REINO UNIDO

Boris Johnson, la carrera de escándalos de quien se cree por encima de todas las reglas

La trayectoria política del primer ministro británico está plagada de dudosos manejos económicos y mentiras populistas descaradas

Boris Johnson.

Boris Johnson. / EFE/EPA/UK PARLIAMENT/JESSICA TAYLOR HANDOUT

Begoña Arce

El jueves, el informativo de la siete de la tarde en la cadena de televisión Channel 4 comenzó con la música inconfundible de 'El Padrino'. Fue la sintonía de fondo a la noticia del día: una acusación de intimidación y chantaje de la gente de Downing Street a los diputados rebeldes conservadores que amenazan con deponer al primer ministro. Tácticas 'mafiosas' de las que 'Boris Corleone' dice no tener noticia, ni pruebas.

Los escándalos no son nada nuevo en el historial de Boris Johnson. A lo largo de treinta años de carrera pública los ha tenido de todos los colores. Íntimos de salto de cama, de dudosos manejos económicos o mentiras populistas descaradas. La suya es una falta de honestidad constante que culmina ahora en las fiestas de la pandemia. "Nos prometieron un nuevo Churchill. Lo que hemos tenido es un Benny Hill de segunda categoría", se quejaba un lector del 'Times'.

Mujeres y Brexit

Las mujeres siempre han perdonado las infidelidades de Johnson. Las aventuras de quien durante años se negó a declarar públicamente el número de hijos del que era padre, formaban parte de su particular leyenda. En uno de esos envites sexuales hubo dinero público de por medio. Su amante americana, Jennifer Arcuri, una asesora en tecnología, recibió una ayuda de 126.000 libras (150.000 euros), en contra del criterio de los asesores de Johnson. Tuvo además acceso a los viajes comerciales del alcalde, quien según Acuri, estaba "emperrado" con ella por aquel entonces. La Asamblea de Londres ha reabierto el caso.

Aquella fue la época del Johnson optimista, frescachón, que caía bien por saltarse los formalismos de otros políticos. Sin ideología fija, a la búsqueda de su propio interés, el Brexit fue el gran trampolín que buscaba. Utilizó eslóganes ahondando en el miedo a la inmigración, la nostalgia, la fobia contra Europa. Turquía, dijo, estaba a punto de entrar en la Unión Europeaun millón y medio de turcos emigrarían al Reino Unido. 350 millones de libras esterlinas semanales que iban a Bruselas se destinarían a la sanidad pública (NHS). Los engaños funcionaron y nunca ha tenido que rendir cuentas.

Contratos sospechosos, vacaciones gratuitas

En su ejercicio como primer ministro, la displicencia ha continuado siendo la norma. "Una falta de integridad en todo, desde el protocolo para Irlanda del Norte, sus intentos de suspender el Parlamento o ignorar las conclusiones del Comité de Standards contra Owen Paterson", comenta Camilla Cavendich, que fuera jefa de la Unidad Política en Downing Street con David Cameron. 

Johnson trató de cambiar las reglas y anular la sanción contra Paterson condenado por tráfico de influencias y haber cobrado 120.000 euros de dos laboratorios. La maniobra provocó tal rechazo que Paterson hubo de dimitir y Johnson dar marcha atrás. Igual de turbios fueron los contratos de equipos de protección durante la pandemia, sospechosos de ir a empresas con nula experiencia. Alex Bourne, propietario del pub frecuentado por el exministro de Sanidad, Matt Hancock, logró uno de 47 millones de euros.

Las finanzas domésticas de Johnson tampoco se salvan de irregularidades y trampeo con vacaciones gratuitas en la exclusiva isla de Mosquito y en una fabulosa villa en Marbella. Del pago por la renovación de su residencia en Downing Street, a cargo de un mecenas del partido, dijo no saber nada hasta que se descubrió el correo en el que le pedía dinero.

El país no le perdona

Desde hace un par de meses los escándalos han entrado sin embargo en otra dimensión con las fiestas ilegales. Empleados, miembros del Gobierno, la policía se han visto implicados. “Le echa la culpa a todo el mundo”, ha declarado un alto funcionario al 'Sunday Times'. "Mancha a la gente y las instituciones que entran en su órbita", escribe Cavendish en el 'Financial Times'. 

Sonia Purnell, autora de una biografía sobre Johnson ('Just Boris: A Tale of Blond Ambition') cree que esa vez el país no le perdona. "Ha menospreciado nuestro sacrificio y nuestro dolor". La gente ha descubierto "a un hombre falto de empatía y un líder que cree estar exento de responsabilidad".