CONFLICTO TERRITORIAL

Nueva Caledonia celebra un tercer referéndum para separarse de Francia sin los independentistas

Los habitantes del territorio del Pacífico votarán este domingo sobre su soberanía por tercera vez desde 2018

Vista aérea de Nueva Caledonia.

Vista aérea de Nueva Caledonia. / Reuters

Enric Bonet

Debía representar la culminación de un singular proceso de descolonizaciónNueva Caledonia celebrará este domingo su tercer referéndum de independencia desde 2018. Los habitantes de este archipiélago francés del Pacífico responderán de nuevo a la pregunta: ¿Quiere usted que Nueva Caledonia acceda a la plena soberanía y sea independiente?

La legitimidad de la votación está, sin embargo, más que cuestionada. Los partidos independentistas canacos han pedido a sus simpatizantes que dejen las urnas desiertas, tras la negativa de París de aplazar la consulta por la incidencia del covid-19.

Con el 56% y el 53% respectivamente, el 'no' a la independencia se impuso en los dos anteriores referéndums de 2018 y octubre del año pasado. Los independentistas, mayoritarios entre el pueblo autóctono de los canacos, confiaban en reducir aún más la distancia en la tercera votación.

Esta supone el punto final al proceso de descolonización impulsado con los acuerdos de Matignon (1988) y Numea (1998). Una longeva iniciativa para devolver la soberanía a este territorio, situado a unos 1.500 kilómetros al este de Australia y colonizado con brutalidad por los franceses desde 1853.

Al contrario de lo esperado por las autoridades francesas y neocaledonias, este proceso no se terminará por la puerta grande. Más bien todo lo contrario. Amenaza con dejar a los habitantes del archipiélago en un limbo de resentimiento. No hay ninguna duda de que el 'no' se impondrá de manera imponente, pero no reflejará el equilibrio real de fuerzas.

Salvo una sorpresa mayúscula, la participación resultará muy inferior a la del 85% del 2020. Está previsto que los canacos —representan el 40% de la población, mientras que los europeos cerca del 30% y el resto son oriundos de otros países de Asia y Oceanía— se abstengan de manera masiva.

Alterado por el covid-19

¿Cómo se torcieron las cosas en Nueva Caledonia, cuyos referéndums son seguidos con interés por los independentistas catalanes? El contexto político local ya era tenso durante la segunda votación, con un giro cada vez más hacia la derecha de los partidarios de seguir formando parte de Francia. Las divisiones imperan entre los independentistas canacos.

Pese a lograr la mayoría política en el parlamento regional, por primera vez en décadas, estuvieron varios meses sin ponerse de acuerdo y eso abocó el archipiélago a la parálisis institucional. Tampoco ayudaron las prisas de Emmanuel Macron para que la consulta se celebrara antes de la campaña de las presidenciales de 2022. Y en septiembre llegó una agresiva ola del covid-19.

Tras haberse librado de la pandemia en 2020 —uno de los lugares menos afectados en el mundo—, 279 personas murieron a causa del virus en los últimos meses en este territorio, con unos 270.000 habitantes. Por este motivo, y ante las dificultades para hacer campaña entre sus comunidades y tribus, los cancos pidieron aplazar la votación. El Consejo de Estado rechazó finalmente esta petición, que tampoco satisfacía al ejecutivo macronista. De hecho, la situación sanitaria mejoró de manera considerable en las últimas semanas y los contagios se sitúan por debajo del umbral de alerta, de 50 por 100.00 habitantes.

Riesgo de una "grave crisis política y social"

Los independentistas, tras esta decisión, acusaron a las autoridades francesas de "menospreciar la palabra de los representantes políticos y las costumbres del pueblo canaco". También le reprocharon "haber aplastado los sentimientos, la sensibilidad y la dignidad humana de todo un pueblo". Una delegación de los independentistas denunció esta situación el jueves ante el comité de descolonización de la ONU.

"Es evidente que este escrutinio no permitirá solucionar el contencioso colonial y provocará, al contrario, un grave crisis política y social", advierte el antropólogo Benoît Trépied, especialista sobre Nueva Caledonia, en un interesante artículo en la revista AOC.

"El día después, independientemente de cuál sea el resultado, seguiremos viviendo juntos", declaró Macron el jueves, ante las críticas de acentuar el malestar en el bando independentista. Tras la más que probable victoria del 'no' el domingo, las autoridades francesas y neocaledonias empezarán a negociar un nuevo estatuto de autonomía para el archipiélago. También debería aprobarse con un referéndum en 2023. Pero los independentistas ya han advertido de que no participarán en las negociaciones. El proceso de descolonización de Nueva Caledonia está descarrilando.