Opinión | EL TRIÁNGULO

Las mujeres, en una guerra de bandos

Alguien se olvida en el PP por qué cayó en desgracia Alberto Ruiz Gallardón; si quieren oír algún latido oigan el suyo, que está desacompasado con el de la realidad social

El vicepresidente de la Junta, Juan García-Gallardo (d), y el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco (i), llegan a la sesión de la votación de las enmiendas del PSOE a la Ley de medidas, en la sede de Las Cortes.

El vicepresidente de la Junta, Juan García-Gallardo (d), y el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco (i), llegan a la sesión de la votación de las enmiendas del PSOE a la Ley de medidas, en la sede de Las Cortes. / Claudia Alba - Europa Press

No te habrás enterado porque mientras estás a tus cosas en este enero que dicen tiene el lunes más triste del año, estás en medio de una guerra que tiene a tu derecha a Vox y a tu izquierda al PSOE con Unidas Podemos, que nos han usado para algo que dice Borja Sémper se retroalimenta entre ellos. El mismo Sémper que hace una semana hablaba de la importancia de la verdad y de la palabra dada, ha remasterizado una versión de los hechos sucedidos en el gobierno de Castilla y León que te hará dudar si has soñado toda la sarta de barbaridades que llevamos soportando hace unos días o tienes que definitivamente tirar los restos alcohólicos de Navidad. ¿Pero qué bandos, señor Sémper? ¿De qué guerra nos habla?

Unos que nos quieren incapaces, tuteladas, amedrentadas en algunos casos, acosando de rodillas en las puertas de las clínicas que practican abortos, otros desde el poder desplegando toda su estrategia de persuasión tecnológica porque la palabra y la razón en ninguno de los dos casos se les da bien. Cuando cuesta aceptar el libre albedrío de las mujeres o la autonomía personal se usa cualquier método para que hagas lo que ellos han decidido por ti, te parezca aceptable o no, porque aquí la que menos cuentas eres tú.

Y transforman en una guerra una decisión adoptada por el vicepresidente de la Junta de Castilla y León, desde una cartera inexistente, como su conocimiento sobre los embarazos, ante el desconcierto del consejero de Sanidad y el atribulamiento del presidente Mañueco que parece estar soñando con despertar y que las cosas fueran como siempre, sin estos señores de la ultraderecha que le mortifican la mayoría y la gobernabilidad.

Pero es que resulta que el PP pactó con Vox como mal menor para retener la presidencia, que gobierna con ellos y sigue aceptando ese trato humillante a las mujeres porque hay que sacar adelante los presupuestos. Alguien sigue creyendo en el PP que las mujeres no harán ruido, alguien se olvida en esa organización por qué cayó en desgracia Alberto Ruiz Gallardón y que si quieren oír algún latido oigan el suyo, que está desacompasado con el de la realidad social.

Que bienvenida sea la gratuidad de las ecografías en 4D, y el aumento del gasto sanitario, que están a un paso de prometer una subida de impuestos adecuada para mantener los servicios públicos como dicen las últimas encuestas que los españoles asumiríamos. Mientras tanto, déjennos en paz, que la vida ya estaba complicada antes de que aparecieran aquí los que gobiernan en Polonia o Hungría, avanzadilla de las libertades y la democracia liberal, que tanto dicen reclamar los que gobiernan con ellos.