¿Qué son las armas químicas y biológicas?
Las armas químicas y biológicas forman parte de las "armas de destrucción masiva" condenadas por los tratados internacionales
La guerra en Ucrania reactiva el miedo al empleo de este tipo de armamento
Héctor González
Las armas químicas y biológicas son, solo por debajo de las nucleares, las que tienen una mayor capacidad de provocar daños humanos. Se trata de sustancias químicas o de patógenos de origen biológico empleados como armas de guerra para causar daño o la muerte a personas y otros seres vivos. A pesar de la condena generalizada a su uso, la guerra en Ucrania ha reavivado el miedo a este tipo de armamento tras el cruce de acusaciones entre Estados Unidos y Rusia.
Esta semana Rusia ha acusado a Estados Unidos de estar desarrollando un programa biológico-militar en Ucrania, a lo que la Casa Blanca ha replicado que es "completamente falso" y que es muy probable que Moscú esté planeando usar este tipo de armamento bajo el pretexto de responder a esta supuesta amenaza. "Ahora que Rusia ha hecho estas acusaciones falsas y que China parece haber respaldado esa propaganda, todos deberíamos estar atentos a la posibilidad de que Rusia use armas químicas o biológicas en Ucrania", ha señalado Jen Psaki, la portavoz de la Casa Blanca, en su cuenta de Twitter.
Armas químicas
Según la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), las armas químicas son "sustancias químicas que se utilizan para causar intencionalmente daños o la muerte por medio de sus propiedades tóxicas". Pueden emplearse en forma de munición, como parte de bombas de artillería y misiles o mediante dispositivos diseñados específicamente como arma química.
El gas mostaza, el fosgeno, el gas sarín, el cianuro o el gas mostaza son algunos ejemplos de armas químicas empleadas a lo largo de la historia y responsables de distintas atrocidades. Su está prohibido por la Convención sobre las Armas Químicas, un tratado internacional que entró en vigor en 1997 y que prohíbe "el desarrollo, la producción, el almacenamiento, la transferencia y el empleo de armas químicas". Lo integran 193 países de todo el mundo y, además de impedir su uso, también vela por la destrucción dentro de los plazos estipulados de los arsenales de armas químicas declarados.
Armas biológicas
Las armas biológicas, por su parte, son cualquier patógeno de origen biológico empleado con el fin de producir lesiones, la incapacidad o la muerte a seres humanos u otros seres vivos. El comienzo de su uso con potencial destructivo data del siglo XIX, cuando fueron identificados los agentes patógenos. Asimismo, según informa la OPAQ, las toxinas, es decir, las sustancias químicas tóxicas producidas por organismos vivos, se consideran tanto armas químicas como biológicas.
Al igual que en el caso anterior, también existe una Convención sobre las Armas Biológicas que prohíbe el desarrollo, la producción y el almacenamiento de armas biológicas y toxicológicas, además de abogar por su progresiva destrucción. Dicho tratado, suscrito por 173 países, fue firmado en 1972 como una ampliación del Convenio de Ginebra de 1925 (una serie de pactos y tratados internacionales que buscaban limitar la barbarie de la guerra tras el fin de la I Guerra Mundial).
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