grito ahogado desbordado de desesperación antes de morir.