GUERRA EN UCRANIA

La doctrina de Rusia para el uso de armas nucleares tácticas: "Escalar para desescalar"

Putin dice que Rusia está preparada para usar armas nucleares si se amenaza su soberanía | Hace cuatro años cambiaron su política de uso

La amenaza nuclear ha vuelto con la invasión de Ucrania: Rusia alardea de poder desencadenar la Tercera Guerra Mundial / EL RELOJ DEL FIN DEL MUNDO

La amenaza nuclear ha vuelto con la invasión de Ucrania: Rusia alardea de poder desencadenar la Tercera Guerra Mundial / EL RELOJ DEL FIN DEL MUNDO / Shutterstock

Mario Saavedra

Mario Saavedra

El 27 de febrero de 2022, tres días después de que comenzara la invasión a gran escala de Ucrania, Vladímir Putin se reunió con su entonces ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, y su jefe del Estado Mayor Valeri Gerásimov. Les dio la orden de poner en estado de “alerta máxima” el sistema de misiles nucleares rusos. Ambos militares mantenían el gesto sobrio y parecían atónitos.

Por entonces, la preocupación era alta en los países europeos, especialmente en los vecinos de Rusia, sobre la posibilidad de que Putin planeara mostrar músculo usando armas nucleares tácticas, las más pequeñas y menos potentes, en el campo de batalla. ¿Hasta dónde estaba dispuesto a llegar el presidente ruso? Poco a poco las aguas se calmaron, y el tema del uso de armas nucleares salió del relato sobre la guerra. Ucrania se convirtió en un conflicto de desgaste clásico, más bien salido del siglo XX: mucha artillería, trincheras, tanques por la estepa...

El temor ha vuelto a la palestra después de que el presidente ruso, Vladímir Putin, haya asegurado este 13 de marzo que Moscú "está preparado desde el punto de vista técnico" para una guerra nuclear. Durante una entrevista con la televisión Rossiya 1 y a la agencia RIA Novosti ha afirmado que las capacidades con las que cuentan las fuerzas rusas son "más modernas" que las del resto de países del mundo.

Armas nucleares tácticas

¿Podría Moscú llegar a contemplar el uso de armas nucleares? Quizá no sobre una ciudad (lo que supondría un alto nivel de represalias) pero, ¿y lanzarlas sobre el campo de batalla o en una zona despoblada, “para sacar músculo”? ¿O usar armas nucleares tácticas, más pequeñas y de menor potencia?

“En estudios estratégicos el concepto ‘escalar para desescalar’ consiste en dar un gran golpe sobre la mesa [escalar] con el objetivo de que el otro se vea forzado a desescalar”, ha explicado a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA Yago Rodríguez, doctor en innovación militar de insurgencia y editor de Political Room. “Se puede hacer con armas nucleares, químicas o tradicionales. Puede ser una gran bomba contra una zona poco poblada, o una pequeña bomba contra una unidad militar”, añade.

El presidente ruso, Vladimir Putin, reunido con su ministro de Defensa, Sergei Shoigu y su General en jefe Valery Gerasimov en Moscú este 27 de febrero de 2022. Putin les ordena poner sus "fuerzas disuasorias" nucleares en alerta máxima por los pasos agresivos de los países occidentales contra Rusia.

El presidente ruso, Vladimir Putin, reunido con su ministro de Defensa, Sergei Shoigu y su General en jefe Valery Gerasimov en Moscú este 27 de febrero de 2022. Putin les ordena poner sus "fuerzas disuasorias" nucleares en alerta máxima por los pasos agresivos de los países occidentales contra Rusia. / ALEXEY NIKOLSKY/ SPUTNIK / AFP

“‘Escalar para desescalar’ es una parte de la doctrina nuclear rusa que se basa en que las armas nucleares menos potentes pueden ser empleadas dentro de un escenario bélico con un impacto limitado pero unos efectos inmediatos”, asegura a este diario Félix Arteaga, investigador del Real Instituto Elcano. “Las nucleares dejarían así de ser armas solo de último recurso y permitirían graduar, hacia arriba o hacia abajo, la intensidad del conflicto”.

Así, el paso de armas convencionales a armas nucleares forzaría al enemigo a claudicar.

Armas nucleares estratégicas y no estratégicas

Rusia tiene miles de cabezas nucleares. Son de dos tipos: las estratégicas y las no estratégicas, o tácticas. Las primeras son las que todo el mundo tiene en la cabeza; las que en la guerra fría se temía que destruyeran ciudad tras ciudad en una cadena infinita de represalias. De esas, Rusia tiene cerca de 6.000 cabezas, según el Proyecto para la Información Nuclear de la Federación de Científicos de EE UU. Alrededor de 1.500 están desfasadas o en proceso de desmantelamiento. De las 4.500 restantes, unas 1.500 están desplegadas y 3.000 sin desplegar. Pero, además, Moscú tiene 1.875 armas nucleares no estratégicas operativas, según la información del Gobierno de Estados Unidos.

Estas armas nucleares tácticas se montan en misiles nucleares, que se transportan y se lanzan desde aviones, barcos, submarinos, misiles convencionales y sistemas antiaéreos. 

En total, Rusia tiene 900 en posesión de la Armada (misiles de crucero, antibarcos o antisubmarinos), 500 son del Ejército del Aire (para ser usadas en misiles del tipo Tu-22M3, Su-24M, Su-34, MiG-31K o el nuevo Su-57); cerca de 400 son de los Ejércitos de Defensa Aérea, Costera y de Misiles; y unas 90 al Ejército de Tierra; todo según el trabajo de Hans Kristensen, director del Proyecto de Información Nuclear.

El propio Kirstensen ha explicado estos días en la BBC que estas armas tácticas se encuentran guardadas en depósitos, y que no se ha visto movimiento alguno que muestre que Putin pretenda sacarlas de allí para usarlas en el escenario de guerra europeo. “Parece una amenaza verbal de momento”

2020, cambio de doctrina nuclear rusa

El debate sobre el uso de armas nucleares tácticas se intensificó en 2020 con el cambio de doctrina nuclear rusa. Se aprobó un nuevo documento en el que se incluyen los casos en los que el país se permitiría usar este tipo de armas. 

Para empezar se señala que "la política estatal en el ámbito de la disuasión nuclear tiene un carácter defensivo". Pero se añade que Moscú se reserva el derecho a un ataque con armamento nuclear en caso de agresión exterior o amenaza a la supervivencia del Estado.

Prueba de misil de las fuerzas de disuasión nucleares del Ejército ruso, lanzamiento de un misil balístico intercontinental Yar en la localidad de Plesetsk, el 19 de febrero.

Prueba de misil del Ejército ruso de las fuerzas de disuasión nucleares. Foto entregada por el ministerio de Defensa ruso del lanzamiento de un misil balístico intercontinental Yar desde el centro de entrenamiento de Kura, en la localidad de Plesetsk, este 19 de febrero de 2022. El lanzamiento formó parte de los ejercicios del sistema de disuasión ruso de misiles. / EFE/EPA/RUSSIAN DEFENCE MINISTRY PRESS SERVICE

Entre las amenazas que justificarían esa “política de disuasión nuclear” figura el aumento del potencial militar del enemigo cerca de sus fronteras terrestres o marítimas. Esto es algo de lo que Rusia ha acusado a la OTAN en numerosas ocasiones y que, según el Kremlin, está detrás de la invasión de Ucrania. Moscú cree que la Alianza no para de incrementar su presencia y desplegar armamento cerca de sus fronteras, desde los países bálticos (Estonia, Letonia y Lituania) hasta Polonia, Rumanía y Bulgaria.

Hay más razones que permitirían a Rusia lanzar un ataque nuclear si así lo decide el presidente, que es quien tiene la última palabra. La sola posesión por un país de armamento nuclear que pueda ser utilizado contra Rusia, la proliferación de dicho armamento y de la tecnología y equipos para su fabricación, el emplazamiento en el espacio de sistemas militares ofensivos y defensivos… 

Imagen del misil ruso Tu-95MS durante unas maniobras de entrenamiento este 19 febrero de2022.

Imagen del misil ruso Tu-95MS durante unas maniobras de entrenamiento este 19 febrero de2022. / EFE/EPA/RUSSIAN DEFENCE MINISTRY PRESS SERVICE

En los últimos años, Rusia ha desarrollado armamento nuclear nuevo. Por ejemplo, el hipersónico, con "alcance prácticamente ilimitado" y capaz de sobrepasar, según Moscú, el escudo antimisiles de EE UU. Es el sistema estratégico Avangard, apodado "el arma del futuro" por el propio Kremlin.

La invasión rusa de Ucrania, y la posterior reacción en cadena de sanciones de Occidente, supone una amenaza clara también para el futuro del desarme nuclear. En 2026 termina el plazo acordado en el tratado New START de reducción de armas nucleares. Lo firmaron y sellaron con un apretón de manos Joe Biden y Vladimir Putin en febrero de 2021. Si expira, no habrá ningún límite al desarrollo de este tipo de armas.