ÍNDICE EUROPEO

España, sexta en igualdad de género en la UE, renquea en empleo y cuidados

Las mujeres avanzan en el acceso a puestos de responsabilidad, pero se registra un retroceso en el ámbito laboral

La Cibeles, en Madrid, iluminada de morado en el día de la violencia contra la mujer.

La Cibeles, en Madrid, iluminada de morado en el día de la violencia contra la mujer. / EFE/Fernando Villar

Violeta Molina Gallardo

Violeta Molina Gallardo

España ocupa la sexta posición de la Unión Europea en igualdad entre mujeres y hombres y ha avanzado tímidamente hacia la consecución de este objetivo, si bien hay un retroceso en el ámbito laboral y está atascada en cuestiones de tiempo y cuidados.

El Instituto Europeo para la Igualdad de Género (EIGE, por sus siglas en inglés) ha publicado este lunes el índice que evalúa la igualdad entre mujeres y hombres en los 27 países de la UE y España mantiene el tipo: continúa en la sexta posición del ranking con una puntuación de 74,6 sobre 100, sólo por detrás de Francia (75,1), Países Bajos (77,3), Dinamarca (77,8), Finlandia (75,4) y Suecia (83,9).

Así, supera la media de la UE, que se sitúa en 68,6, y avanza 0,9 puntos con respecto al índice de 2019, cuando obtuvo una puntuación de 73,7. Desde 2010, la nota española ha subido 8,2 puntos.

El EIGE, dependiente de la Unión Europea, destaca que España ha cosechado logros globales a la hora de reducir las brechas de género en casi todas las categorías (poder, salud, conocimiento y dinero), pero registra un retroceso en empleo y ningún avance en los usos del tiempo de las mujeres.

La participación femenina en el mercado laboral ha lastrado la posición de España en el indicador de igualdad en el trabajo: las grandes diferencias en la tasa de empleo a tiempo completo de hombres y mujeres y el número de años que pasan unos y otros trabajando ha hecho que este país se sitúe en el puesto 23 (en 2019 estaba en el 21) de esta categoría. Tampoco ayudan los indicadores de segregación y calidad del trabajo, donde la puntuación es de 68,2 sobre 100, pues ellas presentan peores perspectivas de carrera profesional, tienen menor capacidad para disponer de una o dos horas libres para encargarse de asuntos personales o familiares y son mayoría en los sectores educativo, sanitario y social.

Otra área donde el país no mejora es en la del uso del tiempo, donde sigue estancado en una puntuación de 64 sobre 100 y ocupa la mitad inferior de la tabla, el puesto 14 sobre 27.

Se explica por cómo ellas cuidan más de menores, mayores y personas discapacitadas (un 40 % frente a un 28 % de hombres), por cómo asumen las tareas domésticas en un porcentaje amplísimo (84 % frente al 42 % de los hombres) y por su menor acceso a actividades deportivas o culturales de forma asidua (39 % de mujeres frente a un 45 % de hombres).

En 2021, el 66 % de las mujeres se encargó en soledad de las tareas domésticas frente al 20 % de los varones, a la vez que el 23 % de ellas les dedicó más de cuatro horas diarias (en comparación con un 12 % de los hombres). Además, el 27 % de las mujeres dedicó más de cuatro horas al cuidado informal de personas dependientes, frente al 20 % de ellos.

También el año pasado, el 53 % de las mujeres se hizo cargo del cuidado de menores de 0 a 11 años totalmente o la mayor parte del tiempo, en comparación con un 19 % de hombres. Aquellas que pasaron más de cuatro horas diarias encargadas de sus hijos e hijas fueron el 44 %, en contraste con un 25 % de varones.

Aunque se dan pasos en la categoría del dinero, España aún está por debajo en la media europea: persiste la brecha salarial y más mujeres que hombres están en riesgo de pobreza.

Fortalezas: salud y poder

Escenario distinto es el que se vislumbra en los ámbitos de la salud y el acceso de las mujeres a las posiciones de poder. Nuestra mejor nota es precisamente en salud (91,7), donde la esperanza de vida femenina se sitúa en los 85 años frente a los 80 de los varones y son muchas menos las mujeres que ni fuman ni tienen problemas con la bebida (79 % frente al 69 % entre los hombres). Sin embargo, ellos practican más deporte y tienen un mejor consumo de frutas y verduras (47 % frente al 38 % femenino).

El poder es el indicador donde más progreso ha cosechado el país: suma 3,7 puntos hasta la nota de 80,6. En este apartado, destaca el ámbito político con un 87,4, seguido del social (79,1) y, en último lugar, la esfera económica (75,7). En las tres categorías ha habido avances hacia la igualdad. El EIGE incide en que estos progresos son motores relevantes para el cambio.

UE: una igualdad lastrada por la pandemia

Si la igualdad entre hombres y mujeres se materializaría al llegar al 100 del índice del EIGE, la Unión Europea se queda en un 68,6: sólo ha avanzado 0,6 puntos en un año y 5,5 desde 2010, un ritmo de crecimiento "insoportablemente lento", pues se necesitan dos años para ganar un único punto. De mantener el ritmo actual, no se acabará con las diferencias de género en la UE hasta dentro de 63 años.

Además, apunta el EIGE, estos avances que tanto esfuerzo han exigido se han visto debilitados por el impacto de la pandemia de covid-19.

"Por primera vez desde su puesta en marcha, ha habido un descenso en algunos indicadores debido a un desigual impacto de la pandemia. Sin embargo, el progreso en un único campo ha evitado una caída global de la igualdad de género", explicita el Instituto.

Europa no retrocede, pero por los pelos, gracias a su paso firme hacia una mayor igualdad en el acceso de las mujeres a los puestos de poder político, económico y social. Aun así, a pesar de su crecimiento, es el indicador que sigue siendo el más bajo de la UE (57,2, frente al 88,7 en salud y el 82,6 en dinero).

Sin ese ámbito del poder, "el índice habría sucumbido por los efectos de la pandemia".

Retroceden en la UE indicadores de empleo femenino como la tasa de trabajo a tiempo completo y la duración de la carrera profesional; de educación como los estudios universitarios; de salud como la percepción del estado de salud o el acceso a servicios sanitarios. Se mantienen las brechas en la distribución de los ingresos y el riesgo de pobreza.

El EIGE advierte de que los datos sobre los que se ha elaborado el informe son mayoritariamente de 2020, por lo que cabe esperar un empeoramiento más acusado de las desigualdades de género en la próxima edición del índice.