REINO UNIDO

Ser camionero en el Brexit

Roberto García Fraile, que lleva los hornos de Pereruela al Reino Unido, cree que los problemas de transporte británicos se deben a las trabas para la entrada de extranjeros

Roberto en Dover, punto de entrada al Reino Unido por ferry o el Eurotúnel desde Francia.

Roberto en Dover, punto de entrada al Reino Unido por ferry o el Eurotúnel desde Francia. / Cedida

Carlos Gil Andrés

Roberto García Fraile es un camionero zamorano buen conocedor de lo que ocurre con el transporte en Reino Unido, ya que acude regularmente a las islas para transportar los famosos hornos de barro de Pereruela, muy demandados en el país recién divorciado de Europa. “Los ingleses y los alemanes convenciendo a nuestros abuelos para que compraran hornos eléctricos, y ahora son ellos los que nos compran hornos de Pereruela”, comenta el zamorano.

En los últimos días la falta de camioneros ha saltado a los noticiarios de todo el mundo por los problemas de suministro que ha provocado en el Reino Unido, con largas colas en las gasolineras para abastecerse de combustible, peleas por hacerse con la manguera del surtidor o falta de suministros básicos en las tiendas.

La causa de la carencia de suministros en tiendas o gasolineras derivado a su vez de la falta de camioneros “es un problema que viene de la suma de todo un poco”. Por ejemplo, era habitual que las empresas mandaran la mercancía y dejaran a los camioneros trabajando en el país un mes o dos, antes de regresar. Durante un tiempo lo hicieron los españoles y ahora más bien empresas de Europa del Este. “Yo me acuerdo con el portacoches. Llevábamos un viaje de coches, estábamos allí un mes y medio moviéndoles vehículos entre campas y luego nos volvíamos para España. Yo creo que algo parecido estaban haciendo ahora con los países de Europa del Este. ¿Qué pasa? Que ahora no todo el mundo puede entrar allí como antes y hay muchas empresas que ese nicho de mercado que tenían lo ha deshecho”.

Cola de automóviles en una gasolinera del Reino Unido para llenar el depósito en época de escasez.

Cola de automóviles en una gasolinera del Reino Unido para llenar el depósito en época de escasez. / EFE

Además de esta carencia, “los ingleses no quieren hacer todos los trabajos que tienen. Como les puede pasar a los españoles. Cuando una sociedad evoluciona empieza a necesitar de la inmigración para cubrir sobre todo determinados puestos, no sólo de camioneros, sino de profesiones más sufridas o menos consideradas: chicos que estén por las noches en las gasolineras, gente que limpie... Son trabajos igual de dignos que cualquier otro, pero socialmente no están tan bien considerados. Y si cortas la entrada de inmigrantes, como han hecho, se han encontrado que hay gente que se ha podido quedar pero otros se han tenido que ir y hay profesiones con falta de personal”.

Además hay otra razón fundamental, la más decisiva desde el punto de vista del zamorano: “Nadie quiere pagar lo que un transportista necesita cobrar. Ese es el problema de fondo. Cuando dicen que no hay chóferes en Inglaterra o en España no es que no los haya, es que no quieren pagar lo que nos tienen que pagar. Quieren chóferes de mil euros, o de 1.500, y no se puede estar en un camión con esos dineros. Yo tengo tres personas trabajando para mí y ya le puedo asegurar que no cobran eso”.

Roberto García Fraile considera que también es cierto que el de chófer no es uno de los oficios más atractivos para la juventud: “Es cierto que la gente hoy en día no aspira a ser conductor de camiones. Para eso Francia es la leche, porque tienen unas escuelas de formación, con gente joven, muy profesional. Pero en España o en Inglaterra no”.

En España, de hecho, también faltan transportistas. “Digo lo mismo, tú paga a un camionero lo que le tienes que pagar y ya verás como lo encuentras tarde o temprano. Pero no se hace bien. Porque en lugar de formar a la gente, hacer el oficio atractivo y pagar sueldos dignos lo que siempre se ha hecho es” tirar de los precios para abajo. “Ahora lo que quieren hacer es traer a conductores de América del Sur y les quieren convalidar gratis los carnets, los cap (certificado profesional)...¿Por qué?, porque les van a pagar mil y pico euros y a los que tienen aquí no les quieren pagar más”.

El resultado de esta poca consideración con el trabajo de los camioneros es que “ha pasado a ser un oficio denostado, lleno de gente que no sabe, y luego pasan las cosas que pasan. Pero conductores hay”.

El mundo del transporte, reconoce, “es muy complicado. Cuando liberalizaron el tema de las tarjetas se le dio la oportunidad de coger un camión a cualquiera. Pero tener un camión es una empresa, tienes que saber llevar unas cuentas, unos números, una rentabilidad, y no trabajar bajo costes. Tiene que haber un mínimo conocimiento del tipo de negocio en el que estás. Y en el transporte había mucha gente que no estaba preparada para trabajar con un camión como un transportista autónomo. Llegaban a las fábricas, querían trabajar y bajaban el precio. Es falta de conocimiento del negocio en el que se metieron, estropearon mucho las cosas y luego no hay quien las enderece”.

Roberto García Fraile tampoco es partidario de un exceso de regulación. “Estamos en un mercado libre y para bien o para mal es donde hay que funcionar, dando el servicio. En nuestra empresa no somos los más baratos, pero somos los mejores”. Por ejemplo, con la incorporación de los link para que el cliente pueda hacer un seguimiento del transporte o con otro tipo de plataformas y empresas de transporte que están renovando el sector. “Yo vengo haciendo eso desde hace muchos años”, explica García Fraile, aunque todo este mundillo está en constante evolución y están apareciendo aplicaciones que mejoran lo que había antes. “Siempre hay que dar una vuelta y mejorar. Porque el transporte se paga, lo que pasa es que el dinero se queda en las manos de quien no se tiene que quedar”.

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