LEY TRANS

Ley trans, fin de un viaje agridulce para el colectivo: "Ha sido mucha la violencia. Nada repara tanto sufrimiento"

La presidenta de la Felgtbi+, Uge Sangil, denuncia el impacto de la transfobia en la salud mental

La presidenta de la FELGTBI+, Uge Sangil.

La presidenta de la FELGTBI+, Uge Sangil. / EFE/ Juan Carlos Hidalgo

Violeta Molina Gallardo

Violeta Molina Gallardo

Este jueves es un día histórico para el colectivo trans: el Congreso de los Diputados aprueba definitivamente su ley. Jornada de "alegría" y de "alivio" por llegar con éxito al final de una tramitación tormentosa. Momento también para parar en el camino y sanar las heridas de las personas trans: "Ha sido mucha la violencia. No hay nada que repare tanto sufrimiento", subraya la presidenta de la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales, Intersexuales y más (Felgtbi+), Uge Sangil.

Superados los obstáculos y con la ley trans a las puertas del Boletín Oficial del Estado, Sangil reconoce en una entrevista con EL PERIÓDICO DE ESPAÑA que temió en más de una ocasión que la norma decayera por las hostilidades y encontronazos políticos. Y lamenta las consecuencias que ello ha tenido en la vida y la salud mental de las personas trans.

"Ha sido mucha la violencia. El colectivo ha sufrido mucho, hasta el punto de sentirse vapuleado, violentado; hasta el punto de llegar a preguntarse 'por qué sigo aquí'. Una parte del colectivo, sobre todo los menores, han vivido con angustia esta violencia que ha habido con la ley, con procesos complejos que han activado emergencias de salud mental", subraya.

La responsable de la Felgtbi+, persona transgénero, denuncia la transfobia que ha acompañado al debate político, los discursos de odio y el cuestionamiento de las identidades trans: "Han sido dos años en los que la frustración y la decepción han sido dos elementos constantes. Ha habido momentos en los que el discurso de odio ha sido total", lamenta.

Y eso se ha traducido, detalla, en sufrimiento. "En estos años, los pensamientos autolíticos han estado presentes en los menores". "A las personas trans no nos merece la pena tanto sufrimiento", declara.

"Ideologías contrarias a los derechos humanos"

No esperaba Sangil una reacción tan fuerte contra la ley, "reacción puramente ideológica" que atribuye a la falta de sensibilidad y empatía con los derechos humanos de los otros: "Cuando hablamos de derechos humanos, no caben en absoluto la discrepancia y la falta de respeto. Es como si estuviéramos hablando de una ley contra el racismo y hubiera quien se opone".

"Creo que quien ha complicado la tramitación de la ley no ha sido la ciudadanía, la ciudadanía está mayoritariamente a favor. Le ha faltado pedagogía a la clase política a la hora de tramitar esta ley sin hacer caso a ideologías contrarias a los derechos humanos", opina.

Al preguntarle si el PSOE ha fallado al movimiento LGTBI durante la tramitación de la ley (por la oposición de dirigentes como la exvicepresidenta Carmen Calvo y enmiendas que pretendían limitar la autodeterminación del género en menores), Sangil indica que dentro del partido ha habido personas que han intoxicado a otros militantes, diputados y senadores con "mentiras interesadas y provocadoras" que "no tienen sentido ni se sustentan".

Aunque defiende que en todo momento ha habido socialistas aliados a la causa, no duda al decir que "ha faltado una mano dura que apartara" a esas personas intoxicadoras.

¿Se refiere al presidente del Gobierno? "Sí, creo que tenía que haber intervenido con más fuerza en la última etapa", concede.

Y recuerda mientras habla a Carla Antonelli, que abandonó las filas socialistas por no compartir la postura del partido durante la tramitación de la ley: "Sé que Carla ha sufrido, ha llorado y le ha dolido, pero sé que no está arrepentida porque por encima de todo está su activismo, su identidad y su vida. A ella le ha merecido la pena".

La lucha no acaba con la ley

Es consciente Sangil de que la lucha no termina con la aprobación de la ley trans, de que la norma es un paso importante, pero quedan otras batallas que dar.

Para empezar, es necesario que la ley se aplique bien, que se desarrolle reglamentariamente y eche a andar. "El movimiento transexcluyente sigue estando ahí, vivo, es la ultraderecha y no van a parar de ir contra el colectivo trans. Pero además, PP y Vox van a llevar esta ley al Tribunal Constitucional, lo tenemos claro. Tenemos que seguir luchando por los derechos", incide.

Asimismo, hace hincapié en que la ley no ha recogido derechos de las personas trans no binarias y se ha quedado corta en cuanto a los derechos de los menores trans y de las personas intersexuales.

¿Teme la activista que los problemas políticos en torno a la ley del sólo sí es sí salpiquen a la ley trans, que se aprueba en un momento de tensión en el Gobierno por la reforma del Código Penal? "No, la ley trans es una ley administrativa. No tiene que haber ningún tipo de polémica porque se ha trabajado mucho para que tenga seguridad jurídica y ha sido el PSOE quien la ha implementado, la exvicepresidenta Carmen Calvo. No tiene que haber ningún tipo de choque, ha sido supervisada por la coalición", asegura.

En estos dos años, han sido muchas las voces críticas con la ley trans que, incluso desde el feminismo, han cargado contra la norma argumentando que irá en contra los derechos de las mujeres. Ante esto, la activista afirma que se trata de un bulo, "una falacia".

"Esta ley no intenta borrar a nadie, sino conseguir derechos. Las personas trans no aparecemos de la nada. Teníamos una ley en 2007, una propuesta en 2019 y no pasaba nada y de repente surge la reacción. Hemos existido siempre, nunca hemos borrado a las mujeres, siempre hemos trabajado con el movimiento feminista, a su lado, y ahí seguiremos estando", promete.

Para Sangil, estos dos años han sido muy duros a nivel personal, pero la aprobación de la ley alivia su sufrimiento y sus frustraciones. "Yo no puedo evitar ser una persona transgénero y evidentemente por esta ley nos han cuestionado a todas las personas trans, mi identidad también. A nivel personal duele, pero he asumido ser visible y estar en esta situación y evidentemente sales adelante".

Este jueves es un día feliz después de las desdichas.

"Llegar a este momento ha sido emocionante porque hay mucho trabajo detrás. Sientes alegría porque hemos puesto todo lo que teníamos de nosotras mismas como activistas y como personas. Tenemos ley, no es magia, pero vamos a empezar a construir la igualdad real", celebra la presidenta de la Felgtbi+.