GUERRA RUSIA-UCRANIA

Cómo explicar a los niños la guerra de Ucrania

Los especialistas recomiendan hablar sobre el conflicto solo si ellos preguntan y siempre utilizando un lenguaje adaptado y reforzando los mensajes positivos

Una niña señala Ucrania en un globo terráqueo FOTO JOSÉ LUIS ROCA

Una niña señala Ucrania en un globo terráqueo FOTO JOSÉ LUIS ROCA / José Luis Roca

Olga Pereda

En 1992, cuando tenía 16 años, Robert Basic huyó de Sarajevo junto a sus padres. Escaparon de una guerra “miserable, tribal y prehistórica”. Sin saber ni una sola palabra de castellano, terminaron encontrando un nuevo hogar en Euskadi. Robert, que estudió en la universidad y trabaja como periodista en Bilbao, esquiva ahora como puede las durísimas imágenes de Ucrania. Él fue uno de esos niños. Y sus padres, unos de esos padres. La semana pasada, escuchando a Pedro Sánchez hablar del conflicto armado con Rusia, la hija de Robert, de 9 años, se puso a llorar. ¿Tienen los niños y las niñas saber qué es una guerra? ¿Deben sus padres explicárselo? ¿Es mejor disfrazar la verdad y emular al protagonista de 'La vida es bella' para convertir el horror en un cuento?

Robert lo tiene claro. En su caso, es mejor evitar la cruda realidad. “Mi hija es muy empática y sufre por los demás. Es una persona muy entregada, precavida y prudente. Si le explico lo que está pasando de verdad, lo procesaría mal y tendría mucho miedo. Le afectaría una barbaridad”, comenta. Después del llanto tras escuchar a Sánchez, Robert se sentó a hablar con ella. Fue una conversación corta en la que intentó tranquilizarla. Le aseguró que el conflicto armado estaba “muy lejos de España” y se iba a acabar pronto. “La veo vulnerable, por eso tengo que coquetear con la mentira. Quiero que esté tranquila”, concluye. "Si ella me pregunta más, le contaré lo que está pasando en Europa con palabras que pueda entender. Le diré que es complicado hasta para los mayores".

Cuando tenía 6 años, la hija de Robert le preguntó qué era una guerra. “Le expliqué que hay gente que no se pone de acuerdo y usan las armas. Creo que es imposible que a esa edad, al menos mi hija, comprenda bien todo lo que implica un conflicto armado. En su día, cuando era más pequeña, lo único que le conté es que yo me fui de mi país por una guerra. Nada más. No quiero que ella cargue con mi pasado”, cuenta Robert, que cuando regresa a Sarajevo de vacaciones le muestra dónde estaba su colegio, su instituto y la casa de su abuela, pero sin hacer mención a la masacre que sufrió. 

Robert ha cumplido el primer mandamiento de todo padre: conocer a su hijo antes de contarle o esconderle información. La psicóloga infantil y juvenil Agnès Brossa explica que la pregunta “¿deben los padres contar a sus hijos la guerra de Ucrania?” es complicada y no tiene una respuesta única. “Depende de cada niño, de su edad y de su forma de ser”, asegura.

Jamás hay que engañar, pero Brossa apuesta por tener especial cuidado y precaución con los menores más sensibles. “A muchos les puede generar terror y ansiedad porque se empiezan a preguntar si los combates pueden llegar a España”, alerta.

"Hay que tener especial cuidado y precaución con los niños más sensibles. Les puede generar terror y ansiedad porque se empiezan a preguntar si los combates pueden llegar a España"

Agnès Brossa

— Psicóloga

En la era de la sobreinformación, la invasión de Ucrania se está viviendo en directo en los hogares de todo el planeta. Brossa recomienda a padres y madres evitar las durísimas e impactantes imágenes de los telediarios. “No hay necesidad de que las vean”, recomienda. Mejor opción es hablar con ellos utilizando un lenguaje adaptado a su edad sobre las ventajas del diálogo, la no violencia y la resolución pacífica de los conflictos. Eso, en el caso de que los hijos quieran saberlo. Si no, nada. “Los niños suelen preguntar lo que quieren saber y callar lo que no quieren saber”, explica. 

“El cerebro de los niños es primario. Necesitan sentirse protegidos, así que es recomendable usar mensajes positivos. Por ejemplo, contarles que hay unas personas que están intentando arreglar el conflicto”, añade.

Si ocultamos o falseamos la realidad ¿estamos criando niños de cristal? “Para nada”, responde tajante la especialista. Y concluye: “Ser de cristal no tiene nada que ver con la

"Sé que mis estudiantes me van a preguntar. Y yo no me voy a callar la realidad. Ellos necesitan respuestas"

Elvira Fernández

— Profesora de 6º de primaria

Consciente de que sus alumnos de 6º de primaria le van a preguntar esta semana por Rusia y Ucrania, Elvira Fernández, profesora en el colegio público Mestre Martínez Alonso (Mos, Pontevedra) acudió el lunes a la biblioteca de su pueblo, Porriño, para buscar libros con los que poder ilustrar qué es una guerra. “Esperaba encontrar unos cuantos, pero no he visto apenas”, comenta sorprendida. “Sé que mis estudiantes me van a preguntar. Y yo no me voy a callar la realidad. Ellos necesitan respuestas. Ya nos pasó hace años con los atentados de París. En clase me preguntaban inquietos si esa ciudad quedaba cerca de Galicia”, recuerda.

Cuando le saquen el tema en clase, la maestra usará un lenguaje adaptado a la edad de sus estudiantes para debatir sobre “la paz, la no violencia y el negocio que implican siempre las guerras”. Llevará un cuento que tiene en su casa (y que ya está descatalogado), 'Negros y blancos', en el que el autor, David Mckee, habla de cómo un grupo de elefantes negros se lleva a matar con los elefantes blancos mientras que los pacifistas son los grises, una bonita manera de explicar los conflictos a los más pequeños. El mismo objetivo tienen otros libros infantiles, que Fernández no encontró en la biblioteca, pero sí en el blog sobre maternidad Gololo & Toin: 'El enemigo', 'El deshielo', 'El principio' y 'El viaje'.

“Los profesores no tenemos que adoctrinar, eso está claro. Pero los niños son la semilla del cambio. Cualquier tema es susceptible de tratarse en el aula con un lenguaje adaptado. El conocimiento sirve para toda la vida”, resume la maestra gallega.