Los dueños de los perros tendrán que limpiar los orines con agua y zumo de limón o bicarbonato para no ser multados

Los propietarios de perros estarán obligados dentro de poco a pasear a sus mascotas por la ciudad con una botella de agua mezclada con zumo de limón o con bicarbonato de sodio para limpiar los orines de los animales. Así lo recogerá el nuevo apartado de un artículo de la ordenanza municipal que regula la tenencia y protección de animales en A Coruña, que, cuando el texto sea actualizado y aprobado, se sumará a otras catorce ciudades españolas que recogen esta obligación.

Este es uno de los cambios en la ordenanza de 1997 que propone hacer el Ejecutivo municipal para ajustar la norma a la nueva ley de bienestar animal que tramita el Estado en la actualidad. El nuevo texto pasará hoy por la Junta de Gobierno Local antes de ser aprobado de forma inicial en el pleno. A continuación estará en exposición pública treinta días, se publicará en el Boletín Oficial de la Provincia según fue aprobado, se resolverán posibles alegaciones y volverá al pleno para su visto bueno definitivo. Estos son los principales cambios propuestos.

Botella de agua para el pis. Los dueños de perros tienen la obligación de recoger las deposiciones de las mascotas y arrojarlas en contenedores de basura orgánica o lugares destinados expresamente para ello, nunca en papeleras públicas o entradas de las cloacas del alcantarillado. Con el cambio en la ordenanza, se obligará también a limpiar los orines de los canes con agua de una botella mezclada con zumo de limón o bicarbonato de sodio “para minimizar el impacto de las micciones”. Otras ciudades indican en sus ordenanzas el uso de agua y jabón, vinagre o jabón, agua y vinagre u otros productos desinfectantes; hay también ciudades que recomiendan el uso de botellas de agua o lo promueven con campañas, aunque sin regulación. “El líquido deberá echarse sobre la micción inmediatamente después de producirse”, señala la propuesta de cambio en la ordenanza.

Sanciones más altas. Incumplir la obligación de usar agua con limón y bicarbonato para eliminar las micciones en la vía pública o en espacios privados de uso público se incluye como novedad entre las infracciones leves. Se castigará con una sanción de entre 100 y 500 euros. Ahora, las irregularidades leves se penan con entre 30 a 300 euros. El Ayuntamiento actualiza también las multas por infracciones graves, que irán de 501 a 5.000 euros (ahora van de 301 a 3.000), y por infracciones muy graves, de 5.001 a 30.000 (en la actualidad de 3.001 a 15.000).

Protección a los niños. La nueva ordenanza prohíbe expresamente que los dueños “permitan a sus animales hacer sus deposiciones en los parques infantiles o jardines de uso frecuente por parte de los niños”, incluso recogiéndolas después.

Prescripción. Cuando cambie la ordenanza, las infracciones prescribirán al año de haberse cometido en el caso de las leves, a los dos cuando son graves y a los tres las muy graves, frente a los seis, doce y 24 meses actuales.

Sacrificio cero. En aplicación de la normativa superior, la nueva ordenanza municipal de protección animal elimina en su texto toda referencia al sacrificio de animales que sí aparece en la norma de 1997. Así, el artículo 13, que antes indicaba que el Ayuntamiento retendría a los animales abandonados “hasta que sean reclamados, acogidos o sacrificados”, suprime el sacrificio y lo sustituye por la “adopción”. El artículo 23 obliga al servicio municipal correspondiente —la perrera— a “atender debidamente” a los animales “hasta que sean recuperados, atendidos o adoptados”; ya no aparecerá el “sacrificio”. El Ayuntamiento seguirá “fomentando la adopción de animales domésticos abandonados”.

Alimentar a los animales. El artículo 22 de la actual ordenanza prohíbe dar alimentos “de forma habitual” a los perros y gatos que viven en las calles. El cambio propuesto en este apartado no permite alimentar a los animales vagabundos o extraviados en la vía pública a no ser que haya una “correspondiente autorización municipal”.

Contrato de la perrera. La Junta de Gobierno Local de hoy aprobará el nuevo contrato del servicio de recogida, transporte, mantenimiento y residencia de animales domésticos de A Coruña, con un plazo de duración de dos años, prorrogables anualmente por tres años más. El importe por esos dos años será de 493.335 euros. El contrato de lacería finalizará dentro de menos de un año y el Ejecutivo ha estudiado si debe realizar algún reajuste económico para compensar a la adjudicataria de la perrera, Servigal, por la aplicación del sacrificio cero de los animales que establece la ley gallega de bienestar animal.

La cala de Bens será “playa canina” todo el año

La concejal de Medio Ambiente, Esther Fontán, avanzó a finales de 2020 que su departamento estudiaba un proyecto para regenerar la playa de Bens con el fin de convertirla en el futuro en un arenal al que pudiesen dirigirse los vecinos con sus perros durante todo el año a dar un paseo o a tomar el sol. Este plan no tuvo avances, aunque lo recoge la nueva ordenanza de tenencia y protección animal que hoy será aprobada en la Junta de Gobierno Local antes de pasar inicialmente por el pleno municipal. El texto introduce en un artículo que la cala de Bens pasará a tener la consideración de “playa canina” y podrá ser usada todo el año para el paseo de mascotas; sus dueños deberán tener en todo momento “un control permanente y directo sobre los animales, de tal modo que no se produzcan molestias a otras personas usuarias”. En el resto de playas de la ciudad, los dueños de perros seguirán sin poder pasearlos en ese lugar en el periodo estival comprendido entre el 1 de junio y el 30 de septiembre.