VATICANO

El Papa Francisco reaviva la guerra de la Iglesia contra la eutanasia

Francisco vuelve a pronunciarse contra las ayudas a morir, mientras el Parlamento italiano reabre el debate para que haya una ley en el país

El Papa Francisco.

El Papa Francisco. / DPA

Irene Savio

La decisión del Parlamento italiano de retomar sus trabajos sobre su primera ley sobre sobre la eutanasia ha cruzado en las últimas horas las fronteras del país transalpino, reanimando el choque sobre el asunto con la Iglesia católica. La razón han sido las palabras, pronunciadas el miércoles, del papa Francisco, quien ha opinado que “el suicidio no es un derecho” y ha pedido no confundir la eutanasia o el suicidio asistido (en el que se pide la intervención del paciente) con los cuidados paliativos en casos de personas sin perspectiva de cura.

 “Debemos estar atentos a no confundir esta ayuda con derivas inaceptables que llevan a matar. Debemos acompañar a la muerte, pero no provocar la muerte o ayudar cualquier forma de suicidio”, ha dicho Francisco. “La muerte no es un derecho, no podemos programarla, tampoco evitarla, por lo que el ensañamiento terapéutico, en vez de aliviarlo, es inmoral”, ha continuado el Papa argentino. 

La propia pandemia, según Francisco, ha puesto en evidencia este error de “la cultura actual” que “ha tratado “ha tratado de eliminar la realidad de la muerte del horizonte humano”. Aun así, ha matizado, “toda persona tiene derecho a la vida, a los cuidados médicos y a los cuidados paliativos, especialmente los ancianos, para afrontar la muerte de la manera más humana”. 

Casi al mismo tiempo, el cardenal Battista Re, decano del colegio de cardenales, fue incluso más allá. “La eutanasia es un acto profundamente injusto e inaceptable”, llegó a de decir, durante un acto en el que participaron juristas, médicos y religiosos católicos contrarios a la interrupción deliberada de la vida de personas sin esperanzas de curarse.

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Derecho a no sufrir

Una dialéctica dura que, en la inmediatez, ha provocado críticas de los que consideran que Italia, un país que carece de una ley sobre la eutanasia, debe afrontar el argumento. “Sobre la eutanasia, el Papa hace su trabajo pero se niega a mirar la realidad del sufrimiento”, ha opinado el filósofo Massimo Adinolfi. Francisco “aquellos que piden de no sufrir no están invocando un derecho a morir”, ha añadido el historiador Gilberto Corbellini. 

 El choque ha sido frontal, en este sentido, también porque ocurre en momentos en los que en Italia se impulsa un referendo para aprobar la eutanasia, y después de que, en noviembre pasado el comité ético italiano diera luz verde al suicidio médicamente asistido de un tetrapléjico de 43 años. Una decisión que se basó también en que el Tribunal Constitucional italiano dictaminó en 2019 que, pese a la ausencia de una ley, es posible recurrir a esta ayuda a morir.

El asunto, sin embargo, no atañe solo a Italia. En marzo, España se sumó a Holanda, Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo como uno de los primeros países en el mundo que han regulado la eutanasia. Mientras que otros países europeos, como Alemania, Austria, Suiza, Finlandia y Noruega, ya permiten la ‘eutanasia pasiva’ en la que los pacientes, bajo ciertas circunstancias, pueden optar por no recibir tratamientos, como nutrición o hidratación, que prolonguen sus vidas.