GUERRA EN UCRANIA

Crece la tensión en la frontera polaca: el ejército intensifica su presencia y limita los convoyes de ayuda humanitaria

La presión militar se ha intensificado en las últimas horas en las zonas fronterizas. Cada vez son más los vehículos del ejército de Polonia que acceden a territorio ucraniano

Un militar en un puesto en Dorohusk.

Un militar en un puesto en Dorohusk. / D.L.F

David López Frías

David López Frías

Es sábado por la tarde y una larga cola de vehículos permanece parada a las puertas de Medyka, uno de los puestos fronterizos más al sur entre Polonia y Ucrania. El GPS advierte de que, para recorrer 2 kilómetros, se van a emplear como mínimo 17 minutos. La mayor parte son coches y furgonetas de polacos que vienen a recoger a refugiados ucranianos.

De repente, una sirena manda a los coches echarse a un lado para que pase un convoy militar escoltado por la policía. Son uno, dos, tres… y así hasta una veintena de camiones del ejército polaco. Se adentran a toda velocidad en territorio ucraniano. Una escena que contrasta con las de los días anteriores, cuando lo que accedía era esencialmente ayuda humanitaria.

Convoy militar entrando en Medyka.

Convoy militar entrando en Medyka. /

A 30 minutos de allí, en dirección norte, se halla el paso de Korzczowa. Hacia ese punto, a través de carreteras secundarias, se dirige otro camión militar. En esta ocasión viaja solo y sin escolta, pero porta como carga visible en su caja un tanque.

Una escena similar a la de Medyka se aprecia el domingo por la mañana en los aledaños de Dorohusk, el paso fronterizo norte más concurrido por los refugiados. Otro convoy militar polaco, escoltado al principio y al final por dos coches de la policía, se adentra en territorio ucraniano. En este caso es una decena de camiones militares que atraviesan la frontera sin detenerse en el paso, ante la atónita mirada de los refugiados que acaban de llegar a suelo polaco.

Hrebenne, Dorohusk, Dołhobyczów, Zosin, Korzczowa y Medyka. Son los nombres de los principales pasos de la frontera de 526 km de longitud que separa a Polonia de Ucrania. Y en todos ellos se observan dos tendencias inéditas en las últimas horas. La primera, el incremento de efectivos militares del ejército polaco. La segunda, las dificultades que están encontrando las entidades humanitarias para entrar y hacer llegar su ayuda.

La presión militar se ha intensificado en las últimas horas en las zonas fronterizas. Cada vez son más los vehículos del ejército de Polonia que acceden a territorio ucraniano. Ni los propios voluntarios polacos saben explicar el motivo por el que cada vez más camiones de las fuerzas armadas de su país cruzan al país vecino.

El paso de los militares es jaleado tímidamente por los exiliados ucranianos recién llegados. Confían en que se trate de ayuda militar, mientras muestran vídeos en sus teléfonos móviles en los que se observan pueblos ucranianos totalmente devastados por los ataques de las fuerzas rusas. Casas incendiadas, edificios destruidos y carreteras llenas de cascotes por las exlosiones. “Espero que sí, que sea por fin la ayuda militar”, desea Lena, una ucraniana de 26 años que acaba de llegar a Polonia con su cuñada y su sobrino.

Prohibido pasar


Si por un lado aumenta la presencia militar, por el otro se empieza a limitar el paso de las ONG que ofrecen ayuda humanitaria al otro lado de la frontera. Porque, aunque ya han abandonado el país un millón y medio de ucranianos según Naciones Unidas, las colas para salir de Ucrania siguen siendo kilométricas. En los últimos días parecía haberse reducido el tiempo de espera, pero los refugiados que llegan aseguran que vuelven a hacerse interminables.

Una de las entidades que cuenta con más personal en la frontera de Dorohusk es Cáritas. Álex, un argentino de 42 años residente en Gdansk (Polonia), acostumbraba a cruzar todos los días al otro lado. Allí repartía víveres entre la gente que espera y trataba de identificar casos críticos. Personas enfermas o necesitadas de ayuda urgente.

Cáritas en la frontera de Dorohusk.

Cáritas en la frontera de Dorohusk. / D.L.F.

“No he tenido problema ninguno de los días anteriores. Ya me conocían en la aduana, porque soy el único argentino que hay aquí ayudando y llevo el uniforme de Cáritas. Pero esta mañana (domingo 6) he intentado cruzar como cada día y no me lo han permitido. Me han dicho que se esperaba un ataque desde Bielorrusia y que estaban limitando el paso de personal civil”, le cuenta a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA.

“Se está complicando la situación. No sólo me lo han prohibido a mí. Hay muchos ucranianos que tratan de pasar a diario con mercancía para sus compatriotas que intentan salir. Nunca han tenido problemas, porque van en furgonetas identificadas como ayuda humanitaria. Pero esta mañana tampoco les han dejado pasar. Están limitando el tránsito de toda la población civil. Todo el mundo se espera algo malo”, concluye.

EEUU entra en acción


Crece la tensión en la frontera y también en la esfera política. Porque si es un hecho que los polacos están incrementando el envío de fuerzas de su ejército por tierra, en breve podrían empezar a suministrar apoyo militar aéreo a los ucranianos. Y en esta misión entraría, por primera vez, el ejército de Estados Unidos.

Mientras crece la tensión en la frontera, el secretario de Estado norteamericano, Anthony Blinken, ha indicado a la prensa durante una visita a Moldova que está “analizando activamente” la cuestión de que Polonia pueda proporcionar aviones a Ucrania y de cómo podría Estados Unidos completar el envío si finalmente Polonia decide enviarlos.

Blinken no ha dado pistas acerca de cuándo podrían entrar en liza estas fuerzas aéreas, pero la llegada podría ser inminente: “No puedo hablar sobre la línea de tiempo, pero puedo decirles que lo estamos analizando muy, muy activamente”, concluyó.