ITALIA

La ultraderecha hace naufragar la ley contra la homofobia de Italia

La Liga y Hermanos de Italia, con el apoyo de los partidos centristas, impiden el examen del proyecto legislativo en la Cámara alta

Una bandera a favor del colectivo LGTBI.

Una bandera a favor del colectivo LGTBI. / EP

Irene Savio

Casi al final del proceso legislativo para su aprobación, el Parlamento italiano ha enterrado este miércoles un rompedor proyecto de ley -criticado por el Vaticano e incluso por una parte del movimiento feminista italiano- que pretendía castigar la discriminación y la violencia hacia las personas LGBTI.

En concreto, lo que ha supuesto el golpe mortal contra la iniciativa ha sido el triunfo de una moción para impedir su examen en el Senado italiano, presentada por los partidos ultraderechistas de la Liga Hermanos de Italia, y que inesperadamente también fue avalada por miembros de los partidos centristas que integran la coalición gubernamental.

"Se ha traicionado un pacto político que le hubiera permitido al país de dar un paso hacia el civismo", ha denunciado Alessandro Zan, el promotor del texto y diputado del progresista Partido Democrático (PD). "Sí, hoy han ganado ellos y sus trapicheos, en el Senado. Pero el país va en otra dirección y pronto se verá", ha añadido el jefe del PD, Enrico Letta, sobre esta legislación, que iba a ser la primera en Italia sobre esta cuestión.

La decisión del Senado llega después de que la legislación recibiera, en noviembre del año pasado, el visto bueno de la Cámara de Diputados, con 265 votos a favor y 193 en contra. Un avance que, en junio, había hecho recrudecer las críticas contra la propuesta.

Tanto que las autoridades vaticanas incluso llegaron a pedir la modificación de la ley, al considerar que algunos pasajes violaban el acuerdo que reglamenta las relaciones entre Italia y el Vaticano (1929), entre ellos la libertad de pensamiento para los católicos y la posibilidad de que las escuelas católicas no fueran excluidas de celebrar la Jornada Nacional contra la homofobia.

Aunque esta no fue la única polémica. También una parte del feminismo tradicional italiano se manifestó para rechazar la supresión de la diferenciación basada en el sexo biológico y la propuesta de definición de identidad de género, al no reconocerse que las mujeres sufren formas de discriminación específicas (y que por tanto, tienen derecho a formas de protección específicas como las cuotas obligatorias de trabajo).

Algo que enfureció al feminismo católico italiano, pero también a una parte de las asociaciones lesbianas italianas. Según la propuesta de Zan, de hecho, identidad de género se interpretaba como "definición percibida y manifiesta de sí mismo en relación con el género, aunque no corresponda al sexo e independientemente de si se ha terminado la transición".

Aún así, la legislación también había suscitado abiertas muestras de apoyo, entre ellas una manifestación nacional que se llevó a cabo en junio. Mientras que, en el bando opuesto, el de la derecha y de la ultraderecha el argumento esgrimido era el habitual: que la legislación ponía en peligro la libertad de expresión y los valores tradicionales de la cultura italiana. De ahí también la reacción de Giorgia Meloni, la líder de Hermanos de Italia, tras conocerse la noticia: "Hemos ganado".