TECNOLOGÍA

La 'chica digital' que encandiló a Google y Amazon cuando era una niña: "Di charlas a adultos desde los 15 años"

Alai Miranda Blanco dirigió clases de Tecnología con alumnos más mayores que ella desde que tenía 15 años

La joven, de 19 años, atrajo la mirada de varios gigantes tecnológicos antes de empezar la universidad

Alai Miranda Blanco.

Alai Miranda Blanco. / CEDIDA

Ana Ayuso

Ana Ayuso

Alai Miranda Blanco es un portento de la tecnología y aún no ha cumplido ni siquiera los 20 años. No ha sido de las que se quedaban en casa y se considera "una chica normal", pero su vida ha estado marcada por romper estereotipos de género y de edad. Es una mujer que se introdujo en el mundo de la informática, históricamente ocupado por hombres, cuando sólo era una niña. Le venía de herencia, su padre se dedicaba a ello. Asistió a su primer taller sobre tecnología textil con 11 años y se dio cuenta de que esta ciencia iba más allá de lo que le había visto hacer a su padre, estar trabajando en el ordenador. Podía combinar una de sus aficiones, la costura, que le enseñó su abuela, con el diseño de prendas con luces LED e hilo de plata.

"De más mayor entendí que la razón por la que yo me fijé en la tecnología y por la que he decidido en el futuro seguir investigando fue que el primer contacto que tuve con ella fue divertido", sostiene en una entrevista con EL PERIÓDICO DE ESPAÑA entre clase y clase. Si, en cambio, hubiese entrado en un curso en el que el profesor le hubiese pedido hacer una función que calculase el factorial de un número a través del lenguaje de programación python, quizá ahora no sería la joven promesa en la que se ha convertido. "Eso, para una niña de 11 años, no es entretenido", afirma. En ese taller, vio que la tecnología "se podía aplicar a algo que ya me gustaba y lo mejoraba".

Le picó el gusanillo y ahora su perfil de LinkedIn, con más de 40 formaciones, parece el de un profesional con décadas de experiencia. "Mis padres se dieron cuenta de que me gustaba mucho la tecnología y de que tenía potencial, a lo mejor no para trabajar en la NASA, pero me ayudaron a buscar talleres", expresa. En muchas clases, estuvo rodeada sólo de niños, pero recalca que, gracias a que varias empresas se han interesado en fomentar la presencia de la mujer en la tecnología, ha podido participar en cursos dedicados sólo a chicas. Opina que su sector necesita "puntos de vista diferentes" y rechaza a quienes consideran que esta ciencia sólo la pueden desarrollar hombres: "Que se actualicen las personas que piensan que las mujeres no podemos estar en este campo. Vivimos en el siglo XXI".

Que se actualicen las personas que piensan que las mujeres no podemos estar en este campo. Vivimos en el siglo XXI"

— Alai Miranda Blanco

Con 15 años, empezó a dar clases en el instituto tecnológico IMMUNE para enseñar a otros niños y adolescentes de entre 10 y 18 años a programar con el lenguaje python, a utilizar turtle para hacer diseños gráficos y dar lecciones de electrónica. Al principio, como era "muy pequeña", dice, se encargaba de asistir a los alumnos ante cualquier problema que se les plantease, pero poco después fue ella quien se puso al frente de las aulas para ofrecer conocimientos básicos e intermedios de tecnología a sus alumnos.

El sector tecnológico se fijó en ella después de que presentase su primer proyecto: Alibubu, un peluche en el que insertó una tarjeta de memoria que guardaría datos esenciales para identificar a los niños refugiados en la huida de sus países. "La idea en 2016 es que esos niños, que viajaban solos sin padres en ese momento y sin poder comunicarse mientras viajaban, pudiesen decir quiénes eran y se pudieran sentir acompañados por ese peluche cuando no tenían a su familia cerca", explica esta joven de origen vasco y nacida en Venezuela. Tan sólo tenía 12 años cuando puso en marcha ese plan que acabó presentando en una charla TEDx Kids en Cibeles (Madrid).

Desde entonces, empresas como Google, Amazon o IBM la han llamado para intervenir en sus actos ante otros niños, pero también ante sus padres. "Con Google, asistí a un evento y di una charla para adultos, en la que explicaba cómo usaba la tecnología y por qué creía que era tan importante", recuerda Alai, que actualmente estudia el primer curso de Ingeniería de computadores en la Universidad Complutense de Madrid. Amazon la invitó a una de sus AWS Summit Madrid, en Ifema, para que explicase cuál había sido su experiencia con la tecnología.

"Si son niños los que me escuchan, a lo mejor se plantean investigar más y descubrir más cosas sobre la tecnología. Si son adultos, quizá creen que a sus hijos les puede interesar y los llevan a talleres, o a lo mejor ellos mismos se dan cuenta de que la tecnología no es sólo la manera de verlo como usuario", señala Alai Blanco. Disfruta conociendo a jóvenes y adultos que saben que la tecnología se puede ver de otras maneras más allá de como la usamos. "No es sólo el móvil en el que puedes ver YouTube o TikTok, sino un montón de cosas más, en las que puede contribuir a hacer nuestra vida más cómoda", apunta.

La chica digital del año

Toda su experiencia laboral hasta el momento ha estado centrada en el mundo académico, todavía no ha tenido la oportunidad de enfrentarse al mundo laboral en una empresa tecnológica, pero tiene claro el camino que quiere seguir. "No he buscado prácticas como desarrolladora o como diseñadora de hardware, todavía no estoy ahí, pero, en mi camino como profesora, me he dado cuenta de que me gusta mucho comunicar y hablar de tecnología, y es algo que me gustaría hacer en mi carrera profesional cuando empiece a trabajar en una compañía".

Con apenas 19 años, acumula importantes galardones en su estantería. En 2019, la Comisión Europea le entregó el más importante, el Digital Girl of the Year en la categoría de 15 a 17 años y fue nominada dos años consecutivos al Women Now Award. El foro Talent Woman le otorgó en ese mismo año el Premio Margarita Salas y la Fundación InspirinGirls, el premio Vocación Científica Inspiradora.

El Premio MAS Especial Desafío Digital, que distingue la trayectoria y la proyección de futuro de las mujeres, le llegó en 2022 y, recientemente, ha entrado en la lista de las 23 jóvenes españolas que apuntan a liderar la revolución tecnológica en España. Alai Blanco no tiene techo.