VIOLENCIA SEXUAL

La rebaja de penas de la 'ley del solo sí es sí' ahonda el cisma en el feminismo

Una facción del movimiento reprocha al ministerio que finalmente haya legislado "en favor de los agresores"

Desde asociaciones como Ca la Dona se apoya la ley por poner el acento en la prevención y la reparación de las víctimas

Manifestación del 8M, en el paseo de Gràcia de Barcelona.

Manifestación del 8M, en el paseo de Gràcia de Barcelona.

Elisenda Colell

La aplicación de la nueva ley contra la violencia sexual, la famosa ley del 'solo sí es sí', ha provocado un goteo de rebajas de penas de agresores ya condenados. Un hecho que, más allá de la bronca política, ha vuelto a sacudir al movimiento feminista. Un cisma que no es nuevo y que reabre viejas heridas. La 'ley trans' ya sembró importantes divisiones dentro del movimiento, y el proyecto de ley para abolir la prostitución también ha levantado muros entre partidarias y detractoras. Esta vez, la polémica vuelve a ahondar heridas. Algunos sectores cierran filas alrededor de la ley y achacan las rebajas de penas a una parte de la justicia "machista" y "patriarcal". Otras voces cargan contra el Ministerio de Igualdad, al que acusan de no haber hecho correctamente las leyes ni tener en cuenta las consideraciones planteadas durante su proceso de redacción.

Al día siguiente de que se conocieran las rebajas de penas que estaba produciendo la aplicación de la 'ley del solo sí es sí' -que convierte en agresión sexual todo acto que no esté basado en el libre consentimiento-, la presidenta de la Fundación Mujeres y exvicesecretaria general del PSOE Elena Valenciano fue de las primeras voces en posicionarse sobre la polémica. "Las leyes técnicamente hay que hacerlas bien para que esto no suceda", respondió a preguntas de los periodistas en A Coruña, según recogió la agencia Europa Press. En su alegato, también aseguró que "muchas mujeres", sobre todo expertas juristas, advirtieron "de que esto podía suceder". "No solamente las juristas feministas, sino también el Consejo General del Poder Judicial", reprochó. "No se puede legislar a favor de agresores sexuales, seguro que no era la intención pero el resultado es el que es", añadió. Este diario ha tratado de ponerse en contacto con esta asociación, pero sus responsables han remitido estas a declaraciones.

Sin embargo, este no es el único sentir del movimiento feminista. Otras asociaciones opinan radicalmente distinto. "Esta polémica es una falsa alarma provocada por la derecha mediática", asegura Dolo Pulido, miembro de Ca La Dona, la entidad feminista más longeva en Catalunya. "Nosotras luchamos por los derechos de las mujeres y esta ley lucha contra la violencia sexual: pone el acento en la prevención, en la educación, en la atención integral y en la reparación de las víctimas. Esto último va mucho más allá de la situación penal", sigue Pulido.

Justicia y sesgos

Como las mujeres de Ca La Dona, son muchas también las voces feministas que cierran filas alrededor de la ley. "Nosotras queríamos una ley más ambiciosa y quizá fue un error no añadir la disposición adicional [norma que regula los supuestos en que sigue aplicándose la legislación vigente antes de la aprobación de un texto legal nuevo y que, en este caso, habría podio impedir la rebaja de las penas]. Sin embargo, no hay que dudar de que esta ley es un paso adelante importante y que las feministas la defenderemos y seguiremos apretando para avanzar en los derechos de las mujeres", añade Carlota Álvarez, miembro de la Comisión estatal del 8M. Álvarez insiste en señalar que estas rebajas de penas que ya se han practicado responden a los sesgos de algunos jueces, guiados por una interpretación machista y sin perspectiva de género ante la ley. "Hay jueces y jueces. Mientras algunos rebajaban las penas, otros, por ejemplo en La Rioja, han decidido no hacerlo en ninguna de las condenas solicitadas. Ha habido diferentes estrategias y es evidente que el sentir de la ley no era ese", añade.

En la misma dirección opina Marisa Fernández, miembro de la junta de la asociación catalana Dones Juristes. "No podemos hacerle el juego a la derecha mediática y política. Es una buena ley y criticarla es favorecer a aquellos que nunca se han preocupado por los derechos de las mujeres -afirma-. Es una polémica diabólica y perversa". Fernández opina que este tipo de desajustes son habituales cuando hay cambios de leyes. "Sin embargo, nunca vi este nivel de escándalo", se queja la abogada, que pide esperar el proceso de armonización de la ley. No duda, sin embargo, de que hay un componente machista en la judicatura. "En este país tenemos una judicatura muy conservadora, solo hay que ver las sentencias sobre violencia vicaria", añade. Una visión que también comparte Pulido. "Vemos la justicia patriarcal cuando hay sentencias que van en contra de las madres que quieren proteger a sus hijos de padres maltratadores", dice.

Cambiar la mirada

En medio de este contexto, la oenegé Save The Children también entra en el debate. Lo hace Emilie Rivas, experta en políticas de infancia de la oenegé e impulsora del nuevo modelo de abordaje de la violencia sexual. "Tenemos tendencia a pensar que lo importante es castigar al agresor. Esta ley hace un cambio de paradigma y nos lleva a pensar en la víctima. ¿Está bien atendida? ¿Podemos prevenir para evitar más casos? Si seguimos mirando a las penas del agresor no resolveremos nada. Debemos preguntar a las víctimas, darles voz, y cambiar la mirada", afirma.