ELECCIONES EN FRANCIA

“El programa de Le Pen supondría la abolición de los principios constitucionales de la V República”

Entrevista con la semióloga Cécile Alduy, experta en los discursos de la ultraderecha francesa

Cecile Alduy.

Cecile Alduy. / ASTRID DI CROLLALANZA

Enric Bonet

Cécile Alduy (Boulogne-Billancourt, 1974) es una prestigiosa analista de los discursos de la ultraderecha francesa. Esta profesora de literatura y civilización estadounidense en la universidad californiana de Stanford publicó en febrero La Langue de Zemmour, un celebrado ensayo en Francia sobre la retórica del polemista xenófobo y ultranacionalista que hizo correr ríos de tinta a lo largo de la campaña de las presidenciales de este domingo (primera vuelta). En 2015 también había analizado la comunicación de Marine Le Pen y su estrategia de dédiabolisation (desdemonización) en Marine Le Pen prise aux mots.

El líder de Reconquista y la de la Reagrupación Nacional (RN) representan dos caras distintas de la misma moneda ultra en estas elecciones. Mientras que Zemmour acaparó la atención mediática durante meses gracias a su brutalidad discursiva, Le Pen pasó desapercibida y ahora es percibida como una moderada por una parte creciente del electorado. Según los sondeos, que deben cogerse con pinzas, Le Pen quedará segunda el domingo (24-20%) y cuenta con opciones de imponerse a Emmanuel Macron en una hipotética segunda vuelta contra el presidente. En cambio, a Zemmour lo dejan relegado en la cuarta posición (10-8%)

¿Por qué la líder de la RN ha dejado de dar miedo a muchos franceses? ¿Cómo el polemista ha contribuido a ello? Son algunos de los principales interrogantes que planean sobre estas presidenciales. No hay mejor experta para resolverlos que Alduy, hija del exalcalde de Perpiñán, Jean-Paul Alduy.

¿Cómo la violencia discursiva de Zemmour transmite un clima de ansiedad y violencia en la sociedad francesa?

Su lenguaje está saturado por el vocabulario de la “guerra”. ¡Es la tercera palabra que utiliza más habitualmente! También habla constantemente del conflicto, el combate, de la muerte, la supervivencia y la dominación. Este vocabulario refleja una visión del mundo en que todas las relaciones están basadas en una única alternativa: dominar o ser dominado, conquistar o ser conquistado. Todo esto crea un universo de ansiedad en que se instala la idea de que hay una “guerra civil” en Francia.

También se trata de una retórica que banaliza el racismo. ¿Cómo lo hace?

Básicamente, se dedica a repetir que las razas existen e impone una visión racializada de la sociedad y los individuos. Cualquier persona es vista únicamente por su color de piel y sus orígenes. Para Zemmour, la película "Intocable" resulta un reflejo del “gran reemplazo” —la teoría conspirativa de que los franceses blancos serán sustituidos por los de origen extranjero—. En definitiva, impone este marco racista en su descripción de la realidad e impone las categorías raciales en lugar de los individuos.

Una ideología completamente opuesta a los ideales del humanismo y el republicanismo…

Sí, sin duda. La gran aportación de la Ilustración y de la idea de República fue establecer la dignidad y la libertad de cada individuo de pensar por sí mismo en lugar de encerrarlos en un determinismo esencialista. En este sentido, Zemmour es un antirepublicano.

Uno de los elementos más habituales en la retórica de Zemmour es la retórica de la inversión. ¿En qué consiste?

Esta retórica de los espejos consiste en invertir completamente el orden actual de las cosas y así reapropiarse de la condición de víctima. Por ejemplo, Zemmour se opone a cualquier “arrepentimiento” sobre la colonización, pero al mismo tiempo asegura que Francia está siendo “colonizada” por las personas oriundas de estas colonias, que ahora se han convertido en invasores. También considera a los hombres dominados por un presunto orden femenino. De esta manera, descalifica cualquier avance en materia de igualdad por parte de las mujeres o las minorías.

Aunque parece que cuenta con muy pocas opciones para clasificarse para la segunda vuelta, el polemista ultra podría superar el 10% de los votos. ¿Cómo explica este apoyo electoral considerable para alguien que justo creó su partido a finales de noviembre?

Su discurso se corresponde a una parte de la opinión pública que hasta ahora estaba presente en la Reagrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen, pese a los intentos de su líder de normalizar su formación. Una vez Jean-Marie Le Pen delegó su partido a su hija, estos votantes más radicales se habían quedado sin una oferta política que canalizara su visión del mundo, la misma del Frente Nacional (FN) “de antaño”. Zemmour ha aportado ahora esta oferta política que se corresponde a una demanda presente en la sociedad francesa desde la década de 1990.

En el caso de Marine Le Pen, ¿cómo ha evolucionado su discurso entre las anteriores presidenciales y ahora?

Ha continuado con su trabajo de normalización de su imagen. Tras haber desestabilizado a sus rivales adoptando un discurso republicano y laico, en las antípodas del de su padre, ahora se permitió el lujo de parecer más moderada que el conservador François Fillon o que el actual ministro del Interior, Gérald Darmanin (un discípulo de Nicolas Sarkozy). De hecho, se ha beneficiado de la “desdemonización” desde el exterior que le ha ofrecido el hecho de que todo estos dirigentes de la derecha y el centroderecha adoptaran, y por lo tanto banalizaran, el marco ideológico de la RN sobre el islam y la inmigración. Además, ha intentado darse una imagen más humana y cercana a la gente hablando de sus sentimientos cuando su sobrina Marion Maréchal anunció que apoyaría a Zemmour o haciendo confesiones íntimas en sus mítines.

¿Le Pen se ha vuelto mainstream? ¿Habla como el resto de los políticos?

Exactamente. Su estrategia mediática y de comunicación política ha consistido en modelarse a partir de lo mainstream, lo políticamente correcto. Utiliza un vocabulario uniforme, sin asperezas, a menudo aburrido. En su discurso resultan preponderantes los argumentos económicos, incluso sobre la inmigración. Intenta darse una imagen de buena jefa de Estado.

También ha moderado su programa, por ejemplo, renunciando a la salida de Francia de la zona euro.

Sí, exacto. Desde 2017, ha hecho un gran trabajo para sacar de su programa algunos de los aspectos más controvertidos, como la salida de Francia de la moneda única o la prohibición de la binacionalidad. Pero al mismo tiempo se ha procurado poder resolver estas cuestiones una vez esté en el poder. 

Pero la clave de esta normalización de Le Pen ha sido la irrupción de Zemmour. ¿Es así?

Sí, su imagen sobre todo se ha normalizado gracias a la aparición del polemista. Su violencia y brutalidad verbal hicieron que el discurso de Le Pen pareciera mucho más tranquilo, racial y pragmático. En cambio, el de Zemmour resultaba obsesivo, teórico y no tenía en cuenta la vida cuotidiana de los votantes.

A pesar de esta imagen más moderada, Le Pen mantienen el mismo programa electoral del FN de toda la vida, claramente anclado en el ultranacionalismo y la xenofobia.

La aplicación de su programa supondría la abolición de los principios constitucionales de la V República, puesto que crearía categorías de personas de segunda clase, privadas de numerosos derechos, como el acceso a una vivienda digna (inscrito en la legislación), la sanidad o al trabajo (inscrito en la Carta Magna). Todo esto crearía una sociedad en que el origen define a los individuos. Una religión (la musulmana) se vería reprimida o controlada, al ser tratada como una ideología en lugar de una creencia. Así se instalaría un clima general de estigmatización de los extranjeros. Todos estos elementos ya fueron aplicados en Francia en el pasado, durante los momentos más sombríos de su historia.