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Una semana en S1S4, la red social sólo para mujeres, trans y no binarios: "Somos como el baño de chicas de una discoteca"

Actualmente, tiene una lista de espera de unas 1.500 personas y los comentarios homófobos, tránsfobos, gordófobos o misóginos son sancionados con multa

La actriz Alba Flores tiene un grupo dentro de la comunidad especializado en la industria audiovisual

Una semana en S1S4, la red social sólo para mujeres, trans y no binarios: "Somos como el baño de chicas de una discoteca"

Ana Ayuso

Ana Ayuso

Usuario y contraseña. EL PERIÓDICO DE ESPAÑA se ha saltado la lista de espera de unas 1.500 mujeres y personas trans o no binarias que quieren entrar en S1S4. Lo primero que aparece en la red social libre de hombres cis, aquellos que se identifican con el género que se les ha asignado al nacer, es un vídeo de una anciana de unos 70 u 80 años en ropa interior alabando su cuerpo, seguido de una experiencia de una usuaria que corre el riesgo, dice, de ser estéril o un comentario sobre la primera obra de Annie Ernaux, Los Armarios Vacíos, elegida como lectura de la semana. Esas son las últimas publicaciones que se han colgado en esta plataforma en varios días.

Esta red social no vive de lo inmediato ni de la continua actualización. Tampoco de la felicidad, del alarde o de las poses. S1S4 es, según su creadora, la pedagoga Erika Irusta, "un espacio en el que está bien estar mal". Aquí se habla de muchos asuntos que les interesan a personas que en otras estructuras se sienten juzgadas y condicionadas por una mirada que les persigue toda la vida: la masculina.

Los temas distan mucho de la última gracieta de Ibai o de Broncano, de la sesión de Shakira y Bizarrap o del alegato 'antiayusista' de Elisa María Lozano, la alumna con el mejor expediente en Ciencias de la Información de la Complutense. Las maternidades (tanto las que se resuelven en hijos como las que no), las distintas orientaciones sexuales, la precariedad o la salud mental se han convertido en algunos de los debates más recurrentes en este "baño de las chicas de una discoteca", el lugar con el que compara Irusta a su universo digital. O esta "librería pequeña en la que tienes tu tiempo y te tomas un café", frente a los "centros comerciales gigantes", que son las grandes plataformas.

Pantalla de inicio de S1S4.

Pantalla de inicio de S1S4. / S1S4

A diferencia de esos servicios de mujeres, aquí casi no se habla de los amantes propios o ajenos. "Es curioso. Solemos ir a un baño público para hablar de las movidas que nos pasan con los tíos, pero en la comunidad no es el tema estrella ni de los más recurrentes. Ellos nos importan menos, somos más protagonistas y el sujeto de nuestra conversación, no al revés", expresa Irusta.

En algunos grupos, los círculos de conversación que se ponen a disposición de las usuarias de esta red social, se menciona a 'los otros', pero para referirse, en la mayoría de ocasiones, a interacciones no sexuales, como "la crianza o los mal llamados micromachismos en la pareja", apunta la pedagoga que ha creado S1S4 junto a su pareja, Álex Núñez.

Él, como hombre cis, tiene vetada la entrada a su propia red social. Es el responsable de Desarrollo, Sistemas y Analítica y, por ello, puede acceder a su código fuente, pero concibió un sistema de cristal semiopaco para que, cuando entra a la página web, no le aparezca el contenido que suben las seguidoras. "Tendría que haber una incidencia concreta con un comentario concreto para que yo pudiese leer algo de lo que se publica en la comunidad", recalca.

La comunidad, desde su creación en 2015, está pensada y programada por las mujeres, personas trans y no binarias que la componen, con el objetivo de que se convierta en "un espacio seguro, libre y valiente", considera Irusta. Valeria Espinosa Galán, usuaria de S1S4 desde agosto de 2021, valora que esta red social, frente al resto de opciones, le aporta esa "sensación de resonar con más personas, de pertenecer [a algo], ya sea desde una vivencia, una opinión o una idea". Ella asegura desde México, uno de los 40 países en los que está presente esta comunidad, que "siente el apoyo" de aquellas con las que comparte este espacio.

Ya existen redes sociales que son solo para hombres. Twitter funciona prácticamente con el falo en la mano"

— Álex Núñez, responsable de Desarrollo, Sistemas y Analítica de S1S4

Pero, ¿por qué no crearon una comunidad solo para hombres? Responde Álex Núñez, uno de ellos: "Ya existen redes sociales que son solo para hombres. No son estrictamente hablando exclusivas para nosotros, pero sí que funcionan como tal. Encontramos Twitter y otras redes que funcionan prácticamente con el falo en la mano". Ya cuentan con sus espacios de acción, en los que con frecuencia las mujeres, las personas trans y no binarias no se sienten cómodas. S1S4 es, en cambio, un cosmos "seguro, bonito y cálido en internet", dice Irusta, porque "no todo en internet es un páramo de troles". Núñez no cree que un sitio web exclusivamente masculino fuese a funcionar como S1S4, ya que "hay ciertas limitaciones que no encajan bien con los hombres, como las diferentes formas de comunicarse".

Nació de una newsletter sobre la regla

El embrión de S1S4, El Camino Rubí, era una comunidad educativa, en forma de newsletter, enfocada en la experiencia menstrual. En 2010, tras quedarse embarazada y tener una pérdida, Erika Irusta tomó conciencia de que tenía "un desconocimiento muy importante" sobre cómo funcionaba su ciclo hormonal. Quería volver a quedarse embarazada, pero no lo conseguía.

Empezó a investigar y a conocer "el mundo químico de las hormonas y todo lo que tiene que ver con los anticonceptivos", y fue en ese momento cuando entendió que "no era la única que no tenía ni idea, sino que éramos una legión las que no teníamos ni idea sobre nuestro ciclo menstrual". Desde 2010, escribía todo lo que investigaba y descubría en una newsletter que llegó a contar con más de 22.000 suscriptoras.

"El tema era cómo nos afectaba el ciclo menstrual. Luego, se ha visto que hay un montón de debates que han de ser acogidos y tratados en un lugar sin posibles haters, de respeto y sin juicios", refleja Enara I. Domínguez, una de las más fieles seguidoras del trabajo de Irusta. El nombre de la actual red social viene de la abreviatura de Soy1Soy4, una fórmula con la que querían hacer referencia de que "no sólo éramos una, sino que somos cuatro y muchísimas más, debido a los diferentes cambios hormonales por los que pasamos en el ciclo", recuerda la fundadora de la comunidad.

"La comunidad ha mutado, sobre todo en esta última etapa, porque antes éramos básicamente las perras verdes de la menstruación", sostiene Enara I. Domínguez. Pero luego fueron más allá y "ojalá se pudiera expandir más, porque a algunas, como a mí, nos ha salvado", confiesa, porque algunos asuntos no resultan fáciles de abordar en sus círculos más cercanos, mientras que, gracias a la "acogida y al desarrollo de esta comunidad", ha podido tratarlos. 

Ella sigue el trabajo de Erika Irusta desde hace más de 10 años y, desde hace algún tiempo, tiene una "doble cabeza" dentro de la comunidad, como usuaria y como parte del equipo. Ella coordina el equipo de Dinamización, el que se encarga de dar "calorcito" a las nuevas usuarias. "Cuando llegan nuevas compañeras, las asistimos por si tienen dudas técnicas y para encontrar grupos, y para que se dé el funcionamiento adecuado dentro de la comunidad, para evitar posibles spams o conflictos, que no se han dado o han sido casi anecdóticos", detalla.

Durante mucho tiempo, indica Núñez, han tenido el límite puesto en 500 usuarias, porque "creemos que la experiencia educativa y el control pedagógico del contenido es bastante complicado cuando pasas de un cierto número" [se desconoce el número exacto de inscritos]. Irusta afirma que nunca han tenido que expulsar a nadie de S1S4. Cuando alguien entra en la comunidad, acepta un pliego de términos y condiciones, que implica que no se pueden verter amenazas contra el resto de usuarias o suplantar la identidad.

"Si alguno se ha incumplido, desde el equipo de Moderación se da un toque, se habla con esa persona y, si no se resolviese o que fuese de gravedad, sería expulsada. Ha habido momentos en los que hemos tenido que gestionar las situaciones con mucho cuidado y con mucho cariño, y se han podido ir solucionando", indica la fundadora. En S1S4, las usuarias tienen que entender al acceder por primera vez que esta plataforma no funciona igual que Twitter y que el equipo de Moderación, formado por las propias compañeras, está pendiente de posibles infracciones.

"Siempre hemos tenido mucho cuidado [de que no entre quien no debe]. Hacemos un trabajo de artesanía digital y vamos contrastando los emails de las personas que acceden", dice Erika Irusta, que advierte además de que, si se incumplen los Términos y Condiciones de la comunidad, los expulsados tendrían que "pagar una multa". No se aceptan dentro de S1S4 las difamaciones, amenazas, insultos, chantajes, el acoso o las actitudes y comentarios homófobos, tránsfobos, gordófobos, capacitistas, racistas, clasistas o misóginos, según establece el texto de normas.

Algo que disuade también "muchísimo" a los posibles intrusos, dice, "es el dinero, porque tienes que poner tu tarjeta de crédito para poder pagar la cuota", que actualmente asciende a 9,90 euros al mes para entrar exclusivamente a la red social y 14,90 euros al mes si además la usuaria quiere participar en los cursos y en el área de aprendizaje. Hasta donde han podido ver y cotejar, nunca han recibido en S1S4 la visita inesperada de un hombre cis.

Publicaciones, grupos y cursos

S1S4 no es sólo una red social. Todavía mantiene el fin con el que se creó El Camino Rubí: la educación. En esta plataforma, las usuarias pueden compartir Cápsulas, que es como se conoce en esta comunidad a las publicaciones similares a las que se cuelgan en el feed de Instagram y representan post similares a entradas de blog o a pequeñas reflexiones de apenas dos frases. También pueden entrar en Grupos, como el que lidera la actriz Alba Flores, Cámara 3, en el que las compañeras de la industria audiovisual y de las artes escénicas comparten sus experiencias.

"Lo que realmente me llama la atención es la profundidad, la confianza y la ternura con la que se han planteado temas realmente espinosos, desde abortos a tentativas de suicidio o situaciones de maltrato", expresa Erika Irusta. Este tipo de experiencias o de debates también se exponen en los cursos a los que las usuarias que pagan la cuota 'premium' pueden acceder: desde la relación entre las mujeres y el vino hasta economía feminista o escritura.

Aunque en la comunidad sólo piden los datos "estrictamente necesarios" para abrir una cuenta, Irusta es capaz de hacer un análisis del perfil de las personas que entran a su red social: "El idioma principal sigue siendo el español y hay una horquilla de edad, que cada vez se está rejuveneciendo más: va de los 24 años a los 44 años. Generalmente, son de ciudades, pero muchas de ellas están volviendo después de la pandemia a los pueblos o a sitios más pequeños. Por formación, muchas tienen estudios superiores". Como esos detalles personales no se necesitan para circular en la comunidad y "como no traficamos con ellos", no los piden para acceder.

A pesar de no compartir la filosofía de otras redes sociales masicas, de las que tanto Erika Irusta como Álex Núñez han sido early adopters (consumidores pioneros) y han ido alejándose con el paso del tiempo, siguen manteniendo algunos perfiles y han tenido que abrir escaparates en estas plataformas para S1S4. "Utilizamos Meta con el fin de lo que es, una agencia de publicidad", sostiene la fundadora, que abandonó Facebooken 2015 y Twitter en 2018. Mantiene una cuenta profesional en Instagram. Para ella, desde que abrió S1S4, "ha sido complicado desaprender el uso habitual de los espacios online", sentencia.