ALBANIA, SERBIA Y MACEDONIA

Los países de los Balcanes promueven un 'mini-Schengen' ante el lento proceso de integración europea

Los tres países firman nuevos acuerdos para allanar la creación de una zona de libre circulación ante la ausencia de progresos sólidos para su ingreso en la UE

El presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, durante una rueda de prensa en Belgrado el pasado mes de mayo.

El presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, durante una rueda de prensa en Belgrado el pasado mes de mayo.

Irene Savio

Albania, Serbia y Macedonia del Norte siguen pateando el tablero y, ante la ausencia de progresos sólidos para su ingreso en la Unión Europea (UE), avanzan, cada vez con mayor ímpetu, hacia la creación de una 'mini-Schengen' balcánica. El último paso ha sido en estos días la firma de seis nuevos acuerdos que pretenden allanar el camino hacia la creación de esta zona de libre circulación de bienes, capitales y personas en 2023, según el plan ya anunciado en el verano pasado.

Los pactos firmados, de hecho, ratifican medidas como la puesta en marcha de un sistema integrado de identificaciones electrónicas para los 10 millones de ciudadanos que deberán integrar el club, y el levantamiento de controles sanitarios dobles para productos agrícolas (medida que se prevé entre en vigor este mes) que cruzan los confines de los tres países. Dicho en palabras del primer ministro albanés, Edi Rama: "Nuestro objetivo es que no haya más fronteras entre nuestra gente".

El reclamo de los actuales miembros del club, que tienen el sostén político de Alemania, es que la negociación con la UE no avanza al ritmo esperado y ya no pueden esperar más. En este marco, Serbia, aunque en similar medida Albania, ha llevado la voz cantante en la iniciativa. Este plan es una de las "mayores ideas en la Europa de hoy", ha dicho el presidente serbio, Aleksandar Vucic. Con ello, también se ha fijado la fecha para el próximo encuentro del grupo, que será en febrero en Skopje, la capital normacedonia.

La fractura regional

"Nunca habíamos llegado tan lejos, y también estamos recibiendo señales positivas que incrementan la posibilidad que el próximo país en unirse sea Montenegro", cuentan a El Periódico fuentes gubernamentales albanesas. "Recientemente el primer ministro montenegrino participó en una cena con los otros líderes en la que se abordó el tema", añaden, al hacer hincapié en que la no posibilidad de aplicar vetos a las decisiones del grupo por parte de los países integrantes está ayudando a avanzar en la negociación.

De hecho, un gran escollo sigue siendo la negativa de los otros países balcánicos que están a la espera de entrar en la UE, como Kosovo o Bosnia, que se han mostrado escépticos y han optado por no formar parte -al menos de momento- de Open Balkan (Balcanes Abiertos), el nombre que la iniciativa ha recibido recientemente. A ello se suma la incógnita de qué pasará ahora que Macedonia del Norte acaba de vivir una crisis política que en diciembre culminó en la renuncia del anterior primer ministro, Zoran Zaev, y en el nombramiento de un nuevo Gobierno.

De ahí que el propio Rama haya reiteradamente insistido en su invitación para que el resto de países balcánicos también se sumen. Es un proyecto "totalmente inclusivo", dijo el albanés, al subrayar que el pacto hará que los estados involucrados no tengan frontera. Vucic, por su parte, negó que Belgrado vaya a obstaculizar la posible entrada en el club de Kosovo, el país que hasta 2008 era parte de Serbia y con el cual aún mantiene un contencioso abierto sobre el estatus de Pristina.

UE ambigua

Por su parte, la UE parece de momento mantener una posición ambigua. No se ha opuesto a la iniciativa, e incluso le ha asignado fondos, pero también ha advertido de que una zona sin controles aduaneros podría facilitar los tráficos ilegales, y se ha mostrado escéptica por la ruptura regional que implica que tres países hayan decidido no integrar el club. Tampoco hay consenso entre los analistas sobre si la iniciativa ayudará, o no, a estos países a entrar en la UE en el futuro.

En lo más inmediato, eso sí, los tres países podrían verse directamente beneficiados por su proyecto. Para empezar, según estimaciones del Banco Mundial, se ahorrarían unos 2.700 millones de euros al año. Aún así, otros analistas insisten en que maniobra de Vucic y Rama es para demostrar su influencia en la región, en un momento en el que la UE parece impotente, como ha llegado a decir Toby Vogel, del centro de estudios Democratization Policy Council.