MINISTERIO DE IGUALDAD

Irene Montero: horizonte de amenazas y fortalezas tras su semana más crítica

La crisis por la ley del sí es sí ha sido profunda, pero la ministra de Igualdad ya mira en los retos políticos que tiene por delante: se centrará de forma inminente en el desarrollo que las comunidades autónomas deben hacer de sus leyes y en dilucidar su papel en el tablero electoral.

La ministra de Igualdad, Irene Montero, asiste al acto institucional organizado por el Ministerio de Igualdad con motivo del Día Internacional de la Mujer, este miércoles en Madrid.

La ministra de Igualdad, Irene Montero, asiste al acto institucional organizado por el Ministerio de Igualdad con motivo del Día Internacional de la Mujer, este miércoles en Madrid. / EFE/ Borja Sánchez-Trillo

Violeta Molina Gallardo

Violeta Molina Gallardo

El día en que Irene Montero recibió su cartera de ministra de Igualdad de manos de Carmen Calvo, el 13 de enero de 2020, la entonces vicepresidenta le dijo: "Sólo solidarias y unidas podremos seguir avanzando hacia la mejor democracia posible". Más de tres años de turbulento gobierno de coalición y cuatro convocatorias de 8M después, ni hay unión ni solidaridad, más bien horas bajas y desplantes, pero la dirigente de Unidas Podemos ya piensa en sus próximos retos.

Retos que tienen que ver con la reforma del Código Penal, sí, y también con el desarrollo e implementación de las leyes aprobadas (trans, aborto y garantía integral de la libertad sexual), pero por supuesto con las citas electorales y su papel en el espacio político a la izquierda del PSOE.

Fuentes de su entorno destacan de ella su tenacidad, su capacidad de trabajo y que nunca se rinde. En su equipo la ven como un junco: se dobla pero jamás se rompe. Sus oponentes la consideran obstinada e inflexible.

"No nos van a juzgar por lo que hagamos, nos van a juzgar por lo que somos, por poner la vida en el centro, así que nada nos limite", advirtió Montero al recoger la cartera de manos de Carmen Calvo. Visto con perspectiva, con aquel traspaso de poderes se podía barruntar que su mandato al frente de Igualdad iba a ser convulso, pero nadie imaginó que lo sería tanto.

Porque las principales polémicas y los mayores desencuentros del Gobierno de coalición se han generado en torno a cuestiones de igualdad: la ley trans (salida de Carmen Calvo del Ejecutivo incluida), el enfrentamiento por la legislación sobre proxenetismo (que parte de posturas distintas sobre la prostitución) y, sobre todo, las consecuencias de la ley del sólo sí es sí, con las inesperadas rebajas de penas de delincuentes sexuales, han hecho saltar los puentes con los socialistas.

El ruido y el hostigamiento han acompañado la gestión de la ministra de Igualdad, que ha denunciado la "violencia política" dentro del Parlamento y el acoso en los tribunales. En varias ocasiones ha hablado del coste personal que ello supone, pero en el ámbito político lidia bien con el choque y el conflicto: está en el ADN de Podemos y ella fue portavoz parlamentaria antes que ministra.

La ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra (i), y la ministra de Igualdad, Irene Montero (d), durante una sesión plenaria en el Congreso de los Diputados.

La ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra (i), y la ministra de Igualdad, Irene Montero (d), durante la sesión plenaria en el Congreso de los Diputados en que se sometió a votación la toma en consideración de la propuesta socialista para reformar los delitos sexuales en el Código Penal. / Europa Press

La foto que las retrata a ella y a la titular de Derechos Sociales, Ione Belarra, solas en la bancada azul del hemiciclo durante el debate sobre la toma en consideración de la propuesta socialista para cambiar el Código Penal -que el PSOE ganó gracias al apoyo del PP- evidencia la profundidad de la crisis desatada por las rebajas de penas.

Ha sido una semana de aislamiento. La imagen del presidente del Gobierno junto a sus ministras socialistas justo el 8 de marzo, Día de la mujer y la jornada posterior a la primera votación de la propuesta socialista, echaba sal a la herida. El fin de semana previo, Pedro Sánchez se desmarcaba con el anuncio de una ley de paridad que no contó con el asesoramiento de Igualdad.

Pero Irene Montero lo tiene claro: quiere más coalición, a pesar de que el PSOE esté decidido a modificar su ley estrella en un sentido que no comparte. A su juicio, la única forma de seguir consiguiendo avances feministas y blindando los derechos de las mujeres es permanecer en el Gobierno.

Si los socialistas hablan de romper techos de cristal, ella contraataca diciendo que su prioridad es un feminismo que atienda a las mujeres atrapadas en los suelos pegajosos, las más precarias. El PSOE no pacta con UP la reforma del sólo sí es sí y ella denuncia que quiere volver al "Código Penal de la Manada" y que "se da la mano con el Partido Popular".

Reconstruir la mayoría feminista

Fuentes de su departamento indican a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA que la ministra hará todo lo posible por "reconstruir la mayoría feminista" en el Congreso con el objetivo de llegar a una propuesta de acuerdo para la reforma del Código Penal. En este sentido cuenta con el apoyo explícito de ERC y Bildu, pero las posturas de PSOE y Unidas Podemos están en las antípodas y no tienen visos de cambiar.

En Igualdad consideran que la propuesta de la ministra de Justicia, Pilar Llop, que cuenta con el beneplácito de los populares, dinamita el espíritu de la norma con la introducción de la violencia y la intimidación y desplaza el consentimiento. De ahí no se van a mover, aunque están dispuestas a valorar otras modificaciones para agravar las penas.

Al margen de este asunto, que Unidas Podemos descarta que les perjudique de cara a su electorado, Montero va a centrarse lo que queda de legislatura en el desarrollo de las leyes aprobadas, para las que ya ha anticipado resistencias: implementación de la reforma de la ley del aborto, de la ley trans y de la ley orgánica de garantía integral de la libertad sexual.

"El objetivo es trabajar con las comunidades autónomas para su aplicación y también con los ministerios competentes para que pongan en marcha todas las medidas que les afectan", precisan las fuentes consultadas, que inciden en que la ministra ha completado su programa legislativo.

Al mismo tiempo, destacan que su trabajo "liderando una nueva generación de derechos" está recibiendo reconocimiento internacional. Durante la legislatura, Montero ha viajado a distintos países europeos y americanos para explicar sus políticas y esta misma semana pronunciaba un discurso ante la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de las Naciones Unidas.

A nivel nacional, sus iniciativas han sido vistas con recelo y criticadas tanto por la derecha como por un sector del feminismo radical que no comparte que la lucha feminista albergue otras causas (y que ha marchado escindido los dos últimos 8M para mostrar su descontento e incluso pedir su dimisión).

Tablero electoral

El feminismo en el que milita Montero tiene puntos en común con el que abrazan en el PSOE, como la lucha contra las violencias machistas, pero también evidentes diferencias, como son el acento en las políticas LGTBI y un abordaje diferente de la prostitución. Dos formas de entender un movimiento ciudadano poderoso que todos, de una forma u otra, quieren capitalizar en política.

Las elecciones autonómicas y municipales están a la vuelta de la esquina, para las nacionales queda un suspiro y el CIS ha preguntado por el feminismo.

Según los resultados de su barómetro de febrero, la ciudadanía cree que Unidas Podemos es el partido que más está haciendo para apoyar la igualdad de derechos y oportunidades de las mujeres. El 32 % sitúa a la formación morada como la que más hace, mientras que el 18 % señala al PSOE.

El feminismo será, sin duda, parte del terreno de juego electoral.

La titular de Igualdad se volcará en la campaña de las elecciones de mayor, aseguran las fuentes consultadas, y sigue esperando que Yolanda Díaz dé el paso con Sumar. Montero ha señalado en varias ocasiones que quiere que Unidas Podemos entre en esa coalición a la izquierda del PSOE, pero faltan muchas cartas sobre la mesa sobre el cómo y el cuándo.

De los movimientos de la vicepresidenta segunda dependerá el posicionamiento de Montero. Quizá su horizonte de amenazas y oportunidades la sitúe, finalmente, como candidata morada a la Moncloa. Ya lo dijo en su toma de posesión como ministra de Igualdad: "Que nada nos limite".