LIMÓN & VINAGRE | Matthew Nicklin

Un intruso de Newcastle en la corte de Cambridge y Oxford

Juez Matthew Nicklin

Juez Matthew Nicklin

Ernesto Ekaizer

Ernesto Ekaizer

A finales de los ochenta del siglo pasado, un joven de 18 años terminaba el primer año de la carrera de Derecho y Economía en la Universidad de Newcastle en la ciudad norteña Newcastle Upon Tyne del Reino Unido. Se dio cuenta antes de pasar a segundo año que economía no era para él. Porque lo que le gustaba era litigar, quería ser un barrister. En el sistema legal del Reino Unido están los que llevan los casos, solicitors, y los que litigan en la barra, el tribunal, los barristers.

En ese primer año le apasionó en clase la práctica del mooting o simulación jurídica, es decir, la competición en la simulación de un caso ante un tribunal, generalmente la apelación contra una resolución judicial, procedimiento que imita lo que sucede en los tribunales británicos. En el segundo año, se lanzó a la carrera de Derecho.

Y se graduó en 1992 con veintiún años, empezó a ejercer en la barra en 1993 y pasó por puestos que te dan una gran experiencia como el de Recorder (jueces auxiliares) hasta ocupar una plaza en el Tribunal Supremo de Australia, en Sidney, Nueva Gales del Sur. En 2013, con 46 años, logró casi un milagro: obtuvo la seda. Es decir: accedió a la toga de seda que requiere la aprobación de la reina de Inglaterra cuando te otorgan el honorífico título de Queen Counsel (QC) o abogado de la Reina, en el Westminster Hall del Parlamento británico. 

En un ambiente de graduados mayoritariamente en Cambridge y Oxford, aterrizaba un abogado de la Universidad de Newcastle

Este es Matthew Nicklin, juez que, con 52 años, es uno de los más jóvenes del Tribunal Superior de Justicia de Inglaterra y Gales (High Court of Justice). Tras especializarse en casos que implican a medios de comunicación y difamación en un bufete londinense, fue nombrado con efecto desde el 2 de octubre de 2017 en el alto tribunal. Cuatro meses después, el 3 de febrero de 2021 se hacía cargo del área de Medios y Comunicaciones.. 

Mira por dónde, hacía entonces treinta y cinco días que Corinna zu Sayn-Wittgenstein estampaba su firma, el 29 de diciembre de 2020, en una demanda civil contra su examante Juan Carlos I por presuntos actos de acoso, seguimiento ilegal de agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) a las órdenes del general Félix Sanz Roldán, y difamación.  

Según la demanda de treinta folios esos actos obedecen a una obsesión del rey emérito por recuperar 100 millones de dólares o 64,8 millones de euros que le había donado en junio de 2021. 

El dinero, a su vez, había sido “regalado” a Juan Carlos I el 8 de agosto de 2008, mediante una transferencia a su cuenta en Suiza del rey saudí Abdalá Abdulazziz al-Saúd, también transcrito Abdullah (1924-2015). 

El rey emérito, según la demanda, comenzó a hostigarla con la exigencia de que le “devolviera” lo que no era suyo, -según decía él-l es decir, los 64,8 millones de euros. El 16 de septiembre de 2014, en una reunión en The Connaught Hotel en el barrio tan elegante como rico de MyFair, junto a Hyde Park, en Londres, Juan Carlos I, el abogado suizo Dante Canonica, que redactó el documento de “donación irrevocable” en 2012 y Corinna se reunieron. Juan Carlos I le dijo que le devolviera el dinero o que lo “pusiera a su disposición”. Corinna tiene como testigo a Canonica y varios correos electrónicos que prueban lo que afirma. Y también puede presentar material sobre operaciones de difamación del emérito contra ella en medios de comunicación. 

Y aquí es donde los caminos de Corinna y Juan Carlos I se cruzan con el juez Nicklin, quien precisamente por estar a cargo de medios de comunicación y difamación en el alto tribunal se hace cargo del caso. 

Matthew Nicklin creció en Pembrokeshire, Gales, en una de las costas más espectaculares del mar de Irlanda. Al difundir su curriculum, el Comité de Nombramientos Judiciales del Tribunal Superior de Justicia apuntaba: “Estudió en la Universidad de Newcastle y es el primer miembro de su familia que se graduado de abogado…”.

Uno de los éxitos de su carrera ha sido la defensa en 2016 de los demandantes del sindicato de la construcción contra la lista negra de trabajadores en las grandes empresas. El pleito lo ganaron los trabajadores con compensaciones de 5,6 millones de libras (6,6 millones de euros en una primera fase. 

En 1998-2000, la justicia del Reino Unido creó en el derecho penal un precedente con el caso Pinochet tras el arresto del exdictador y exjefe de Estado de Chile en Londres por orden del juez Baltasar Garzón al denegársele la inmunidad ante actoa de tortura.

Ahora, el juez Nicklin intenta crear ese primer precedente en el derecho civil con Juan Carlos I, al rechazar la inmunidad de Estado que invocaba ante la demanda de su examante Corinna zu Sayn-Wittgenstein. 

No es frecuente que los barristers QC que defienden los casos en lo que podría llamarse la corte de Cambridge y Oxford, el alto tribunal, sean mayores que el juez. 

Y a Matthew Nicklin muchos le superan en años. 

El afán por hacerse entender le ha llevado en este caso a concluir que si Juan Carlos I tuviese inmunidad personal (es decir, por ser quién es) y entrara en una joyería en Londres y robara un anillo de diamante se daría la circunstancia de que no se sometería a un procedimiento penal o civil. Y eso, claro, dice Mr. Justice Nicklin, no puede ser. 

O a preguntar al barrister contratado para defender al emérito. Daniel Bethlehem -ha pasado por la Universidad de Cambridge- respecto del estatus del rey emérito. "Sir Daniel -inquirió el juez- si Juan Carlos I se instalase en Siberia, sin comunicación con Felipe VI, seguiría siendo miembro de la Casa Real". Sir Daniel respondió que era una opción tan extrema que se negaba a asumir. "Pero es a lo que conduce su razonamiento" dijo Nicklin.

Y, por fin, ese mismo esfuerzo por hablar en términos de la calle le lleva a definir en inglés algunos latinajos para que se entiendan mejor. Como llamar a inmunidad ratione personae "inmunidad personal" y a la inmunidad ratione materiae "inmunidad funcional" 

A finales de los ochenta del siglo pasado, un joven de 18 años terminaba el primer año de la carrera de Derecho y Economía en la Universidad de Newcastle en la ciudad norteña Newcastle Upon Tyne del

Reino Unido

. Se dio cuenta antes de pasar a segundo año que economía no era para él. Porque lo que le gustaba era litigar, quería ser un barrister. En el sistema legal del Reino Unido están los que llevan los casos, solicitors, y los que litigan en la barra, el tribunal, los barristers.